La pregunta elemental yo no es si habrá ajuste, sino qué cuotas tocará a cada quien y con qué tolerancia sociopolítica contará el próximo gobierno. Dice el mito menemista: “si digo lo que voy a hacer, no me votan”.
Más presión fiscal al patrimonio, aumento de retenciones al campo, intervención a las ganancias de empresas. La voracidad fiscal recurrente de la historia Argentina alimenta especulaciones sobre lo que harían gobernantes o alternantes, que nada dicen sobre cómo salir del desastre.
La pregunta elemental yo no es si habrá ajuste, sino qué cuotas tocará a cada quien y con qué tolerancia sociopolítica contará el próximo gobierno. Dice el mito menemista: “si digo lo que voy a hacer, no me votan”.
A mediados de este mes Alberto Fernández confesó -con ajustado fundamento- que el debate presidencial “puede ser un problema” porque “el presidente va a tener que debatir con tres personas que hacen hincapié sobre la economía y la crisis económica. Yo no se cuál va a ser el resultado de los mercados al día siguiente de cada debate”.
De la misma manera, la ausencia de definiciones -la economía está hecha de expectativas- ha dado lugar a las especulaciones, que también pueden alterar ánimos, no sólo en los mercados sino también en materia electoral. En lo único que están de acuerdo todos es en que hay que “reperfilar” deudas, aunque eso depende menos de la capacidad de los postulantes que de la voluntad de los acreedores.
En las últimas horas lo que ha surgido es la versión de un impuesto extraordinario sobre el patrimonio de los “millonarios”.... que podría avanzar sobre la clase media. Alberto ha prometido “ponerle dinero en el bolsillo a la gente”; en Bolivia, Fernández le refirió a Infobae que Evo Morales, “con un régimen impositivo que grava más severamente a los más poderosos”, logró “equilibrar las cuentas públicas y también consiguió mayor equidad en la distribución del ingreso”.
Pablo Wende especula que una de las soluciones para reducir el déficit fiscal sería “cobrarle un impuesto al patrimonio de los millonarios, que acabe con el hazmerreír del actual impuesto a los Bienes Personales, que recauda montos obscenamente bajos”.
Mientras UIA y Came dicen que industria y comercio -grandes y Pymes- están perdiendo plata, al regreso de su último viaje a Cuba, Cristina Fernández habló de “discutir la formación de precios” porque “nos hemos dado cuenta de que el problema no era la emisión”. “Tenemos que ir a la formación de precios y a la dolarización de la economía. Y a los márgenes de ganancia también, sobre los alimentos y todo aquello que constituye primera necesidad para la gente”.
La mayor presión fiscal sobre las empresas para redistribuir a favor del consumo y “prender la economía” es un contrasentido con la oposición de los gobernadores a la rebaja del IVA o los impuestos patronales o sobre el salario.
Y aún si hubiese pacto social, todavía no resuelve el mayor problema del tablero macroeconómico que deja Mauricio Macri como herencia, incluso para él mismo si fuera reelecto. Las tasas de referencia de la economía (Leliq) están en 82,35 % y hace 9 meses que no bajan del 60 %.
Ni oficialistas ni opositores han explicado qué hacer para desactivar la presión negativa que ejerce ese indicador sobre la producción o el comercio, ni el riesgo potencial de que los depósitos retenidos gracias a ese despropósito se vayan al dólar o a los precios si la desconfianza se apodera de los “ahorristas”. No es la primera vez que sucede esto en la Argentina “creativa”: Erman González imaginó una costosa solución no hace mucho tiempo.
“En vez de discutir ganancias, creo que se debe hablar de cómo será la redistribución, que en definitiva es lo más justo, a partir de políticas tributarias progresistas” José Urtubey. Vicepresidente dela UIA
El campo “preocupado”
El titular de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Daniel Pelegrina, aseguró que el campo tiene “confianza” de que el Gobierno no va a aumentar las retenciones y sostuvo que le “preocupa escuchar” a la candidata a vicepresidenta por el Frente de Todos, Cristina Kirchner, decir han fracasado “las ideas que están contenidas en el modelo” del oficialismo.
Los productos exportados pagan entre $ 3 y $ 4 por dólar, desde que el tipo de cambio estaba a $ 20. Las retenciones se diluyeron por el salto de la divisa hasta $ 58; el dirigente agropecuario evaluó que a su sector “tampoco le conviene este tipo de cambio” porque le “pega en los costos” y “desajusta los números” a la hora de exportar.
“Nos alarmó en su momento que se hable de juntas nacionales de granos y esos dichos horribles respecto a reformas agrarias”, en referencia a los dichos de Felipe Solá y de Juan Grabois. En este sentido, Pelegrina destacó que “el Presidente (Mauricio Macri) fue claro sobre que las retenciones no van a continuar, que son un mal impuesto y que se van a terminar en el 2020”.
El mandatario de la SRA defendió las políticas de Cambiemos al opinar “que el mejor camino para el campo es este, la apertura del comercio, bajar los impuestos, mejorar la competitividad para poder seguir produciendo”. (NA)
¿Tiene poco y nada?
Mientras circulan las versiones sobre nuevos impuestos a la propiedad en un eventual gobierno de Alberto Fernández, su candidata a vicepresidente, Cristina Kirchner, declaró que no posee propiedades ni autos a su nombre, así como tampoco dólares en cuentas o efectivo.
En 2015, su último año al frente de la Casa Rosada, había afirmado tener bienes por un total $ 77.303.100,23, mientras que en 2018 ese número bajó a 2.933.875,69. Al finalizar 2018 declaró tres depósitos en cajas de ahorro por $ 1,67; $ 915.508,55 y {texto},07.
Ante la Oficina Anticorrupción, precisó que al 31 de diciembre de 2018 tenía $ 242.200 en efectivos y bienes del hogar valuados en 96.112,64, además de 1.680.052,76 a favor en créditos de la AFIP.
En su última declaración jurada como Presidente, Cristina había declarado poseer activos por un total de $ 77.303.100,23, entre los que se destacaban 12 departamentos, cinco casas y cinco lotes distribuidos en la Ciudad de Buenos Aires, Río Gallegos y El Calafate, así como también una camioneta Honda CR-V EXL, acciones en Los Sauces, Hotesur, COMASA y depósitos en cuentas bancarias por $ 40.732.443,17. La mayoría de esas pertenencias tienen como origen la herencia del ex jefe de Estado Néstor Kirchner.
Desde la finalización de su mandato, la líder de Unidad Ciudadana afrontó diversas causas judiciales, muchas en las que fue embargada por cifras millonarias.
Que explique Oyarbide
El fiscal federal Jorge Di Lello intimó hoy al ex juez federal Norberto Oyarbide, a su ex pareja Claudio Blanco y a un supuesto testaferro, el contador Ariel Ropertia que justifiquen patrimonios en el correr de los próximos 15 días hábiles, en el marco de la causa por supuesto enriquecimiento ilícito. A fines del año pasado el fiscal había elevado al juzgado 12, por entonces comandado por el juez Sergio Torres, un “requerimiento de justificación de gastos” que finalmente no fue respondido por los acusados.