Este jueves llegará a los cines “Contra lo imposible” con Matt Damon y Christian Bale. Es la historia de los hombres que, en los ‘60 construyeron un vehículo Ford para competir en igualdad de condiciones con la escudería Ferrari en Le Mans. Ofrecemos un repaso por los más recordados films sobre este universo.
Fandango Produzione / RAI Una familia dedicada al automovilismo y sus tribulaciones en Veloz como el viento , film italiano de 2016.
El mundo del deporte siempre fue un terreno fértil para los cineastas. De hecho, hay un puñado de películas que hoy figuran entre las más populares de la historia que se gestaron a partir de distintas disciplinas. Basta repasar sólo un puñado: la popular “Rocky” vinculada con el boxeo, la oscarizada “Carrozas de fuego” sobre atletismo, “El mejor”, con Robert Redford anclada en el mundo del béisbol, “Victory” con Michael Caine sobre el fútbol y la más reciente “Invictus”, de Clint Eastwood, inspirada en una historia real protagonizada por jugadores de rugby.
Dentro de este subgénero, también el automovilismo movilizó algunas películas trascendentes, en las cuales la pista de carreras funciona como metáfora de las relaciones humanas. De hecho, el 14 de noviembre llegará a los cines “Contra lo imposible”, cuyo título original es más prosaico pero ilustrativo: “Ford v. Ferrari”. Dirigida por James Mangold y protagonizada por Matt Damon y Christian Bale, el film se basa en la historia real de un diseñador de autos estadounidense y un conductor británico que se aliaron para desarrollar un auto de carreras revolucionario para Ford, con el fin de enfrentar a los dominantes vehículos de Enzo Ferrari en las 24 Horas de Le Mans, en el año 1966. A partir de esta novedad, en las líneas que siguen evocamos algunos films de distintas épocas que reflejaron el universo de la competición automovilística.
“The Crowd Roars” (1932): El mismo año en que dirigió su obra maestra (“Scarface”) Howard Hawks, uno de los más sólidos creadores cinematográficos de la primera mitad del siglo XX, convocó a los mismos actores (James Cagney, estrella de su tiempo y Ann Dvorak) para este drama focalizado en un corredor de autos que trata de impedir que su hermano menor siga sus pasos, para evitarle dificultades y peligros. Tres décadas después de este film, ya en el final de su carrera, Hawks regresó al mundo del automovilismo en “Red Line 7000”, con un joven James Caan como protagonista de una historia que juega con la referencia al número de revoluciones que hace que un auto se convierta en una trampa mortal.
“The Great Race” (1965): Si hay un mérito que le cabe a Blake Edwards es su manejo inigualable de los códigos de la comedia en sus distintas vertientes. Puso de manifiesto esta capacidad en “La fiesta inolvidable” y “La pantera rosa”, pero también en “Desayuno en Tiffany’s”. En la deliciosa “The Great Race”, utiliza esos mismos códigos pero trasladados a una carrera de autos ambientada a principios del siglo XX entre París y Nueva York. Dos de los pilotos que intervienen (que encarnan Tony Curtis y Jack Lemmon) mantienen un enfrentamiento que los lleva a protagonizar incidentes de todo tipo en su intento de ganar la competencia. Natalie Wood y Peter Falk completan el impecable elenco.
“Grand Prix” (1966): Básicamente, es la historia de un corredor norteamericano expulsado de su equipo por un accidente que afecta a un colega, con cuya esposa mantiene una relación. Para poder competir, ficha en el equipo japonés. La película reúne a una serie de artistas de valía de distinta procedencia: los actores James Garner, Eva Marie Saint (que venía de trabajar con Elia Kazan y Alfred Hitchcock), Yves Montand y Toshirô Mifune. El director es John Frankenheimer, recordado por “El hombre de Alcatraz” y la música la compuso Maurice Jarre, creador de las bandas sonoras de “Lawrence de Arabia” y “Doctor Zhivago”.
“Le Mans” (1971): Aunque le faltaba participar en “La huida” y “Papillón” para convertirse en una estrella de cine con todas las letras, ya para principios de los 70’ Steve McQueen era un personaje conocido en Hollywood: pocos años antes había protagonizado “Bullit” y se había convertido en ícono. Fue entonces cuando intervino en este (actualmente olvidado) film de automovilismo, que va en la misma línea de la mentada “Grand Prix”. Allí interpreta a un piloto que tuvo que mantenerse alejado de las pistas por una herida y retorna a Francia para participar en la carrera automovilística carrera que da título al film. Todo se complica cuando se enamora de la viuda de otro corredor, que murió en el mismo accidente.
“Cars” (2006): Pixar puso en juego creatividad y experiencia para convertir el ambiente de los autos de carrera en un mundo de fantasía animada repleto de posibilidades. No es casual que el director sea John Lasseter el director, a fin de cuentas, fue el hombre que creó la exitosa y rupturista “Toy Story” a mediados de los ‘90. “Cars” es la historia de aprendizaje del automóvil de careras Rayo McQueen, quien cuando está a punto de convertirse campeón, llega por error a a una pequeña ciudad donde le enseñan las cosas importantes de la vida, que había olvidado en su arrogancia. Gestó personajes que se hicieron muy populares entre el público infantil y tuvo dos secuelas.
“Rush: Pasión y gloria” (2013): Ron Howard es un director multifacético. Indagó (con mayor o menor fortuna) en todos los géneros. El abanico es enorme y heterogéneo, incluye desde la infantil “El grinch” hasta la dramática “Una mente brillante”. Pero también rozó la ciencia ficción en “Cocoon” y la comedia romántica en “Splash”. En “Rush” se adentra en el ámbito del automovilismo, más precisamente en la rivalidad que mantuvieron dos pilotos de Fórmula 1 muy populares en los 70’ James Hunt y Niki Lauda. Logra un film entretenido, donde sobresale el vértigo pero también las tensiones entre los protagonistas. Entre los activos del film, figura la interpretación de Daniel Brühl de Lauda.
“Veloz como el viento” (2016): Hace tres años, surgió de Italia este film dirigido por Matteo Rovere, con Stefano Accorsi y Matilda De Angelis. Describe una familia disfuncional cuyos integrantes se dedican al automovilismo, y juego con la idea de que lo que les ocurre en la pista traduce las instancias que atraviesan en lo emocional. La crítica especializada valoró, en términos de puesta en escena, el reflejo de lo complicado que resulta manejar un auto de competición, pero cuestionó sin embargo la excesiva apelación a los lugares comunes. Una película que intenta cubrir expectativas de distintos públicos, pero que en el balance final, es posible que guste más a los amantes de los autos de carreras más que los del cine.