Pisar una Bombonera que tiembla, late y...sufre

Pase lo que pase en Lima con River, está claro que al Mundo Boca no le alcanza con estar puntero compartido en la actual Superliga Argentina de Fútbol (SAF). Es que la nueva eliminación copera a manos de su rival histórico generan secuelas más que importantes. Que se podrán multiplicar por miles si el equipo de Gallardo levanta una copa más. Pero, más allá de esperar una manito de Flamengo, La Bombonera presentará en la tardecita del domingo una mezcla de sensaciones: tiembla con tanto aliento, late por la pasión pero sufre porque los últimos años lejos están de aquéllos dorados, cuando Bianchi dirigía y Riquelme jugaba. Aprovechar todo éso será la llave para Leonardo Carol Madelón y sus players.

A priori, lo que preocupa es que Unión llegue tan desarmado en cuanto a su esqueleto titular ideal. Primero, perdió al “9” (Mazzola), después a un zaguero (Yeimar), luego a otro zaguero (Bottinelli) y hasta se quedó si un posible recambio (Cuadra) para los metros finales. Y, de yapa, llega Bonifacio entre algodones.

Porque más allá de cómo lo pueda recibir este convulsionado Boca, también hay que analizar como “improvisa” Unión en una zona clave como es la cueva de los marcadores centrales. Porque se dirá que Blasi jugó en la zaga y que el “Mugre” también. Pero la realidad indica que el chico de las inferiores es “4” y no venía jugando. Y que el ex Arsenal estaba jugando de “3”. Nadie puede dudar que Boca, de entrada, se le vendrá con todo encima al Unión de Madelón. Por eso el entendimiento del “5” tapón y los improvisados zagueros deberá ser casi perfecto.

¿Qué es lo mejor que le puede pasar a Unión?: golpearlo a Boca antes que Boca golpee. Y en este sentido, la decisión de Madelón de poner “sí o sí” a Cavallaro es interesante, porque está sumando —en la posición que sea— a un futbolista de buen pie. Si la pueden tener Acevedo, “Juani” y Carabajal, posiblemente el plan de Alfaro quede neutralizado por una sencilla razón: la visita le habrá quitado la tenencia y el manejo de la pelotita.

Es inobjetable el poderío de un equipo que tiene entre el “Apache”, Zárate, “Bebelo”, Salvio, y Capaldo músicos para sonar con cualquier melodía. En Boca no se duda de las piernas, pero sí de la cabeza. Es que muchos hablan de varios ciclos que se van a terminar en apenas un puñado de días: el de Angelici, el de Alfaro y del propio Carlos Tevez.

Sin dudas, independientemente de los 9 puntos que faltan por jugar (Boca, Huracán y Talleres), se termina un semestre “accidentado” para el fútbol de Unión. Porque más allá de la gran alegría en el clásico contra Colón con el gol de Mazzola, Madelón debió hacer pie contra la lógica renovación de futbolistas y “lidiar” con una racha de lesionados, suspendidos y expulsados como hace tiempo no se daba por López y Planes.

“La idea es llegar a 40 puntos en toda la temporada”, deslizaron en el Mundo Unión. El tema es que en el 2020 el Tate deberá afrontar la triple competencia: Copa Sudamericana, Superliga y Copa Argentina. El único contrato que se baja es el de Cuadra, el resto sigue todo arriba del barco y con el mismo capitán. Sin dudas, el entrenador necesitará tiempo pero también refuerzos.

Por lo pronto, el objetivo es sacar lo más que se pueda de este mini-ciclo de tres partidos para mirar con mejor ánimo el año que se viene. El primer paso es pisar La Bombonera. Un reducto que tiembla, late y sufre. Fortalezas y debilidades de Boca, oportunidades puntuales y únicas para este Unión de Madelón.

¿Qué quiere Madelón para 2020?

Sin dudas, más allá que quedan tres partidos, ya muchos miran lo que se viene para el 2020 con los tres frentes: Copa Sudamericana, Copa Argentina y final de Superliga más Copa Superliga. Como se dijo, todos los contratos siguen, menos el préstamo de Maxi Cuadra que llega a su final.

En principio, las tres columnas que pediría Leo Madelón para reforzar la plantilla serían: 1) Un “5” de marca y presión. Ejemplo: Mauro Pittón; 2) Un “8” con juego y llegada. Ejemplo: el uruguayo Zabala; 3) Un delantero con desquilibrio por afuera. Ejemplos: Lucas Gamba o Franco Fragapane.

Esa sería la idea del cuerpo técnico, siempre y cuando no se desprenda la dirigencia de algún jugador importante en la base titular. Aquí, por ejemplo, todo gira en torno a la figura de Yeimar Pastor Gómez Andrade, que tiene cláusula automática de salida.