Quedó inaugurado este martes el Vivero de Sitio y el área de visita e interpretación de la Reserva Natural Urbana del Oeste. Un espacio donde se producirán plantas nativas para reforestación del área de reserva y para abastecer al plan de arbolado público de la ciudad. Allí también se ubicará el área de visita, con senderos, área de recreación y educativa para la visita de instituciones y la ciudadanía en general.
Para llevar a cabo estos trabajos, en 2015 la Municipalidad firmó con el Fondo Francés para el Ambiente Mundial (FFEM) el convenio de financiación para la ejecución de este proyecto. “El FFEM nos ayudó con un millón de euros que permitieron, entre otras cosas esta construcción tan particular. También fue oportuno para el traslado de familias, porque había gente viviendo en la zona de reservorios. Se hizo la costanera de la reserva, el límite de la ciudad con calle para que no haya nuevos asentamientos informales en zonas bajas”, comenzó diciendo el intendente José Corral, quien presidió el acto.
“El Vivero de Sitio de la reserva sirve para reproducir las plantas nativas con nuestros dos ecosistemas: el del Río Saldo y el del Paraná. Además, ya se pueden divisar, después de cuidar durante varios años este sector, las diferentes aves y especies que ocupan el lugar. Y será un espacio también pedagógico y de visita, por eso está adecuado para que vengan alumnos de escuelas y puedan recibir una charla e información, y luego caminar a través de los senderos, algunos ya construidos. Faltan detalles que fundamentalmente consisten en el mantenimiento y de cuidado de la reserva que crece sola, como ocurre con la reserva natural de Ciudad Universitaria. La Fundación Hábitat tiene la experiencia de la reserva y junto a la UNL, son quienes van a gestionar este vivero y sector de la reserva”, describió Corral.
El Vivero de Sitio se compone del umbráculo (de 855m2), la estructura Vivero invernáculo (de 98 m2), el edificio administración (de 83 m2), y los servicios sanitarios. El proyecto incluye una serie de circuitos peatonales que recomponen la biodiversidad de cinco regiones ambientales propias de nuestra geografía: el espinal, el delta, el pajonal/totoral, el albardón y el camalotal, además de un circuito de avistamiento de aves y un circuito de interpretación del reservorio que tiene como objetivo reproducir en clave educativa.