Ignacio Pellizzón | [email protected]
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Desde que se decretó el aislamiento obligatorio el 20 de marzo, infinidad de actividades laborales quedaron en off side. Por este motivo, es que muchos trabajadores tuvieron que encontrar alguna forma alternativa para tratar de sobrevivir a la cuarentan.
La pandemia del coronavirus está arrojando sociedades enteras a la calle. Los organismos internacionales como la OIT (Organización Internacional del Trabajo) advierte, según su último informe, que el efecto de la pandemia global sobre el empleo va a ser ‘devastador‘ y superará con creces lo sucedido durante la crisis financiera mundial de 2008-2009.
El covid-19 hará desaparecer mundialmente, solo entre abril y junio de este año, el 6,7% de las horas de empleos, lo que equivale a la pérdida 195 millones de puestos a tiempo completo. De hecho, la agencia de la ONU advierte que 4 de cada 5 trabajadores a nivel mundial ya está sufriendo las consecuencias de los confinamientos totales parciales de ciudades enteras que muchos gobiernos se han visto forzados a imponer.
Además, el documento de la OIT prevé que la región de Latinoamérica y el Caribe pierda 14 millones de puestos de trabajo, mientras que Centroamérica verá destruidos 3 millones de empleos.
Es por eso que, de acuerdo con un relevamiento realizado por la consultora Focus Market entre mil consumidores en las grandes ciudades, las aplicaciones más utilizadas en “cuarentena” para pedir sus productos son: Pedidos Ya (40%), Rappi (15%), Glovo (10%), Uber Eats (7%), entre otras.
Por su parte, desde que los barbijos o tapabocas se tornaron de uso obligatorio con multas que superan los diez mil pesos, muchos emprendedores y nuevos desempleados comenzaron a volcarse a la producción de estos productos que fueron altamente demandados, inclusive al día de hoy, tras más de un mes de aislamiento se siguen consumiendo con diferentes formatos o looks.
En medio de la tormenta, este medio dialogó con algunas personas que tuvieron que encontrar trabajos alternativos para poder sobrellevar el aislamiento de un modo más digno, ya que sus actividades principales se vieron frenadas totalmente.
Según relató a El Litoral María, es argentina, pero vivió muchos años en España. Ella es Cheff, pero como todos los trabajos gastronómicos se paralizaron, tuvo que salir a buscar algo que le permitiera seguir pagando los impuestos.
“Cuando comenzó todo esto, que había que respetar ciertas reglas para cuidarnos entre todos y que se fue extendiendo una semana, dos semanas, tres semanas, pues me di cuenta que algo había que hacer, porque el bar no estaba funcionando”, relató.
Entonces, “se me ocurrió que podría hacer delivery”. Una actividad habilitada y que “está trabajando bien”. “Me contacté con gente amiga que ya trabajaba en una de las aplicaciones más conocidas y, así, fue que empecé a dedicarme a esto; y estoy tratando de salvarme de la situación y adaptarme a esta coyuntura, es la readaptación como consecuencia de una pandemia mundial”, detalló María Victoria Omegna.
Por ejemplo, antes de la cuarentena, la mayoría de los pedidos eran de restaurantes, en la actualidad “los pedidos de supermercado duplicaron su y los de farmacia casi un 80% más‘, señalaron desde Glovo. Lo mismo dijeron en Rappi: “En las últimas dos semanas observamos un incremento en la demanda de pedidos realizados tanto en supermercados como en farmacias. Los argentinos realizan compras con mayor cantidad de productos por pedido en supermercados, aumentando en la última semana el ticket promedio de compra en un 50%”.
Otro caso de supervivencia es el de David, quien, explicó a este medio, al igual que a muchos que perdieron sus actividades principales, lógicamente, las cuentas siguieron llegando “y había que pagar el alquiler, el contador, entre otros”. Así que cuando comenzó este problema “empecé estudiar el tema de fabricar barbijos para mí, para mis amigos, después me puse a fabricar una máscara para mí. Seguí investigando y me di cuenta que el barbijo, por lo que se decía en aquel momento, tenía que ser de una tela especial y no la conseguía. Además de que no veía una prosperidad en ese negocio”.
Por lo tanto, “me volqué de lleno a trabajar en una máscara y a investigar. Y así, fue que pasé de tener el primer lunes de cuarentena 250 pesos a poder pagar mi alquiler, mi contador, servicios, estoy vendiendo a futuro, me expandí a otras provincias”.
De hecho, el emprendimiento tomó forma y “comencé a fabricar una máscara especial para peluqueros; fui mejorando los materiales con policarbonato de un milímetro” señaló y dijo comentó que “las máscaras rondan los 400 pesos y las antiparras unos 300”. “Trato de mejorar todos los días el producto. Sigo trabajando en esto”, afirmó. La idea tomó tanto vuelvo que hasta creó la marca “Queravid”.
Estos son algunos de los miles de ejemplos que hay en la provincia de Santa Fe. Son personas que intentan seguir con sus vidas en medio de la pandemia, la cual por la cuarentena obligatoria se quedaron sin sus trabajos principales y, hoy, intentan llegar a fin de mes realizando tareas que, quizás, nunca se imaginaron.
Según el último informe del observatorio económico de la UCA, la pobreza en Argentina alcanzara el 45%. El aislamiento obligatorio que rige desde el 20 de marzo fue un factor fundamental para que este índice se viera incrementado.