Hay días, en esta peste que durará mucho tiempo, en el que podemos sumergirnos en algo mas que la aflicción por el encierro y el costumbrismo, entendiendo por tal la nostalgia de lo que se fue porque –en serio– ya no hay costumbres arraigadas excepto las de la cuarentena y lo dicho, la nostalgia. La Peste en mi Pago oferta caminitos al pensamiento colectivo. Por una vez, sugiero usarlos. Es una conmoción mundial que, es obvio, redefine la sociedad, las sociedades. El Cambio Cultural es un fenómeno real, visible, en tránsito, en peligroso tránsito con una velocidad del conocimiento que reconoce lo que se indica: alteraciones exponenciales.
“Jürgen Habermas expone su preocupación sobre la preeminencia de la racionalidad instrumental, dado que a esta no le importa razonar en términos de lo justo o correcto, sino en términos de lo “técnicamente posible”. Y este es justamente uno de los grandes peligros de la era exponencial…” (Alejandro Estévez) Prologuista.
“Deformidad y cortoplacismo. Oscar Oszlak señala que las dos características esenciales de las instituciones de muchos de los países sudamericanos son la deformidad y el cortoplacismo”.
“La deformidad cuya descripción es la actividad de los diversos gobiernos, que van acumulando proyectos en las instituciones, y, sobre todo, camadas de funcionarios que se añaden a los anteriores /…/ siguiendo la máxima de que es difícil hacer desaparecer una institución, probablemente más difícil que crearla”.
“El cortoplacismo: las políticas tienen mucho que ver con la idea del presidente y su programa de gobierno correspondiente. En cuatro años, o cinco, dependiendo de los países, es necesario terminar los proyectos /…/ El siguiente presidente emprende muchas veces proyectos muy distintos o no termina los que comenzó su antecesor, por el mero hecho de que habían sido comenzadas por éste". (Francisco Javier Velázquez López, Prologuista).
Los dos textos son dos prólogos a un libro: El Estado en la era Exponencial, de Oscar Oszlak (Nombre: OSZLAK, Oscar - Fecha nacimiento: 05-05-1936 Nacionalidad: Argentina Estado civil: Casado - Escuela C.Pellegrini,B. Aires, Perito Mercantil 1954-58 U.de Bs.Aires - Contador Público Nacional 1959-63 U.de Bs.Aires, Lic.en Economía 1964-65 Harvard Law School, Certificado Intl.Tax Program 1967-68 U.of California, Berkeley, M.A.Public Administration 1968-70 U.of California, Berkeley, PhD (1974), Pol.Science 1992 U.de Bs.Aires, Doctor en Ciencias Económicas…) las redes dicen lo esencial, que se torna visible a los ojos. Este es el profesor, ese viejo medio loco que sigue pensando con la lucidez que da la libertad de pensamiento, corrijo, que da el conocimiento, mas allá de lo que indica el documento de identidad.
SOLO EL ESTADO –INSTRUIDO– SALVARÁ A LA SOCIEDAD
…”Pero no deseo confundir al lector o lectora sobre las intenciones del texto que sigue a esta introducción. Ciertamente, este libro discurrirá sobre el futuro pero su interés no radica en la ciencia ficción, sino que tratará de discernir qué procesos y circunstancias podrían llegar a combinarse para que ese futuro, imaginario y distópico, ocurra”.
“El hecho es que para que las cosas ocurran de uno u otro modo, hay un actor social insustituible a la hora de propiciar, conducir, regular o impedir que se produzcan los impactos y consecuencias sociales del cambio tecnológico en ciernes. Ese actor es el Estado. Su papel sería crucial para que el poder combinado de la industria y el establishment científico-tecnológico pudiera encauzarse en una dirección que aprovechara las ventajas de la innovación y evitara sus negativas consecuencias sobre el bienestar e interés general de la sociedad”.
“Sólo el Estado, con el activo involucramiento de la ciudadanía y las organizaciones sociales, podrían poner freno a los excesos de un transformismo tecnológico sin cauces, sin valores, que sólo obedece a los despiadados principios del mercado o al ciego traspaso de fronteras de una ciencia que olvida que el conocimiento debe ser puesto, en primer lugar, al servicio del ser humano”.
“Sólo el Estado podrá evitar que su capacidad de intervención social se vea superada por la velocidad del cambio tecnológico, para lo cual debería conseguir que sus instituciones prevean la direccionalidad de esos cambios y adquieran las herramientas de gestión necesarias para adoptar a tiempo las políticas públicas e implementar las regulaciones que permitan controlar su ritmo y dirección”.
“Sólo el Estado podrá impedir que la tecnología ahonde la desigualdad social o incremente la dependencia tecnológica frente a los países líderes y las poderosas empresas globalizadas que controlan el mercado de la ciencia y la innovación”.
UN CACHO DE CULTURA POR FAVOR…
¿Qué parte de la palabra Estado no se entendió?. El tiempo de la peste en mi Pago deja el sitio para que se lea lo que se quiera y se pueda. El libro mencionado pone las cosas en superficie. El libro está allí y habla de un mundo posible, diferente según se entiendan algunas cosas y se resuelvan... o no. Siempre habrá un mañana. Claro que no será el mismo según se tomen unas u otras decisiones.
La peste en mi pago deja espacio para que la decisión sea colectiva y posible. Se necesita que hoy, hoy mismo se resuelva sobre una bifurcación.
Hay un camino que reconoce que el pensamiento, el pensamiento crítico, el desarrollo cultural es fundamental para alcanzar un mañana. La cultura como escudo, herramienta, salvoconducto ante el peaje del frígido cientificismo, feroz aduana.
Hay otro mañana que se alcanza –también– pero usando la poltrona, el sofá y el dejar hacer y dejar pasar. El peligro son los funcionarios con esa intención natural.
Calafatear el fondo del barco es útil para salir a navegar… en un mar “exponencial”. Ponerlo en las aguas sin haberlo hecho es prólogo de un naufragio seguro. Oscar Oszlak no solo lo entiende sino que asigna el rol de capitán a quien corresponde: El Estado. ´
Tres verbos de tres declinaciones. Aceptar. Entender. Afligir. Aceptar la situación, entender el papel que toca a cada uno, afligirse por el colectivo sudaca. Parece sencillo. Asusta que no acepten, entiendan y se aflijan. La Peste es el hecho cultural que abrió esta puerta. No se puede ignorar que la Peste abrió la puerta. Entra demasiado viento para que alguien se distraiga mientras se le vuelan la vida y los cabellos.