Algunas bicicletas hay pero no se venden; algo parecido pasa con los autos según marca y procedencia -o sus repuestos- con precio de lista a dólar oficial. La industria farmacéutica mira de reojo el mercado cambiario. El consumo interno no reporta faltas, pero acelera la inflación que había bajado en los últimos meses.
Cuando el presidente Alberto Fernández reconoce que “por ahora” las bajas de retenciones a la agroindustria no funcionaron, acusa “al mercado”. Efectivamente no confía en el Jefe de Estado cuando dice que “no va a devaluar”.
Matías Kulfas y Martín Guzmán se reúnen por estas horas con la Cadena Agroindustrial; los grandes actores liquidaron 1,5 millón de toneladas en la última semana, pero el trigo cosechará al menos 4 millones de toneladas menos esta campaña y hasta marzo la cosecha gruesa no ofrecerá el volúmen que reclama Presidencia.
¿Cuánto puede resistir la estrategia de la Casa Rosada, si no entran dólares genuinos? Martín Redrado reconoció en las últimas horas que en 2011 Cristina tenía U$ S 50 mil millones de reservas líquidas para sostener el cepo; hoy Miguel Pesce rasca el fondo del tarro y el “súper cepo” con brecha impide la salida de lo que casi no hay, pero a su vez retrasa la entrada de lo que se necesita.
Los síntomas setentistas no sólo se advierten en la violencia verbal del decisivo clima político. Se paraliza el sistema productivo al punto que -en los cálculos de Daniel Artana (Fiel)- “tenemos una tasa de inversión que no cubre la depreciación del stock de capital” (o sea que no tenemos ni para el mantenimiento del flujo de producción y consumo) mientras las exportaciones se subfacturan y las importaciones se sobrefacturan.
El pronóstico del FMI sobre una caída del 11,8 % de la economía ratifica eso que los economistas dicen entre líneas para no ponerse el saco de los profetas del mal. No resulta difícil suponer que habrá una recuperación relativa de la actividad el próximo año, pero si la pandemia persiste y la puja distributiva que Cecilia Todesca anticipa se combinan, la escena no será para mejorar el clima político y social de un año con elecciones.
El gobierno apunta a cerrar 2020 con una emisión de $ 2 billones y se prepara para emitir otros $ 600 mil millones más el año próximo. La brecha entre el dólar oficial mayorista y el dólar “blue” alcanzó 116 % la pasada semana. No fue mucho menor con el contado “con liqui” ($ 157) o el dólar Bolsa ($ 145) que los grandes actores usan para sacarle divisas al sistema.
En la pendiente negociación con el Fondo Monetario Internacional, Argentina necesitará presentar un plan macroeconómico consistente, lo que a su vez demanda solidez política. Es comprensible que Alberto Fernández acuse a Mauricio Macri y a la pandemia por las dolencias agudas del país; luego debe arreglar puertas adentro de su coalición electoral, las condiciones de gobernabilidad indispensables para ganarse la confianza que necesita y no tiene.