“Ha sido muy bien recibido en el contexto de las negociaciones que estamos llevando adelante con el Fondo Monetario Internacional”. Así definió Martín Guzmán al proyecto de ley de “Fortalecimiento de la Sostenibilidad de la Deuda Pública”, que le ata las manos al Poder Ejecutivo para tomar nueva deuda si no es con expresa autorización del Congreso.
Y no sólo eso. La senadora camporista por Mendoza, Anabel Fernández Sagasti (FdT), añadió en la reunión de la comisión que preside, un artículo para modificar la ley 24.156 de Administración Financiera, para impedir expresamente que “los gobiernos (léase quien esté en la Casa Rosada) no se puedan endeudar bajo legislación extranjera y en moneda extranjera para gastos corrientes, sino únicamente para bienes de capital e inversión productiva”, es decir obras de infraestructura.Si a ello se suma la reducción del déficit fiscal en unos 4 puntos, lo que significa hacer en un solo año lo que Macri no ajustó en cuatro, se tiene una clara visión de la la crudeza ortodoxa que encara el oficialismo, que se impedirá a su mismo por ley y por varios años tomar créditos (y emitir moneda) para pagar más IFE o ATP.
Eso explica por qué el apuro por la vacuna y el retraso de salarios (en especial de los docentes, y por eso la demora en la vuelta a clases) y las jubilaciones.Mientras la CGT y la CTA coinciden en el silencio o en reclamos timoratos, ¿qué dice Alberto Fernández cuando sostiene que el ajuste se hace con la deuda que se deja de pagar? Sostiene que gracias al éxito de Martín Guzmán con acreedores externos privados, en 2020-2024 “se ahorran” pagos por U$ S 42 mil millones. Suponiendo que el FMI haga lo suyo, la administración del Frente de Todos “ahorrará” también las cuotas por U$ S 44 mil millones que Macri tomó en el organismo.
En realidad no son “ahorros” porque la Argentina no tiene el dinero para pagar y no paga. Y lo que se deja de pagar hoy, se debe abonar desde 2025 (o renegociar… otra vez). Cristina terminó su gestión en Casa Rosada con U$ S 30 mil millones anuales de déficit fiscal pero casi sin deuda; Macri (hasta Nicolás Dujovne) buscaba cerrar con 0,5% de rojo fiscal pero añadió una insostenible deuda. Alberto se postuló para el peor de los mundos, déficit y deuda, a lo uqe además sumó la pandemia y la cuarentena. Pero ni siquiera eliminando el “costo pandemia” y dejando de pagar la deuda, alcanza.
Tenés que leer"La brecha cambiaria preocupa al FMI" El Frente de Todos tiene su estrategia económico-política en la quita de coparticipación a la capital federal, la suba de impuestos a la clase media y alta, la baja de salarios y jubilaciones (excepto las básicas). A eso suma unos $ 80 mil millones que ya transfirió a Axel Kicillof por fuera del presupuesto, mientras planifica subsidios segmentados (social y geográficamente) con clara justificación social y evidente conveniencia electoral.En 2021 habrá elecciones. El Frente de Todos (más socios) no está lejos de los 129 votos que le dan quórum propio en la Cámara Baja. Y con dos bancas más en el Senado, Cristina “manejaría” los dos tercios del recinto.
Mientras avanza con su propia agenda legal para condicionar las causas en su contra, la vicepresidenta recibe informes habituales de Martín Guzmán sobre las marchas de las negociaciones con el FMI. No es el único economista con el que dialoga; también se reunió a solas con Martín Redrado, después de 10 años de haberlo arrojado fuera del directorio del BCRA.
La ley sobre la deuda que debe tratar la Cámara alta la próxima semana, así como la nueva fórmula de actualización de jubilaciones -en proporción ameritaría más de 14 toneladas de escombros sobre el Congreso- son calcadas de las “balizas” que propone Redrado para recuperar el crecimiento. El economista ligado a Sergio Massa plantea ir con los sueldos y los haberes, 10 puntos por debajo de la inflación durante cuatro años.
Innovación productiva (como la ley de conocimiento), baja de impuestos a exportaciones incrementales -en especial industriales- y modernización tributaria (la reforma es una advertencia que ya hizo Máximo Kirchner) son otras de las luminarias que encauzan el camino trazado por el economista redimido.Tal vez la distancia que Cristina tomó de Alberto con sus cartas, así como la misiva de sus senadores al FMI, sean una sobreactuación a la espera de resultados. Si la ortodoxia de los solidarios da resultados, el triunfo será del Frente de Todos. Caso contrario...