El programa denominado de los "mil días", que consiste en garantizar asistencia estatal para las mujeres de bajos recursos, desde el inicio del embarazo hasta los dos años de vida del niño en gestación, acompaña al proyecto de ley de aborto libre enviado recientemente al Congreso de la Nación por el Poder Ejecutivo. Prevé un acompañamiento económico para garantizar recursos a la persona gestante y al niño durante el embarazo y la primera infancia, “con el fin de reducir la mortalidad, la mal nutrición y la desnutrición, proteger los vínculos tempranos, el desarrollo físico y emocional y la salud de manera integral, y prevenir la violencia".
Además, "se extenderá la asignación por embarazo, que consistirá en una prestación monetaria no retributiva mensual que se abonará desde la acreditación del embarazo, que podrá realizarse a partir de la decimosegunda semana de gestación, y se percibirá hasta completar la cantidad de meses que hubiese durado su embarazo".
Tenés que leerAborto legal y Plan de los Mil Días en la agenda de extraordinariasEn tal sentido, Guillermo Kerz, ginecólogo, advirtió a través de El Litoral que “cuando uno mira la ley, la estrategia que se presenta no es la de los mil días, no es la estrategia del gobierno de San Juan, como se ha dicho, que está basada en la alimentación y cuidar las causas epigenéticas, que significa que antes y durante el embarazo, las personas gestantes como sinónimo de embarazo o tiempo transcurrido desde la fertilización hasta el nacimiento -es decir que si un niño, el gestado, desde la fertilización hasta el nacimiento, más los 365 días de su primer año de vida, más los 365 días del segundo año de vida hacen los mil días de vida y hay que proteger esa vida por ese tiempo- sino que la nueva ley que manda al Congreso el Ejecutivo toma que el pago se realizará a partir del tercer mes”.
“Continuamente -prosiguió el especialista-, uno ve que se invisibiliza al niño por nacer en etapa embrionaria, donde se forma todos los órganos y sistemas del bebé, hasta las diez primeras semanas o dos meses y medio y después etapa la etapa fetal”. “Es como si se hubieran presentado dos leyes: que la mujer que quiera abortar lo pueda hacer y la mujer que lo quiera tener lo tenga. Pero, al fin y al cabo, los dos proyectos confluyen en una intervención y un descarte de vida humana desde la concepción”, opinó el médico.