Una vez más, el Seleccionado Argentino de Rugby se fortaleció desde la adversidad; casi como un tributo a su génesis. Esta vez, fue en la atípica temporada 2020, condicionada por la pandemia de Covid-19.
Una vez más, el Seleccionado Argentino de Rugby se fortaleció desde la adversidad; casi como un tributo a su génesis. Esta vez, fue en la atípica temporada 2020, condicionada por la pandemia de Covid-19.
Es dable pensar que ni el más optimista de los adeptos a este deporte pudo pensar en algún momento del año que Los Pumas iban a culminar en el octavo puesto del Ranking World Rugby, después de haberlo iniciado en el undécimo.
Menos aún que hubiesen conseguido el histórico segundo puesto en el Rugby Championship, que por la ausencia de Sudáfrica se transformó en Tri Nations 2020.
Pues bien: todo esto fue posible y sin que nadie regalase absolutamente nada. Es más, inclusive, el plantel tuvo que soportar una serie de circunstancias extemporáneas y ajenas al juego, que tuvieron enorme repercusión y que seguramente tienen que haber erosionado a todos y cada uno de los integrantes del plantel en sus fueros más íntimos.
Mientras que los Springboks -actuales campeones del mundo y últimos ganadores del certamen- desistieron de participar, por el extenso lapso sin competencia, Los Pumas dijeron ¡presentes!
Después de ser autorizados a entrenar en forma conjunta durante un corto tiempo en Buenos Aires, viajaron a Australia con la anterioridad suficiente como para cumplir con los rigores protocolares impuestos por el coronavirus. Primero fueron 32 los viajeros y un par de semanas después se sumaron los 13 jugadores que militan en clubes europeos; para recién después de cumplir con el aislamiento obligatorio, poder entrenar de manera ideal, todos juntos.
De ese modo llegaron al debut ante el todopoderoso Seleccionado de Nueva Zelanda: con más de 9 meses sin jugar oficialmente en el caso de los que habían participado con Jaguares del cancelado Super Rugby 2020; y con más de un año de inactividad conjunta, para quienes solo habían estado en la RWC Japón 2019.
Los Pumas lograron lo inimaginable: vencer por primera vez en la historia a los All Blacks… Y nada menos que por 25 a 15, desplegando un juego rayano con la perfección, que mereció el unánime reconocimiento del "Planeta Rugby".
Luego llegaría un complejo encuentro ante los Wallabies, con un desarrollo absolutamente adverso y con secuelas evidentes del desgaste físico y mental de la semana precedente. Sin embargo, merced a la inconmensurable fortaleza defensiva y mental, el cierre fue con un empate en 15 puntos.
Posteriormente, con una decena de variantes por la imprescindible rotación, hubo una inobjetable caída ante Nueva Zelanda (38 a 0). Finalmente, en el cierre, se repitió el empate ante Australia (esta vez, en 16 puntos), nuevamente teniendo a la defensa como estandarte fundamental.
Dentro de un contexto tan destacable, emerge también la enorme valía demostrada por jugadores muy jóvenes, como Santiago Chocobares, Santiago Carreras y Santiago Grondona. En algunos casos, apenas tenían un par de presencias con la camiseta celeste y blanca, con el yaguareté sobre el corazón; mientras que otros, directamente debutaron en semejante contexto.
Completando el aspecto individual, entre los forwards hubo colosales performances, como la del entrerriano Marcos Kremer y el capitán Pablo Matera; secundados impecablemente por el resto, encabezados por Guido Petti, Matías Alemanno y Julián Montoya.
También debería puntualizarse entre los backs, la cabal demostración de vigencia expresada por el tucumano Nicolás Sánchez, que amén de haberse transformado en scorer del torneo, fue un conductor ideal del equipo. Como así también el feliz retorno de Juan José Imhoff, después de estar tanto tiempo relegado del representativo nacional.
Circunstancias que sin dudas asoman revitalizantes, de cara al objetivo capital de referencia mediata: la Rugby World Cup Francia 2023. En la que merced a las bondades de un sorteo benévolo, determinó que Argentina compartirá el Grupo D con Inglaterra y Japón; más seleccionados surgidos de la Qualy: el segundo de América y el primero de Oceanía.
En la senda previa, el primer desafío llegará con la Ventana World Rugby Junio 2021, si el Covid-19 lo permite, donde seguramente podrá darse la continuidad que este grupo requiere, en busca de pronunciar una reconstrucción que quizás llegó en el momento menos esperado.