"Quedate en casa y festejá en familia": el pedido de una enfermera de terapia del Cullen
Se desempeña en el Hospital José María Cullen y cuando inicie 2021 estará junto a sus colegas atendiendo a pacientes en situación crítica. En su testimonio, un reconocimiento al personal de salud al cabo de un año signado por la pandemia.
Gentileza Aún debajo del estricto equipo de protección personal se adivinan los gestos y estados de ánimo. Esta soy yo , dice Cristina Lencina cuando envía su foto.
El último día del año la encuentra a Cristina Lencina en plenos preparativos. No para compartir la mesa familiar y el brindis con sus seres queridos, sino para atender la guardia de enfermería en la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital José María Cullen, de donde saldrá cuando 2021 esté apenas estrenado.
No es la primera vez que pasa una fiesta de fin de año en su lugar de trabajo, al que ingresó en 2015, pero si es el primero atravesado por una pandemia. Y esa palabra, y todo lo que implica, lo cambió todo.
En el Cullen, como en otros efectores de salud, hay dos unidades de Cuidados Intensivos: una Covid y otra no Covid, distribución que llegó este año con el nuevo coronavirus. En 2016 Lencina cubrió una guardia del 31, como seguramente pasó, antes y después, fines de semana, cumpleaños familiares y feriados en uniforme de enfermera.
En el caso de las tradicionales fiestas de fin de año, se sincera: "Una nunca sabe qué puede pasar para el 24 y el 31 pero nos preparamos con anticipación". Eso significa que se van desocupando camas en previsión de que ingresen más personas con traumatismos severos producto de accidentes viales, o con quemaduras. Pero "con la pandemia estamos, con más razón, con las camas al límite".
Con tanto trabajo, ¿queda margen para sumarse al menos de forma simbólica a la celebración? "A veces vamos con la idea de tener un momentito libre para nosotros, preparar algo para comer o llevar para compartir; pero nunca se deja la sala sin atención. Un paciente crítico depende del profesional de la salud y tenemos una responsabilidad que hay que cumplir".
Pero este es un fin de año particular, donde los protocolos ya conocidos son mucho más estrictos y no va a quedar ni siquiera margen para un abrazo. "Es lamentable, cambiaron muchas cosas. Otros años hemos podido, este año no y festejaremos como podamos".
Archivo El Litoral / Flavio Raina Sin pausa. Así fue el trabajo de los equipos de salud durante este año, también en la Terapia del Cullen
Sin pausa. Así fue el trabajo de los equipos de salud durante este año, también en la Terapia del CullenFoto: Archivo El Litoral / Flavio Raina
Miradas que "hablan"
Como el resto del personal de salud, los equipos de protección personal son términos y prácticas incorporadas.
- ¿Qué cambió este año?
- Muchísimo (se emociona). Antes, entre compañeros sabíamos si alguien estaba triste o no por la risa, por la cara. Ahora con esto de que estamos todo el tiempo con el barbijo y las gafas protectoras aprendimos a mirarnos un poco más y a saber si alguien la está pasando mal o está triste por los ojos llorosos, o si se ríe porque los ojos se le "achinan". Por ahí hablamos poco, por ahí hablamos mucho; depende de la guardia que tengamos porque no son todas iguales.
Tenemos que aprender a convivir con esto y a estar con el equipo de protección personal. Muchos no lo saben pero cada vez que entra un paciente, nos tenemos que vestir completamente y lleva entre dos horas y media o tres acompañar a esa persona. Esto trae cansancio físico, mental y hasta emocional porque muchas veces el paciente obita a pesar de todo lo que se hace para recuperarlo. Eso genera angustia porque, además, hay un familiar que a lo mejor vio por última vez a ese paciente hace un mes, porque estaba en sala de aislamiento y luego pasó a terapia. O quizá lo vio sólo por una videollamada".
- ¿Qué le decís a la gente que hoy no tiene que atender la guardia de un hospital y puede festejar el fin de año?
- Siempre decimos que tomen todos los cuidados necesarios, que se queden en casa y vayan mañana a saludar a sus familiares. Especialmente a los jóvenes que quieren salir a saludar a sus amigos o ir a una fiesta clandestina, les decimos que no es necesario y que hoy disfruten con su familia, porque por un ratito de diversión pueden complicar a otros.
Estamos trabajando al límite y es importante que cuidemos eso. Como mamá, como enfermera te digo: quedate en tu casa, con tu familia y abrazala lo más que se pueda.