El invierno en que la actriz Blanca Podestá deleitó a los santafesinos
En julio de 1929 la artista, integrante de la dinastía familiar de los Hermanos Podestá, ofreció una serie de funciones en el Teatro Municipal (San Martín 2020). El debut se produjo el día 6 y finalizó el 17, con “La horrible profanación”. Los diarios santafesinos destacaron la “ductilidad de su temperamento artístico” y su capacidad para emocionar al público.
Hemeroteca Digital Castañeda El dramaturgo Jacinto Benavente, ganador del premio Nobel, alabó alguna vez a Blanca Podestá. Para el español, la actriz era dueña del temperamento dramático más fuerte del teatro rioplatense.
La actividad teatral en Santa Fe es, desde hace décadas, un faro para la cultura desde el interior del país, junto con Córdoba y Rosario. Y a lo largo de su historia, la ciudad recibió a figuras trascendentes de esta disciplina a nivel internacional. Pero en el invierno de 1929 la actriz que acaparó la atención del público fue Blanca Podestá. La prestigiosa actriz perteneciente a la segunda generación de los Podestá, la familia consagrada a los escenarios rioplatenses, realizó varias funciones durante el mes de julio de aquel año, con gran éxito, tal como quedó reflejado en titulares, crónicas, críticas y fotografías de los diarios de la capital provincial.
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En su edición del 3 de julio, El Orden anunciaba el inminente debut de la diva en el escenario del Teatro Municipal (San Martín 2020). “La temporada que, en nuestro primer coliseo, ofrecerá la compañía de alta comedia que dirige la celebrada actriz Blanca Podestá promete ser grata en acontecimientos artísticos y sociales. Blanca Podestá, ya conocida por nuestro público, se presenta esta vez al frente de un elenco seleccionado con un repertorio excelentísimo a los que se unen los méritos artísticos de la renombrada artista”, señala el diario santafesino.
El arribo del grupo artístico liderado por Podestá llegó a Santa Fe el sábado 6 de julio y subió esa noche al escenario con “El Rosario”, adaptación escénica de Andrés Bisson de la novela inglesa de Florencia Barclay. “Disciplinado, homogéneo y formado por figuras de singular relieve en la escena autóctona es sin duda alguna el mejor conjunto que nos haya visitado en los últimos tiempos”, señala el diario Santa Fe de esa jornada, poniendo énfasis en la expectativa de los espectadores ante la posibilidad de ver a Blanca Podestá y a sus compañeros.
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Repercusión en la ciudad
La compañía de la diva de los escenarios permaneció varios días en la ciudad. El 13 de julio, el diario Santa Fe titulada: “Continúa actuando con gran éxito Blanca Podestá en el Teatro Municipal”. Esa misma noche, de hecho, subió a escena “Amalia” de Mármol y “Un grito en el silencio” de Rodríguez Acasuso. La noche anterior, los actores habían presentado “La cabaña del tío Tom”, teatralización de Carlos César Lenzi de la popular novela homónima norteamericana. Blanca interpretaba a Eliza, personaje que según consta en el mencionado diario “afronta con energía y fiereza toda clase de obstáculos en defensa de su vástago”.
La temporada del grupo en Santa Fe terminó el miércoles 17 de julio con las presentaciones de “La horrible profanación” y la comedia “Nuestro pasado fue un sueño”. El día anterior, se habían realizado funciones de “Israel” y “El velo nupcial”. Como dato de color, Podestá accedió a que un reportero gráfico de El Orden le saque una fotografía en su camarín, que fue publicada el día 19 de julio por ese medio.
Una vida en la escena
“De puro abolengo nativo, de raza altivamente criolla, los Podestá encarnan toda la tradición fecunda y batalladora de la escena autóctona. Blanca Podestá surgió entre ellos como la estrella máxima de una constelación que brilla a través de toda una época de evolución y de progreso, afirmando cada día con más intensidad, su propia luz artística”, señala el diario Santa Fe en una de las crónicas publicadas en 1929. Y es un buen compendio de lo que la artista significaba para la escena nacional en aquel momento.
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La carrera artística de Blanca Podestá fue una de las más prolíficas de los escenarios argentinos. Había nacido en La Plata en julio de 1887, su padre era Gerónimo Podestá, primera generación de la popular familia consagrada a las artes escénicas. Además, era sobrina de Pablo y Pepe Podestá, quienes además de dedicarse al teatro habían indagado en la música, como guitarristas y cantantes.
Su fama excedió largamente las fronteras argentinas y se proyectó hacia toda América Latina. Cuando el cine argentino era todavía muy incipiente, interpretó a Camila O’Gorman (1909). Curiosamente, algunas años más tarde encarnó a Manuelita Rosas (1925), la hija de Juan Manuel de Rosas.
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Desde la década de 1930, Blanca Podestá interpretó a protagonistas del repertorio europeo y estrenó a los autores locales. Entre 1943 y 1950, actuó en la Comedia Nacional del Teatro Cervantes, además de intervenir en variadas radionovelas, un género en auge en los tiempos previos a la llegada de la televisión. Dentro de sus incursiones radiofónicas, ofreció obras unitarias como “El Rosal de las Ruinas de Belisario Roldán” y “Nuestros hijos”.
Obtuvo reconocimientos en vida: en 1954 fue distinguida por el la Nación por sus méritos artísticos. Subió por última vez a un escenario en 1965, cuando la Asociación de Autores del Uruguay inauguró un teatro con su nombre. Falleció en Buenos Aires dos años después, un 17 de mayo de 1967, cuando tenía 78 años de edad. Sus restos fueron sepultados en el Cementerio de la Recoleta.