Sergio Ferreira presenta un nuevo libro. Con esta nueva edición el autor suma doce obras que aportan al acervo cultural santafesino. Y esta vez “La Dignidad (y otros relatos)” comprende lo selecto de los últimos años de trabajo de Ferreira.
La obra
Al repasar el índice el lector se encuentra, por ejemplo, con “Lamento por el ángel”, un cuento escrito en el contexto de la crisis de diciembre de 2001, dedicado al trabajador social “Pocho” Lepratti, asesinado en Rosario; continúa la mirada y aparece junto al anterior un nuevo relato: “La casa del sur”, de reconocible tono cortaziano; o también el cuento que da nombre al libro, “La Dignidad”, el cual describe cómo el hombre logra ese valor en diferentes situaciones, más allá del paso del tiempo. El relato transporta al lector a la antigüedad, aunque emergen las inquietudes del espíritu con total vigencia en la actualidad.
Este nuevo libro de Ferreira es el tercero de una colección de autores locales, emprendida por la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE, filial Santa Fe). Se presentará hoy, a las 20.30, en el Auditorio del gremio, San Luis 2854, de nuestra ciudad, con entrada libre y gratuita.
La presentación se realizará a través de una puesta escénica donde los artistas participantes (lectores orales, periodistas y una murga) encarnarán a los personajes de algunos de los relatos.
Participantes
Participarán de la escenificación el autor, Sergio Ferreira; en el papel de “los lectores” se sumarán las escritoras Marta Castellano y Graciela Prieto; como “los cronistas” participarán los periodistas Francisco “Panchi” Fernández y Nicolás Loyarte; “El percusionista” será Lucas Fornillo; aparecerá una ilustración de Lucas Cejas; y actuará la murga Los Príncipes de Momo, de barrio Yapeyú. En efectos de iluminación y sonido colaborará L. Pablo Casals, y se proyectarán fotografías cedidas en gentileza por este diario.
Apuesta a la literatura local
A propósito de “La Dignidad (y otros relatos)” Ferreira ofreció a El Litoral algunos detalles.
—¿Cómo nace este nuevo libro?
—La gente de ATE Santa Fe decidió realizar una fuerte apuesta a la literatura local, quiero decir, de esta ciudad. También decidió poner en manos de una persona que sabe mucho de literatura, como es el caso de Alejandro Álvarez, responsable de la revista El Arca del Sur, la selección de los primeros cinco escritores que serían publicados, entre ellos figuró mi nombre. Me pidieron un libro de relatos. Decidí seleccionar textos éditos e inéditos que representan lo que hoy siento como hombre y lo que pienso y siento como escritor.
—¿En qué consiste la colección?
—La colección que es responsabilidad de ATE Santa Fe, bajo el título “Bienes Culturales”, forma parte de un proyecto mayor, digo, por lo que nos comentaron a quienes fuimos publicados. Pero mejor hablo sólo de este comienzo: se trata de cinco libros de narrativa, en una edición de ocho mil ejemplares cada una.
—¿Por qué elegiste abordar el tema de la dignidad?
—Mirá, los relatos que conforman este libro no fueron escritos en un mismo tiempo. Algunos, con muchos años de diferencia. Pero al recopilar noté que la temática eje del libro terminaba siendo recurrente, al menos para mí: la dignidad.
La dignidad como una actitud ante hechos individuales y sociales que van conformando la realidad actual, o la actualidad que, al menos para aquellos que tienen la función social de “armar” un discurso con la materia prima de lo real, nos hacen sentir que es la realidad. Digamos que, hace más de veinte años, vivir en nuestro país se ha vuelto el tablero de un juego dicotómico donde, obligados a jugar, recibimos sólo dos clases de fichas, las de la ignominia y las de la dignidad. Creo que, en nuestro país, luchamos duro todos los días, aunque sea para no perder, para que no nos saquen del juego.
Relatos preciados
—¿Cuál de estos relatos es el más preciado por vos?
—Digo tres, y cada uno tiene su porqué. El más entrañable, el “Lamento por el ángel”, que es un ejercicio de reescritura del asesinato de Pocho Lepratti, producido el cuento en aquellos días difíciles posteriores a la caída de De la Rúa. A tal punto entrañable, que en la presentación del libro, el segmento más importante de la misma consistirá en un homenaje a la figura, la lucha y el ejemplo de Pocho Lepratti. El más sorpresivo, “Obstáculos”, que se escribió solo, quiero decir, yo lo imaginé hasta la primera parte, el resto me lo fueron sugiriendo los propios personajes involucrados; parecían tener mucho más que decir. El que más trabajo me llevó fue “La Dignidad”, que le da título al libro. Por su escenario, una ciudad griega antigua o macedonia o asiria, aunque la trama podría ocurrir en cualquier momento de la historia de la humanidad.
—¿Cómo será la presentación?
—Se trata de una puesta en escena con lectores orales, del grupo literario Temps era Temps, más un armado periodístico que aporta o recuerda datos importantes sobre los graves sucesos del 19 y 20 de diciembre de 2001, con fotografías artísticas y la intervención de la murga (de estilo uruguayo) Los Príncipes de Momo, que serán encargados no sólo de la parte musical, sino también como un aporte de dignidad y lucha social. Se expondrán al público cuatro de los cuentos del libro.
—¿En qué otros proyectos estás trabajando?
—Por suerte, en lo que llevo de vida jamás padecí el vértigo de la página en blanco: por lo pronto tengo terminado un libro de poemas que habrá que ver cómo se edita: se llama “Canción del abandono”. Estoy en proceso de producción de otro, también de poemas, pero con la intención de que sirva como base para un guión teatral, que se zambulle en la cultura de los pueblos de memoria oral, sus formas expresivas, sus recursos mnemotécnicos, sus ricos lenguajes primigenios.
Además, estuvimos hace unos pocos días, con integrantes del Temps, presentando nuestra colección (“Los juegos del Temps”) en Buenos Aires, en un sitio específico de poesía como es “La casona de Boedo”, que coordinan Lidia Rocha y Gerardo Curiá, y sigue vigente nuestra política editorial a nivel nacional, que ya hace cuatro años y varios libros que venimos encarando.
—De algunos de tus relatos literarios se podría decir que están muy cercanos al relato del periodismo literario, en cuanto al estilo, el ritmo, la construcción escena por escena. Ahora que estás estudiando el relato periodístico, ¿descubriste nuevas formas?
—Seguro que este libro sobre los pueblos de memoria oral es producto de mis estudios en comunicación social que empecé el año pasado: un descubrimiento para mí, quiero decir, haber sido descubierto por la proceridad pedagógica de Walter Ong, sus trabajos sobre estos temas me motivaron muchísimo y me pusieron a investigar, a estudiar y a escribir sobre eso. Y respecto de las formas: esas formas, las de la técnica oral de preservación de una cultura, son las que más me motivan hoy por hoy.