Por Darío Pignata
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Si Thomas Alva Edison inventó el 21 de octubre de 1878 una lámpara práctica y viable que lució durante 48 horas ininterrumpidas...
Si la televisión en sí fue inventada en el año 1926 por un físico británico llamado John Logie Baird...
Si el primer aparato telefónico útil fue inventado y patentado por Alexander Graham Bell, en los Estados Unidos, el 7 de marzo de 1876...
Si la lapicera se inventó en 1938 por el periodista húngaro nacionalizado argentino Laszlo Biro (de ahí viene el nombre birome)...
Si los registros documentales más antiguos sobre el uso de una fuerza motriz datan de 1769, cuando el escritor e inventor francés Nicholas-Joseph creó el prototipo de un auto...
Si la creación del avión se atribuye oficialmente a los hermanos Wilbur y Oliver Wright...
Si históricamente se asigna al italiano Guillermo Marconi la invención de la radio y casi al mismo tiempo, a fines del siglo XIX, Maxwell -científico británico- fue el primero en anunciar la posibilidad del uso de este sistema...
Si no es posible señalar quién inventó el periódico pero se puede decir que fue Julio César el precursor que dio el impulso a la primera forma rudimentaria de este tipo de publicaciones porque en Roma circulaba diariamente un pasquín en el cual se informaban las acciones de la República...
...Si todos ellos fueron algunos de los inventores que quedaron en la historia de la humanidad, Esteban Oscar Fuertes es el inventor del gol en Colón porque llegó hace varios años a Santa Fe y lo patentó de distintas maneras.
Anoche, sin ir más lejos, se reinventó con dos latigazos de tiro libre que abrieron un partido cerrado que tenía todos los síntomas del cero a cero con Quilmes. Se dirá que en uno hubo desvío... se dirá que en otro hubo “barrera abierta”. ¿Saben qué? Respetuosamente, no hay que decir nada más de Fuertes en Colón. Hay que admirarlo, pararse de pie y aplaudirlo. Está superando la velocidad del tiempo: tiene 38 pero parece de 20. Son sus mismos compañeros los que se sorprendieron de cómo realizó la exigente pretemporada en Mar del Plata y no por casualidad fue el goleador de Colón en los amistosos.
Algo queda claro después de anoche: a Colón le falta... a Fuertes le sobra. De todos modos, ganó bien y lo dejó helado a Quilmes en la zona de descenso. En lo que más coincido con Gamboa a la hora de la autocrítica es en lo “largo” que se vio en el campo al Colón modelo 2011.
Más allá de la vigencia goleadora de Bichi, lo mejor que mostró el equipo fue el orden para defender. Y en este punto, si bien Pozo volvió a ser Pozo con un par de tapadas y la línea de tres funcionó sin problemas, la vuelta de un “5” metedor y rascador fue clave. Cuando amonestaron a Prediger, me preguntaba: ¿cuánto hace que Colón no tiene un “5” que tire tres patadas en una misma jugada?
Necesita encontrar urgente Damián Díaz un socio para alimentarlo mejor a Fuertes, porque el mérito mayor de Bichi pasa por ser goleador de un equipo con muy poco fútbol en los últimos tiempos, incluyendo la parte final del ciclo Mohamed.
Cambió la historia cuando Colón encontró el primer tanto, porque aparecieron los espacios y allí sí Damián Díaz fue desequilibrante por sí solo. El tema es cuando, estando 0-0, hay que romper el cerrojo en Santa Fe. Poquito de Quiroga por la banda izquierda, demasiado de Graciani en el debut por la derecha. Cuando el “Perro”, con el correr de los partidos, se sienta mejor, Moreno tendrá libertades que hoy no tiene para ir arriba.
Los resultados positivos siempre generan confianza. Para ser protagonista, Garcé debe parar la defensa 15 metros más adelante y achicar espacios; es algo que saben todos. Gamboa lo vio igual y lo dijo en la rueda de prensa.
Ganó bien Colón sin jugar demasiado. Lo que pasa es que Fuertes siempre hace todo. Anoche, el inventor del gol en Colón borró con dos bombazos cualquier duda en el funcionamiento del equipo.