De la bolsita del súper a la de residuos, un cambio de hábitos

De la Redacción de El Litoral
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Cifras nacionales indican que en 4 de cada 5 hogares las bolsas plásticas que se usan para trasladar mercadería se reutilizan en distintos propósitos y el más extendido es sacar la basura. Por eso, la progresiva erradicación de estos envases que comenzó a regir en los supermercados generó un interrogante, repetido varias veces por los lectores en la Línea Directa de El Litoral: ¿como disponer los residuos domiciliarios? La respuesta es muy simple: habrá que volcarse sí o sí a las opciones disponibles en el mercado y que son las bolsas de residuo o las de consorcio.

Estas se pueden conseguir a módicos precios. Como primera opción están las bolsas de residuos que se fabrican específicamente para uso domiciliario y son de uso diario. Las más usadas son las de 45 por 60 cm. y las de 40 por 50 cm. Las mismas, según consultas realizadas en comercios del rubro, se comercializan en paquetes de 30 unidades y sus precios oscilan (según la calidad) entre ,75 y ,50. A la vez, están disponibles las bolsas de consorcio de 60 cm. por 90 cm., fácilmente adaptables al uso hogareño, que cuestan unos por cada 10 unidades.

Uno de los reparos que emergieron de parte de varios usuarios es que, aún con la prohibición de las bolsas plásticas en los comercios, son muchas las que seguirán yendo a parar al medio ambiente, cuando la gente saque la basura. Ante esto, el subsecretario de Ambiente, Roberto Celano, recordó que en la ciudad se generan al año unas 270 millones de bolsas, de las cuales solo una tercera parte -es decir, unas 80 millones- se recicla en los hogares para sacar la basura, mientras el resto se dispersa en el ejido urbano. Con lo cual la reducción sería muy significativa.

“Algunos tienen bolsas guardadas para un montón de tiempo. Otros van tener que comprar las bolsas para sacar la basura. Pero el destino final que van a tener es el relleno sanitario o la planta de clasificación de residuos. Lo que tendemos es a evitar la dispersión de todas aquellas bolsas que no son para sacar la basura y que están diseminadas en la vía pública” que hoy son las dos terceras partes del total que se generan, argumentó el funcionario.

Otra arista que impactará -o al menos así lo esperan en el municipio- en un empleo más racional de las bolsas es que las de residuos hay que comprarlas, mientras que hoy en los comercios muchas veces la entrega gratuita es indiscriminada. “Lo que tendemos es al uso racional”, resumió Celano. Y remarcó que la posibilidad que quedará en pie de comprar las bolsas para sacar la basura y utilizarlas para ese fin, es la que funciona “en cualquier lugar del mundo”.

Erradicación

El pasado 17 de octubre el municipio inició el programa de eliminación de las bolsas plásticas en los comercios de la ciudad. La medida, que en su primera etapa tiene llegada a supermercados y autoservicios, obligó a los comercios a reducir la entrega de este tipo de envases en el 25% de sus cajas. El próximo 16 de enero se extenderá al 50% y el 19 de marzo será el “adiós definitivo”, cuando el total de las cajas deberá plegarse a la veda.

Tras los primeros días de la puesta en práctica de la iniciativa el subsecretario Celano trazó un balance positivo. “La mayor parte de los supermercados que hemos visitado lo cumplen. Y los que no lo hicieron los primeros días, cuando los volvimos a visitar lo implementaron. Muchísima gente está totalmente de acuerdo con la política que está utilizando el gobierno de la ciudad. Incluso nos llamaron de otras localidades cercanas o no a Santa Fe que lo quieren implementar”.

Excepciones

La prohibición que se puso en marcha es para la entrega de bolsas en las líneas de caja. Pero dentro de la estructura interna de cada comercio, cuando haya exigencias bromatológicas de por medio, obviamente hay productos que se seguirán entregando en bolsas de plástico. Tales son los casos de la carne o las verduras. Luego, antes de retirarse del negocio, sí habrá que trasladar los productos adquiridos en la bolsa reutilizable, la bolsa de mandados o el changuito.