Los datos son contundentes: en las últimas dos décadas, alrededor de 150 mil personas murieron en la Argentina por accidentes de tránsito. El año pasado se perdieron más de 7.400 vidas por esta causa, lo que arroja un promedio escalofriante de 21 fallecimientos diarios.
Las causas de este fenómeno son diversas. En primer lugar, aparece esa irrefrenable pulsión por violar las normas que muchos argentinos suelen experimentar frente a un Estado que no controla lo suficiente o que, cuando lo hace, no siempre es de la mejor manera.
De hecho, se calcula que el 89% de los accidentes de tránsito en la Argentina se produce por errores humanos. El dato surge de un estudio realizado por el Centro de Experimentación y Seguridad Vial (Cesvi), sobre la base de más de 4.000 reconstrucciones de siniestros graves ocurridos durante la última década.
El problema es grave, pero pocos parecen tomar conciencia. En este país, el tránsito mata más gente que la delincuencia. En la historia argentina, ninguna guerra o desastre natural produjo una tragedia semejante.
Las evidentes falencias en la estructura vial contribuyen a empeorar la situación. Lejos de ser un aliado, el sistema de rutas suele convertirse en el principal enemigo. Al mal estado de los caminos, se suma la insignificante proporción de autopistas a lo largo y ancho del país. Si bien se produjeron algunos avances en los últimos años, es demasiado lo que aún queda por hacer en esta materia.
Como si los problemas de conducta ciudadana y el mal estado de las rutas no representaran un cóctel suficientemente grave, se suma un elemento más: un estudio internacional acaba de revelar que los autos cero kilómetro que se venden en la Argentina y en el resto de Latinoamérica, cuentan con las mismas medidas de seguridad que tenían las unidades que se comercializaban hace diez, o hasta quince años en la Unión Europea.
Según un informe de Global NCAP -compañía inglesa que evalúa niveles de seguridad en los autos- y el Banco Interamericano de Desarrollo, si se actualizaran estas medidas de seguridad en los vehículos podría salvarse una persona cada dos días en accidentes de tránsito, tan sólo en la Argentina. Si se toma como referencia la totalidad de América Latina, se calcula que hasta 2030 podrían evitarse 40 mil muertes y 400 mil heridos graves.
El secreto radica en que la Unión Europea establece una serie de obligaciones en materia de seguridad a las automotrices que abarcan no sólo los vehículos de alta gama, sino aquellos más económicos. En Argentina, en cambio, los automóviles más baratos cuentan con medidas elementales. Y el 80% de los autos cero kilómetros que se venden, pertenece a estas franjas de precios.
Hace algunos años, desde el Estado nacional se planteó un esquema progresivo de actualizaciones en materia de seguridad para los autos fabricados en el país. Sin embargo, por motivos que nunca fueron explicados, el programa se encuentra estancado.
Así, no sólo se ponen en riesgo las vidas de los conductores argentinos, sino que no resulta posible incrementar el número de unidades vendidas al exterior, ya que sólo se exporta a países que también experimentan atrasos inaceptables en materia de seguridad.
La ONU solicitó este año a los países miembro que cumplan con las 77 normas de seguridad automotor. En Europa, se respetan todas. En la Argentina, ninguna.