Por José Núñez (Diputado nacional de Santa Fe por Juntos por el Cambio)
La marcha de piqueteros, anunciada para el próximo sábado, cuando se realizará la inauguración formal de la exposición anual de la Sociedad Rural, muestra una peligrosa incitación a la violencia.
Por José Núñez (Diputado nacional de Santa Fe por Juntos por el Cambio)
Movimientos sociales como Barrios de Pie y la Corriente Clasista y Combativa ya anticiparon su marcha de protesta hacia la principal sede ruralista, para reclamar que los productores rurales liquiden los supuestos 20.000 millones de dólares que aún almacenan. Tal vez esta sea la peor herencia que nos deja el kirchnerismo. Fomentar la cultura del amigo-enemigo, su hostigamiento y el apriete constante.
La escalada de tensión y ataques contra el campo, tiene claros instigadores: el presidente de la Nación, su vice y los “chicos de la Campora”. Alberto Fernández viene acusando sistemáticamente a los ruralistas de atesorar productos que podrían convertirse en dólares para las reservas.
El relato mitómano y perverso desde la cima del poder político pretende no solo desviar la atención de la sociedad, sino además enrostrar las culpas de la acelerada degradación de los últimos meses al campo.
Ahora, Fernández marca indiferencia y deja actuar a movimientos sociales ligados al gobierno nacional, quienes marcharán ese día a la Rural con la consigna “Basta de especular, primero la patria”.
Esta consigna, confirma que el oficialismo ve al agro sólo como una fuente de dólares a la que exprimir, sin valorar su potencial científico, su capacidad para generar cadenas de valor y de inserción federal.
El presidente se deja conducir por “la grieta”. Es su responsabilidad tomar el ejercicio de diálogo como herramienta de construcción política, partidaria y social, en todos los niveles, en todos los espacios. Escucha horizontal para construir un diálogo sincero frente a la crisis social y económica que atraviesa el país, no podemos dejar pasar mucho tiempo porque necesitamos salir adelante.
Por eso, el Gobierno no tiene necesidad de faltar el respeto o maltratar al sector de la economía más competitivo, el que más invierte y que hace un aporte muy importante.
El gobierno insiste en mentirnos con lo que falta liquidar al campo (es un 25% menos), sino que ni siquiera tiene en cuenta que mientras un productor agropecuario de Uruguay cobra US$ 512 por cada tonelada de soja que exporta, un productor de Paraguay US$ 498 y uno estadounidense US$ 530, un productor argentino cobra tan solo US$ 144. La diferencia se la lleva el Estado, sumado a que los productores argentinos venden y compran en dólares, pero se les paga en pesos. ¿Qué puede esperar el campo del kirchnerismo?
Sostener que el agro es clave para Argentina no debería admitir tanto debate. Genera empleo genuino, y en diversos rubros de la economía, arraigo local y mucho más. Los productores se sienten importantes, y vaya si lo son.
En Argentina constituye una actividad estratégica para nuestro desarrollo económico y social por su impacto en la producción, el agregado de valor, las exportaciones y el empleo, con su consiguiente impacto positivo en la distribución del ingreso y la equidad social.
Todos en el mundo desarrollado y los países emergentes han tomado un rumbo claro para superar el momento actual, no podemos ir nuevamente a contramano del mundo. Y el campo es vital para esto.
El sector agropecuario y agroindustrial tiene mucho para aportar en las actuales circunstancias, puede hacerlo en forma muy rápida y sin ningún tipo de asistencia del Estado, solo necesita que le saquen el pie de encima, como a otras tantas actividades.