Danilo Chiapello
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La macabra amenaza corresponde a un delincuente que hoy asaltó a dos empleadas del CAF Nº 3. Las mujeres se refugiaron en la institución.
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Un dramático momento vivieron este miércoles dos empleadas del CAF Nº 3 a manos de un malviviente que las sorprendió cuando llegaban a la institución.
La secuencia se inició poco antes de las 8, cuando las mujeres se disponían a iniciar una nueva jornada de trabajo en el Centro de Acción Familiar, entidad que pertenece a la Subsecretaría de la Niñez, del Ministerio de Desarrollo Social.
Las mujeres (una trabajadora social y otra que se desempeña como cocinera) terminaban de estacionar su automóvil en Boneo al 3500, esto es frente a la institución, cuando fueron abordadas por un individuo que estaba al mando de una moto.
Sin pérdida de tiempo el desconocido lanzó su grito de guerra: “¡Dame la cartera o te pego un tiro”!, dijo mientras intentaba acorralar a las mujeres.
Del rufián se supo que era un hombre de entre 25 a 30 años y de “muy buen aspecto”, según indicaron las víctimas. Actuó a cara descubierta, y sin importarle que su acción podía ser advertida por muchas otras personas que a esa hora pasaban por el lugar.
Tras algunos forcejeos las mujeres lograron ingresar corriendo a la institución donde finalmente, tras cerrar la puerta con llave, se pusieron a salvo.
Rápido y sorpresivo
Quien resultó una ocasional testigo de este grave incidente fue María del Huerto Soto, directora del CAF 3.
* “Las chicas estaban hablando conmigo a través de una ventana cuando pasó todo. Yo estaba adentro del CAF y ellas recién se habían bajado del auto, cuando fueron atacadas por este tipo. Todo fue muy rápido y sorpresivo”, dijo en diálogo con El Litoral.
“No pensamos que podía ser un ladrón, porque aquí a esa hora llegan muchos papás en moto que vienen a traer a sus chicos. Por fortuna tenemos que agradecer que la puerta estaba sin llave, y entonces las chicas pudieron buscar refugio”, agregó.
“Nos estábamos saludando con las chicas normalmente, cuando veo que el tipo las increpa. Entonces comencé a gritar. Les decía a las chicas que corran y se metan adentro. Fue desagradable y nos asustamos mucho”.
“Cuidarnos entre nosotras”
Lo acontecido fue el tema de conversación durante toda la mañana y obliga a un replanteo en la cuestión de seguridad.
Al respecto Soto indicó que “la verdad es que mucho no podemos hacer porque ésta es una institución de puertas abiertas. De todos modos estamos pensando en que vamos a tener que cuidarnos entre nosotras. Por ejemplo tendremos que estar atentas a la llegada del personal; quizás poner llave e ir abriendo a medida que llegan”, culminó.