Una madre y su hijito vivieron una pesadilla en barrio María Selva

Danilo Chiapello

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“Anoche no pude dormir... no puedo sacarme todo esto de la cabeza. Lo único que pienso es que me quisieron robar el nene”, dice Liliana (35) con lágrimas en sus ojos.

Se nota que está bajo una fuerte conmoción. Y no es para menos. Hace apenas algunas horas que vivió una dramática experiencia junto a su hijito, de 2 años. Los recuerdos estremecen aún más a esta docente cuando refiere que está embarazada.

Con suma amabilidad, Liliana nos recibe en su casa. A su lado está su esposo, quien controla los ruidosos juegos que hace el pequeño, en absoluta inocencia.

* “Todo esto pasó anoche, cerca de las 20.15, cuando llegué de dar un paseo por Aristóbulo del Valle. Yo venía manejando mi auto y en el asiento de atrás venía mi madre junto a mi hijito, de 2 años. Estaciono en la casa de mi mamá, en Mitre y Hernandarias. Allí comenzaron los problemas.

“Mi madre no se puede bajar porque el vehículo tiene traba para niños. Entonces me bajo, le abro la puerta y mi mamá sale. Pero me dice que el nene no se quiere bajar. Ella se aleja unos metros y me dice ‘bajalo vos’ ”.

Una moto y un auto

* “Yo doy la vuelta y en eso veo que por calle Mitre viene una moto con dos muchachos, y detrás un automóvil, ambos circulando muy despacio. No le presté demasiada atención y seguí con lo mío. Agarro a mi nene, y me lo subo upa.

“En eso veo que uno de los tipos de la moto se baja y le agarra el bracito al nene. No me dijo nada, pero yo me asusté mucho. Hago un movimiento y cuando lo suelta yo coloco el nene otra vez dentro del auto y empiezo a gritar ¡Ayuda ! ¡Ayuda!”.

Terror en la calle

* “El muchacho se vuelve a subir a la moto, el auto se le pone al lado y en eso escucho que se dicen ¡¡¡vamos... vamos !!! Salieron por Mitre hacia el sur. Mi mamá creyó que me habían llevado al chico, entonces los empezó a correr por la calle. Yo me desesperé y salí detrás de ella. Le gritaba que el nene estaba bien, adentro del auto. Fue terrible porque ella no me escuchaba. Yo estaba tan aterrorizada que hasta me hice pis encima...”.

Finalmente las cosas volvieron a su cauce. Ambas mujeres regresaron y se reencontraron con el niño, sano y salvo. Pero a todo esto, al escuchar los gritos de las mujeres varios vecinos tomaron cartas en el asunto. Algunos incluso tomaron sus vehículos particulares e iniciaron una persecución de los malvivientes. La iniciativa no prosperó porque los rufianes ya habían desaparecido.

Lo peor que me pasó

Esta mañana Liliana intentaba recobrar la normalidad.

“Quedé muy mal. Estoy sin dormir, porque no me puedo sacar esto de la cabeza. Entiendo que me quisieron sacar el nene. Lo que pasa es que yo llevaba una cartera ‘bandolera’ que ni la tocaron. Ya me asaltaron cuatro veces en la calle y siempre te sacan algo. Pero ahora no me dijeron nada, no vi armas. Sólo que le agarraron el bracito al nene. Fue lo peor que me pasó en la vida...”, cerró.