De la introducción a “Ranas”

Indignado por la decadencia de la tragedia en Atenas, “Dioniso’, el dios en cuyo honor se realizaban las representaciones teatrales, decide descender a los infiernos (catábasis) en busca del difunto Eurípides, para devolverlo al mundo de los vivos y revitalizar así el teatro.Ya en la región de los muertos, “Dioniso’ se encuentra ante la responsabilidad de dirimir a quién corresponde el asiento de honor del arte trágico en el inframundo, en un “agon” -suerte de certamen de ingenio- entre Eurípides y Esquilo, del que saldrá vencedor “Esquilo’. Comicidad, crítica literaria (casi 2.500 antes que algunos escritores contemporáneos se proclamasen inventores del drama y de la ficción “ensayística”), “nonsense” y manifiesto de compromiso civil del escritor confluyen en “Ranas”, de Aristófanes, estrenada en el 405 a.C., y que Losada acaba de editar en una nueva versión al castellano, acompañada de reveladoras notas y de una exhaustiva introducción del del poeta argentino Pablo Ingberg.

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