"A los tiros", la cruel realidad de Scarafía

Prendidas las 24 horas. Hace tres años que el alumbrado público de Scarafía está encendido en horario diurno y nocturno.

La recorrida por este barrio de la ciudad comenzó por el camino viejo a Esperanza, el límite oeste. Dicho camino, que antiguamente permitía llegar a la primera colonia agrícola organizada del país, es hoy una calle de tierra sin rastros de mejoras que todo el mundo evita circular, sobre todo por razones de seguridad.

Poco antes de llegar al límite noroeste del barrio, que es la intersección del camino y Javier de la Rosa, un enorme basural obliga a parar. Se ven carros a caballo, y lo más desgarrador, grandes y chicos revolviendo basura para ver qué cosas que ya desecharon otros cirujas sirven para revender o para alimentar animales.

“Ayuden a la mujer que está dentro de esa casilla”, advirtieron dos jóvenes que se iban con el carro casi lleno de bolsas de basura sin brindar detalles. Sin una palabra más ni una palabra menos, la mujer dijo que estaba embarazada, sola y que al momento de parir irá en busca de ayuda. Pensando en la llegada de su bebé, pidió la erradicación del basural. Pero reconoció que era en vano porque las veces que se lo limpió no tardó en volverse a armar.

Varias viviendas precarias rodean a este basural. Y en unos meses, con seguridad, habrá muchas más. Es que hay varios lotes marcados -sin ningún tipo de formalidad- que anuncian la radicación de no menos de quince familias en la zona.

Inseguridad y falta de servicios

Scarafía linda con Juventud del Norte, al norte; Sarmiento, al sur; El Tránsito, al este; y Santo Domingo, al oeste. En el mapa de la ciudad, está emplazado en el noroeste, lo que también significa que está atravesado por problemas como la falta de servicios -sólo un sector tiene agua potable, no hay cloacas ni gas natural- y la inseguridad.

Sobre esto último, los vecinos señalaron que se producen tiroteos a toda hora del día, ya que hay bandas antagónicas lideradas por jóvenes y eso hace de Scarafía un barrio “complicado”. Es más: en la única escuela, Camila Cáceres de Ballarini, el tema de los tiroteos es uno de los abordados en clase, con el fin de enseñarle a los chicos qué hacer cuando se produce un conflicto de este tipo.

Como ocurre pocas veces, al finalizar la recorrida por Scarafía, el equipo de Crónicas ya tenía el título de la publicación. Es que a lo contado por los vecinos y por docentes, se observó un hombre armado que confirmó que en este sector del cordón oeste de la ciudad “los tiros” se convirtieron en una cruel realidad.