De la Redacción de El Litoral
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El norte santafesino -al menos los departamentos 9 de Julio, Vera y buena parte de General Obligado; también en parte San Cristóbal- “siempre tiene sed”, graficó un productor ganadero que este año, como otros, mira con preocupación la ausencia de lluvias en su campo. Con aguadas vacías, prácticamente sin pasturas, “todo es remar”, grafica.
Por eso, que en Fortín Olmos o en Intiyaco, zona de Bajos Submeridionales, caigan 70 milímetros -como pasó anoche- es noticia, es como si lloviera oro. No alcanza para almacenar, la tierra se traga todo en segundos, pero a los ganaderos les viene muy bien ese respiro y a los pueblos también, porque por lo menos se asienta ese polvo que los fuertes soles norteños “trabajan” y que hacen a veces irrespirable la atmósfera.
A ese mismo, norte, durante prácticamente dos años, en el arranque de la gestión Binner, se le estuvo llevando agua para consumo de modo casi artesanal: tanque por tanque, casa por casa. Ahora, confiesan, comienza a vivirse una situación parecida porque el “afloje” del año pasado y parte del corriente, se terminó. Y si en algunos sitios de la provincia sienten la ausencia de lluvias por un mes, en el norte es el doble.
Además de los 70 milímetros caídos en Fortín Olmos y en Los Amores, Garabato sumó 18, Cañada Ombú 16, Golondrina 20. Y esta mañana, antes del mediodía llovía “a baldazos” en Tostado y parte del arco noroeste de la provincia, donde también hace falta mucha agua.
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