El 13 de febrero de 2001 Colón jugó por la segunda fecha del Torneo Apertura y recibió en Santa Fe la visita de Lanús. Fue victoria del sabalero con goles del chileno Valencia y Gigena, de penal sobre el final.
El 13 de febrero de 2001 Colón jugó por la segunda fecha del Torneo Apertura y recibió en Santa Fe la visita de Lanús. Fue victoria del sabalero con goles del chileno Valencia y Gigena, de penal sobre el final.
Más allá de la victoria, aquel partido será recordado por ser el día que Darío Cabrol se puso por primera vez la casaca rojinegra. La famosa número 50 tuvo sus minutos iniciales en el (aún viejo) Cementerio de los Elefantes.
Tras su polémica llegada al club del sur de la ciudad de Santa Fe, el jugador muy relacionado a Unión, jugó 28 minutos y mostró su calidad. "Me reconforta el recibimiento de la gente. Espero retribuir esa confianza", dijo ese día el volante.
Con el correr de los meses, la polémica siguió instalada e incluso con los años hubo hinchas tatengues que no le perdonaron a Cabrol haber jugado para Colón.
En un reciente reportaje con El Litoral, Cabrol contó intimidades de esos días de locura, donde se reunió con José Vignati y se disponía a negociar con la institución de barrio Centenario. "¿Así que no me quieren?, pensé... ‘Ma’ sí, que se vayan todos a la c... de su madre’... Y arreglé...", afirmó el futbolista.
"Lo hablé con cinco o seis hinchas de Unión, conocidos, fanáticos. Entre ellos, Miguel del Sel, el Oreja Fernández... Les expliqué, me vieron con bronca... Entonces, me dijeron que vaya, que era profesional... Y le dí para adelante. Mi viejo estaba de vacaciones en otro lugar y cuando vio la foto mía con la camiseta de Colón en el Olé se quería morir...", agregó.