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Ya les dijo a todos —compañeros del plantel y dirigentes— que son sus últimos partidos como futbolista profesional. Vignatti quiere que siga en el club vinculado a inferiores.

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Nacido en Gobernador Crespo —provincia de Santa Fe— un 20 de diciembre de 1978, el “Polaco” Adrián Bastía está gastando sus últimos cartuchos en este recorrido como futbolista profesional. Debutó en Racing Club de Avellaneda el 11 de abril de 1998, enfrentando a Ferro. Con la camiseta blanca y celeste de “La Academia”, como con la sangre y luto, pasó por dos etapas.
En sus casi 20 años de máxima competencia pasó por el fútbol de España (RCD Español), Rusia (FC Saturm en el año 2004) y Grecia (Asteras Tripolis desde el 2008 al 2011). Y en la Argentina, además de Colón y Racing, jugó en Estudiantes de La Plata y Atlético Rafaela.
Cuando Vignatti ideó su retorno, para que agitara en los pibes del club la bandera de la pertenencia, la garra y la entrega, le pidió un “gesto” de contagia: que renunciara a la deuda con la cual figuraba en el Salvataje Deportivo. Es decir, renunciar al juicio, porque era uno de los tantos jugadores que tenían los famosos cheques “voladores” de la era Germán Lerche.
Bastía, que había dejado la vida en esa dolorosa final del descenso contra Colón en el Gigante de Arroyito, le digo que sí de entrada a Vignatti. Y así se armó su retorno.
Entre el final del año pasado y el inicio de este 2017, el mismo “Polaco” Adrián Bastía ya le dijo a los dirigentes que su paso profesional que arrancó en el ‘98 en Racing se terminará este semestre con la casaca sabalera. Ya les dijo, a los dirigentes y a sus compañeros del plantel, que el final está cada vez más cerca.
“Quiero que te quedes en el club, que arranques entrenando a los chicos de las inferiores. Colón es tu casa”, le dijo Vignatti al “Polaco” Bastía cuando el “5” le dijo que se retiraba.
Ahora, a los 38 años, el “Polaco” se mete adentro del clásico revancha este domingo a las 14 en la cancha de Colón. En medio de la racha con Eduardo Domínguez en este inicio de año incomparable —no perdió, ganó siete y empató dos— de Colón, una cosa se destacaba desde adentro del vestuario con orgullo: tanto el “Polaco” Bastía como el “Sungui” Blanco, que no juegan y entran poco, son dos de los tipos que más empujan. Y es algo que al entrenador, ex DT de Huracán, lo llena de placer para tener a todos con buen ánimo de cara a un partido trascendental como el de este domingo.
Más allá que el “Polaco” Bastía había presentado credenciales como nunca en Junín con Sarmiento, el entrenador prefirió no “gastarlo” contra los tucumanos. No lo puso de entrada (jugó Bernardi) y tampoco de recambio (lo puso a Fidencio Oviedo), pero ahora se mete de titular a los 38 años en el derby.
Ayer, sin dar demasiadas pistas, el entrenador sabalero tiró alguna “punta” en la rueda de prensa: “Este partido va a ser apretado como todo clásico: sabemos que va a ser muy friccionado y así trabajamos”. Si el partido en el medio es como se lo imagina Eduardo Domínguez, está más que claro que es el tipo de partidos que “le encanta jugar” al “Polaco” Adrián Bastía.
El extraño de pelo largo —campeón con Racing en el 2001 cuando rompió los 35 años de sequía con “Mostaza” Merlo— acumula 522 partidos como profesional con 19 goles gritados (489 partidos por los torneos locales y 23 partidos por copas internacionales).
A pesar que no le fue bien con los resultados en los últimos clásicos, por ejemplo en el anterior en la cancha de Unión —1 a 0 con gol de Lucas Gamba— fue una de las figuras junto al “Indio” Poblete.
Está claro que desde el momento en el cual se rompió el tándem Poblete-Ledesma, el entrenador no tiene un jugador técnicamente igual que el que ganó todo con Boca de la mano de Bianchi, hoy suegro del actual entrenador sabalero.
Para muchos, Bastía adentro del once titular es la gran sorpresa de Eduardo Domínguez. No venía jugando, ni siquiera había entrado y en algunos partidos hastas se quedó afuera del banco de relevos, mirando desde afuera a sus compañeros.
Así, a los 38 años —cumple 39 en diciembre de este año—, el “Polaco” Bastía se mete adentro del clásico. Lo quieren todos en Colón: un profesional ciento por ciento. Perfil bajo, humilde y siempre positivo. “Son esos tipos que suman, jueguen o no jueguen. Está más allá de éso y ahora es un premio recontra-merecido que juegue este clásico”, comentan quienes lo conocen al extraño de pelo largo que se regala este Colón-Unión, cuando le quedan apenas un puñado de partidos para retirarse del fútbol profesional con la camiseta sangre y luto.
Cuando estaba en Rafaela, le atajó un penal a Unión

Fue en septiembre de 2015 en la cancha de Atlético Rafaela: ganaba la Crema con tantos de Graciani y Ferreyra, además de tener un jugador más por la expulsión de Villar en el Tatengue. Pero los de Madelón reaccionaron y de cabeza, Riaño puso el descuento; después igualó Guerreño y Rivas, de penal, puso a Unión 3-2 arriba.
En la última jugada, el “Polaco” Bastía debió cubrir el puesto de arquero por expulsión de Carlos De Giorgi. Y le detuvo un penal a Riaño, quien quería coronar su gran tarde con un doblete. Así, en Rafaela, el “Polaco” Bastía sumó un capítulo más en su idilio con los hinchas celestes.
El otro recuerdo está dado en esa tarde rosarina en el “Gigante” de Arroyito, cuando debieron desempatar Colón y Rafaela por el descenso. Las vueltas de la vida lo pusieron en contra de Colón: dejó todo, profesional ciento por ciento, como siempre. Y se lo pudo ver, en el final del partido, consolando a los chicos de Colón que perdieron la categoría.