POR Enrique Cruz (h)
POR Enrique Cruz (h)
Muchas veces se habla de “caprichos”, pero suele confundirse con “convicciones firmes”. La cuestión es que esa testarudez no termine por convertirse en un boomerang que le juegue en contra. Los entrenadores de fútbol son así. Muchos de ellos “mueren en la suya”, como quien dice, se encierran en una idea y no la abandonan hasta el final.
Franco es un tipo de firmes convicciones y lo está demostrando. Le fue muy bien en el cierre de la temporada pasada (en medio de una muy mediocre campaña) y arrancó bárbaro este torneo. Su idea de equipo ofensivo, abierto, agresivo, frontal, caló hondo en sus jugadores. Libreto claro, por lo visto, bien entendido e interpretado con eficacia en la parte que corresponde al ataque en aquellos primeros encuentros que llegaron con victorias al hilo. Faltó casi siempre lo otro, lo que suele marcar el equilibrio en los equipos, la compensación: no ser vulnerable.
Muchos hoy le reprochan a Franco que no ponga otro volante de marca en el medio para que lo ayude a Poblete y por qué no saca a Lagos, que no ha tenido actuaciones relevantes. Y Franco no hace ni una cosa ni la otra. Puso a Bastía contra Godoy Cruz pero para que juegue de defensor y también lo hizo entrar en el segundo tiempo contra Rosario Central, porque veía que lo estaban arrollando futbolísticamente. Pero a la luz del armado del equipo, está muy claro que sigue confiando en la idea original.
Entre las opciones que tiene un técnico: “morir en la suya” o “con las botas puestas” es una de ellas. La otra sería retocar el esquema sin renunciar a la idea (un término medio que podría resultar saludable para este momento de incertidumbre defensiva, con once goles sufridos en tres partidos), y una tercera opción, sería la de cambiar el modelo, lo cual no sería para nada beneficioso.
Ir al frente, asumir el protagonismo a partir de la tenencia de la pelota, ser ofensivo y buscar el arco rival como prioridad, es muy elogiable. Pero se pierde eficacia, belleza y confianza, si el equipo se descompensa o no tiene la suficiente firmeza para hacer bien la otra parte del libreto, que es la de defender. Esto es lo que le está pasando al equipo de Franco, pero el técnico se aferra a su idea y a su convicción (que ojalá no se convierta en un capricho).