Cumbia, porrón y ahora "Pulgón"

Alberto “Nene” Sánchez | [email protected]



Antes de meterme de lleno en este “nuevo” Colón, me gustaría comenzar diciendo que al Brigadier López llegó un Argentinos Juniors que si bien no está entre los cuatro equipos que hoy estarían descendiendo, si sigue como hasta ahora, dentro de cuatro o cinco fechas irremediablemente se va a acercar y mucho a los que pelearán hasta el final de la presente Superliga.

El conjunto ahora dirigido por Diego Dabove (quien era pretendido por Vignatti) sólo ha ganado dos cotejos (Lanús y Banfield), empató cuatro y perdió los 10 restantes. En 16 encuentros (contando el de anoche), marcó 5 goles y le convirtieron 17; y ya son cuatro los técnicos que utilizó (Alfredo Berti, Ezequiel Carboni, Raúl Sanzotti y ahora Dabove).

Éste fue el rival del “nuevo” Colón, el del “Profesor” Julio Avelino Comesaña, a quien también Vignatti fue a buscar antes de disputar la segunda final de la Sudamericana con “su” Junior (que finalmente perdió ante Atlético Paranaense de Brasil), y a quien esperó después de consagrarse campeón del campeonato colombiano con el elenco de Barranquilla.

Indudablemente, la contratación de Comesaña, con 70 años de edad y muchos de experiencia en la dirección técnica, fue una señal de seriedad por parte del presidente rojinegro. La misma que transmite el entrenador nacido en Uruguay, la misma que transmitió el equipo en la calurosa tarde-anoche santafesina de la víspera.

No le tembló el pulso a Comesaña para dejar afuera a Toledo, Ortiz y Escobar en la defensa; a Estigarribia en el mediocampo y a Chancalay en ofensiva, todos jugadores que con Eduardo Domínguez tenían la titularidad “casi” comprada.

Recibió a Argentinos con un once titular que fue un “mix” entre históricos (Burián, Olivera, Bernardi, Fritzler, Zuculini y Heredia), juveniles (Vigo y Quiroz) y caras nuevas (Cadavid, Zuqui y Rodríguez).

Y con un poco de orden y equilibrio, más algo de tenencia de pelota, le alcanzó para superar al elenco de La Paternal.

De todas maneras, lo hizo sin sufrir, porque Argentinos fue un adversario muy débil, y porque Colón lo tuvo a Luis Miguel Rodríguez, la figura excluyente en el Cementerio de los Elefantes.

Abrió el marcador a los 17 minutos con un derechazo bajo y cruzado al caño derecho después de recibir el pase de Zuqui en un tiro libre; asistió a Heredia para que a los 22 minutos el sabalero se ponga 2-0 arriba; a los 24, hizo expulsar al arquero visitante por atajar con la mano afuera del área mayor un disparo suyo (“el Bicho” se quedó con nueve hombres porque antes había sido expulsado Fausto Montero); y a los 33, casi marca el tercero en una gran contra, estrellando su remate en el travesaño.

Sin dudas, fue el debut soñado para Luis Miguel Rodríguez, que llegó desde Tucumán, seguramente acostumbrado a alguna zamba, algún escondido o alguna chacarera; para instalarse en la capital santafesina, ciudad en la que la cumbia es la madre de las músicas populares; el porrón es la bebida más elegida, y ahora en Colón, está “el Pulgón”, que si continúa mostrando lo que mostró ayer en su estreno con la camiseta del sabalero, se meterá en los corazones rojinegros, así como están “incrustados” la cumbia y el porrón...