Por Enrique Cruz (h)
Uno veía a los que peinan canas mezclados en esa multitud; a esos que conocieron la vieja tribuna de los pinos en Cándido Pujato, a los que se sentaron en esos tablones de madera, a los que veían de pie los partidos en el sector de la techada (el primero en ser remodelado), los que casi se asfixiaron aquella inolvidable noche del 19 de diciembre de 1979, cuando Unión empataba con River en la final del Nacional de ese año. Había lágrimas, mucha emoción, sensación de que algo bueno se estaba gestando esa noche y que ellos, más que nadie, podían dar fe de esto. Cuando el video llegó al final y se mostró al equipo saliendo a la cancha con esa perfecta animación de un estadio repleto y con la nueva fisonomía, la que albergará 40.000 almas cuando se llegue al final de la obra, esos corazones ya un poco cansados pero a punto de explotar por el intransferible amor de décadas, habrán palpitado más que nunca.
Por ahí andaba “Pichón” Vitale, a quien no tuve el gusto de verlo jugar pero es como si uno se lo imaginara. “Un día lo volví loco al ‘Chivo’ Pavoni, que era de enojarse mucho. Era muy zurdo el ‘Chivo’ y yo me paré por derecha, lo encaraba, le movía la pelota hacia su pierna menos hábil y otra vez enganchaba hacia afuera y pasaba”, contaba “Pichón” a quien pasara por allí para saludarlo, mientras agradecía el gesto del vicepresidente tatengue, Jorge Molina, que se tomó el trabajo de invitarlo. Cuentan que “Pichón” era un jugador de gran técnica. “Después de Grecco, fue el jugador más hábil que vi en Unión”, dijo uno de los síndicos del club, el doctor Luis Serrichio, veterano dirigente de aquellas épicas luchas por jugar en la máxima categoría en los ‘60.
Ovaciones y emociones
En medio de los cánticos y el delirio de los más de 2.000 tatengues, hubo tres hombres que se llevaron los mejores aplausos.
“Que de la mano, de Frank Darío...”, fue el primer grito de guerra de los hinchas rojiblancos, en alusión a Kudelka, el técnico que llevó al equipo a jugar otra vez en Primera y que ahora conduce un plantel que enorgullece a su gente.
Otro de los ovacionados —por más que todos los jugadores tuvieron lo suyo— fue uno de los más representativos que tiene el plantel: el uruguayo Nicolás Correa. El “Coto” se ha metido definitivamente en el corazón del hincha en base a su garra, a su entrega, a su corazón y a su compromiso con el club y con la camiseta.
La otra ovación se la llevó el presidente Luis Spahn, quien acompañado por su esposa y con un impecable traje azul, fue el hombre que abrió el acto y que con un discurso tranquilo y real —a imagen y semejanza de su temperamento y personalidad— despertó sostenidos aplausos de respeto, consideración y apoyo para una gestión que no sólo ha provocado la vuelta a la máxima categoría, sino este plan de expansión en medio de una situación económica que todavía sigue siendo delicada en el club.
Las preguntas que el hincha se hace
* 1) ¿De qué se trata el proyecto? De remodelar los cuatro sectores del estadio para duplicarlo en su capacidad. La primera etapa comprende una bandeja en el sector sur (el oficial), con alrededor de 5.000 palcos, plateas y nuevas cabinas para la prensa. Esta tribuna estará afirmada sobre 14 pilares, cada uno de los cuáles llevará el nombre de los 14 muchachos que el 15 de abril de 1907 fundaron el club. Esto permitirá que la redonda se convierta en tribuna visitante, con lo cual la capacidad del estadio se irá a unos 29.000 espectadores, de los cuáles 5.000 serán para los visitantes. La segunda etapa será la construcción de una bandeja en la redonda, que incrementará la capacidad a 34.000 espectadores. La tercera etapa será la construcción de palcos (en edificio) sobre la tribuna de Cándido Pujato y la cuarta comprende la construcción de una bandeja en la tribuna de las bombas, que servirá de techado definitivo para la pileta. En ese momento, la capacidad del estadio llegará a 40.000 espectadores, con un neto corte inglés.
* 2) ¿Cómo se financia? Esta primera etapa tendrá financiamiento propio con la pre-venta de palcos y plateas por cinco años, con un costo de 9.000, 10.000 y 12.000 pesos de acuerdo a la ubicación. El tiempo límite para la suscripción es el 20 de abril. También se buscarán otras fuentes, como algún préstamo o la ayuda provincial tal cual se hizo ya con Colón y con Atlético de Rafaela.
* 3) ¿Quiénes hicieron el proyecto? Trabajó un grupo de arquitectos y colaboradores tatengues. A saber: Oscar Ezcurra, Marcelo Marzocchi, Justo Ezcurra, Carlos Castellitti, Luis Ingerman, Juan Valiente, José Castellitti, Rubén Méndez, Germán Ciceri, Sergio Pecorari, Ricardo Palma, Fernando Giussani, Rodolfo Mezio, Alejandro Jaime, Alfredo Prochaska y Adolfo Zentner, quien hizo uso de la palabra en nombre de la comisión directiva y para explicar la manera en la cuál se pueden ir suscribiendo para adquirir la nueva ubicación.
* 4) ¿Cuánto cuesta? Esta primera parte del proyecto tendrá un costo global de alrededor de 20.000.000 de pesos. Permitirá también que la fachada del club cambie sustancialmente en la zona de Bv. Pellegrini, que se puedan realizar ampliaciones en la pensión y que haya gigantografías y un museo para venerar la historia tatengue.
Los beneficios
De más está decir que la cancha, así como está, con una capacidad circunscripta a 21.000 espectadores y limitando la ampliación de la masa societaria, le ha quedado chica y obsoleta a la propia parcialidad tatengue. Hace 36 años que Unión no toca prácticamente su estadio. La única ampliación que se hizo desde 1975-1976 a esta parte, ha sido el codo sudeste de damas que construyó Angel Malvicino. Y nada más. Es un estadio que, como dijo el presidente Spahn, a Unión le quedó chico.
Por otro lado, hay un tema que también preocupa a la dirigencia y es el de la seguridad. Con la construcción de la bandeja sur, Unión destinará toda la cabecera oeste a los visitantes, con lo cual habrá una entrada independiente por Presidente Perón y Cándido Pujato, evitando cualquier contacto cercano con la parcialidad local. Además, ampliará esa comodidad para los visitantes a unos 5.000 espectadores con populares y plateas.
Hace unos tres años, Unión no sólo navegaba en las dificultades deportivas por un torneo de Primera B Nacional que cada vez se le complicaba más, sino que debía superar crisis internas y políticas desgastantes y que lastimaban a todos. Hoy y más allá de las internas que existen en el seno de esta comisión directiva, Spahn y su gente dan un paso adelante enorme en lo institucional, en las obras, en lo que le quedará al resto de las generaciones que vendrán y que sentirán el mismo amor por Unión que éstos que ayer reventaron de gritos y emociones al imaginar la nueva casa.







