Por Enrique Cruz (h)
El presidente de Unión justificó, con algo concreto y real, el porqué se llegó a esta instancia en la cual se comienza a atrasar la sucesión de pagos al plantel: “Debimos hacer frente a pasivos por más de 1.500.000 pesos que nos desequilibraron el presupuesto”, señaló. Eso es real.
Los jugadores, molestos por el retraso y aún a pesar de que la decisión de no concentrar no fue unánime y bastante dividida, por lo que se supo, resolvieron dormir en sus casas el sábado e ir directamente a jugar el domingo ante la CAI. Ganaron y cumplieron, aún a pesar de que se habían cargado la responsabilidad sobre sus espaldas. Eso también es real.
El diálogo no está cerrado. Se desprende de lo que dicen los dirigentes y también de lo que expresan los jugadores. Esto también es real.
Todo pasa por entender la situación. El aguante y la paciencia la tienen que tener los jugadores. El esfuerzo lo deben hacer los dirigentes. Esto, que parece una obviedad, es, a esta altura del campeonato y teniendo en cuenta la expectante situación deportiva en la que está Unión, una necesidad que se hace imperiosa.




