Enrique Cruz (h)

“Cuando terminó el primer tiempo contra Defensa y Justicia me quería ir del club”, dijo el entrenador. Está entusiasmado con el futuro.

Enrique Cruz (h)
Se lo notaba distendido, contento. Ganar, para los técnicos, es determinante en su estado de ánimo. El mismo Leo Madelón lo dijo luego del partido en Florencio Varela: “Ahora puedo sonreír un poco, menos mal que no me vieron cuando terminó el primer tiempo...”, señaló aquella tarde, luego de una actuación muy rara de su equipo, con un pésimo primer tiempo y una recuperación a tiempo y elogiable en el segundo. Irradia tranquilidad Madelón, siempre con los pies sobre la tierra. Fue una hora de charla en “Café con Fútbol” hablando de todo.
—Muchos ven este torneo corto de 16 partidos como la última gran posibilidad para los equipos chicos. ¿Pensás lo mismo?
—Puede ser. Nosotros nos afianzamos un poquito el año pasado y el torneo corto debería favorecernos. Además, los grandes están en la Copa, salvo Independiente. Si seguimos bien, como hasta ahora, se puede aprovechar, porque en tres meses se termina. Pero yo no le voy a mentir a la gente, mucho menos a la de Unión.
—Antes de empezar el torneo escribía en El Litoral que Unión tiene un técnico que cuida el club. lo decía en función de que no te volviste loco con nombres, no pediste 18 ó 20 jugadores como pasó con otros y sos de los que menos refuerzos incorporaste...
—Tuve una charla contigo hace años, cuando era “pichón” y vine por primera vez a dirigir a Unión, y dije que algún día iba a volver y que la única alternativa era fortalecer sus inferiores y crecer institucionalmente. Unión estuvo atado con alambres durante mucho tiempo, traían jugadores que ya habían hecho su carrera, muchos refuerzos, y las plateas que se vendían por la expectativa que se generaba con esos nombres, eran las mismas que después se las tiraban a todos por la cabeza. Yo no soy hincha de Unión, soy de Caferatense, de mi pueblo, pero quiero mucho al club y pienso mucho en él.
—Volviendo a la primera pregunta...
—Mirá, en el fútbol argentino está todo parejo, Messi no juega acá y nadie saca ventajas con nombres. Fijáte lo que le pasó a Boca con Atlético Tucumán. Mi misión ahora es mentalizar al jugador a que el jueves, en Tucumán, vamos a jugar contra 30.000 personas. Eso es en lo único que pienso.
—Toquemos la parte fea de este arranque. Vos tenés una idea de cómo hacer jugar al equipo que la plasmaste el año pasado, que es el de la presión, el del ahogo al rival en su propio campo. ¿Qué fue lo que te calentó de ese primer tiempo con Defensa y Justicia?
—Ahí me quería ir del club... Así como lo digo, aunque suene duro... Veía el desarrollo del primer tiempo y me preguntaba: ¿qué pasó acá?, ¿qué hicimos en 25 ó 30 días de pretemporada?... No era la cancha de River o la de Central, estábamos en Varela, con 6.000 personas, sin presión. El entretiempo mío fue enérgico pero no les dije cómo jugar, les pedí que atacaran, que le dieran la pelota a los de rojo y blanco y que lo hagan revolcar al arquero de Defensa, porque no habíamos pateado al arco en el primer tiempo.
—¿Te hizo acordar a lo de Rafaela el año pasado?, ¿fue peor?
—El torneo anterior fue muy largo, el 2 de agosto ya habíamos zafado del descenso, me costó mucho programar el equipo porque no sabíamos bien para qué jugábamos. Por eso puse la vara de la Sudamericana. la relajación de todos fue casi instintiva. Hasta los dirigentes me decían “tranquilo, loco, ya nos salvamos del descenso”. En ese partido, Rafaela estaba para meternos cuatro y lo dimos vuelta. Pero nos agarró en ese momento en el que ya estábamos en plena bajada. Ahora es distinto, recién arranca, tenemos confianza plena, todos han jugado en Primera y aprobaron el examen...
—Y has recuperado jugadores, caso Malcorra...
—Nacho es un chico humilde, de perfil bajo... Romagnoli, Barrientos, el “Droopy” Gómez le pegan muy bien a la pelota, pero él hizo muchos más goles. Compramos la barrera para que entrene y la lleva para todos lados, igual que Martínez, para entrenar y entrenar. Es el mejor pateador de tiros libres del fútbol argentino de hoy, pero no se tiene que confundir. Y no lo hace.
—Da la impresión de que te sentís cómodo siendo el líder de un grupo como el que se armó, sin nombres ni figuras rutilantes. ¿Puede ser?
—Ya cuando jugaba me sentía un poco líder, porque me paraba de armador y sabía lo que hacía el resto, lo tenía en la cabeza. Además, me dediqué a aprender mucho de otros técnicos. A mí siempre me gustó Pellegrini, lo conozco, lo fui a ver a Málaga y estuve una semana viendo entrenamientos de él. de los de ahora, el “Muñeco” Gallardo. Y antes, tuve una experiencia muy buena con Zuccarelli en Santa Fe y con el Bambino Veira en San Lorenzo. lo que pasa es que al Bambino le gustaban las prácticas de fútbol y capaz que las hacía de una hora y media, sin dar muchas indicaciones. Pero nos motivaba mucho y el que más trabajaba era el profesor Webber. Me hubiese gustado que me dirigiera Griguol, por ejemplo. Era aquél equipo de San Lorenzo en el que el “10” era Ortega Sánchez, que era el “fiolo” del equipo...
—... Y después vos lo fuiste cuando viniste a Santa Fe...
—(Risas) Claro!... Hablando en serio, me parece que yo era la pieza que faltaba en ese equipo del 89, porque era muy vertical y nadie hacía la pausa.
—¿Y el de ahora es Rolle?
—(Risas) —Mirá, en Gimnasia, por ejemplo, jugué con Rinaudo marcando y tres volantes ofensivos, de los cuáles uno era Villar. Hoy en Unión, tengo a Malcorra que es delantero, Villar es armador y fortalecí un poco el medio de la defensa. Rolle podría jugar de media punta o de doble cinco también. ¿Quién juega con dos delanteros-delanteros como nosotros en el fútbol argentino?, Racing y pocos equipos más. Obviamente puede jugar de enganche si jugamos con tres volantes más atrás. Cuando lo traje a Villar, era para entrar de suplente y jugar en los segundos tiempos, pero después se ganó un lugar. Hoy, ése que tenemos para entrar es Rolle. Un equipo es ofensivo de acuerdo con la cantidad de veces que llegó a posición de gol. Ví equipos con tres delanteros que no llegaban nunca al área.
—Ayudanos un poco a pensar con esto que pasa en el fútbol argentino y en Boca. Arrruabarrena tiene el 70 por ciento de los puntos, sale campeón en dos torneos y a los dos meses se duda de su continuidad. ¿Por qué pasa esto?, ¿será porque Boca no espera?
—No puede ser que el rendimiento de muchos jugadores haya bajado, se ve que algo se le debe haber escapado. Contra los tucumanos no vi jugadores jugando, sino jugadores tirados a la cancha y en algunos casos hasta caminando. No es que no ponían todo, sino que evidentemente estaban mal. Si me pasara a mí, no me quedaría para lastimar o para cobrar el contrato, me quedaría para crecer. El Vasco debería dilucidar si él está en condiciones de cambiar esta historia.
—Esto, en un país en el que ustedes, los entrenadores, tienen muy poca banca y mucha dependencia de los resultados, ¿no?
—¿Sabés qué pasa?, el fútbol es una pirámide y siempre se demuele la cúspide, en donde estamos los entrenadores, pero no se le da bolilla a la base. Descabezamos la pirámide y las hormigas nos van comiendo la base, hasta que todo se derrumba. Eso le pasó a River, a Independiente y a Central, en donde estuve. Cambiar el técnico y no ver qué pasa en la base es el problema. ¿Qué es la base?, el trabajo de inferiores, la dirigencia, todo lo que tiene que estar muy bien para solidificar el presente y planificar el futuro
—¿Cómo está Unión en eso?
—Vuelvo a lo primero que preguntaste y digo que el dirigente se debe sentir orgulloso porque en Unión siempre se iban 14 y venían 14. este año no. Se fue Leo Sánchez y vino uno, se fue Matías Sánchez y vino otro. Si el presidente viene y me dice “este año tenemos que salir campeones”, le doy la mano y me voy. No hay que mentirle a la gente, no podemos decirle que vamos a salir campeones.
—¿Y cuándo se podría decir?, ¿qué tendría que pasar?
—Unión va a pelear, no sé si conmigo. Entre 2018 ó 2019 aparecerán jugadores que la gente de Unión va a disfrutar. Soy un técnico que gusta de pensar en grande, el año pasado fui yo el que pensó en la Sudamericana y muchos creían que estaba un poco loco. Pero no hay que olvidarse que hace seis o siete años, esto era Kosovo. Tumbar la pared dura un ratito, y armarla, seis meses. Estamos cuidándolo bien al club. Si pierdo cinco o seis partidos, soy el primero que diré que me voy, jamás me quedaría por cobrar un contrato porque sé que haría un daño grande.
—¿Te gustaría ir detrás de Belgrano, por ejemplo?
—Belgrano se solidificó desde abajo, se fue el Mudo Vázquez y apareció Zelarayán, después apareció Rigoni y ahora Etevenaux... Tengo una buena relación con Armando Pérez, el presidente, y él nunca le dijo a los hinchas que iban a pelear un título. Está saneado, mete mucha gente en la cancha, se da el lujo de vender jugadores, no le alcanza más el estadio de Alberdi y tiene que jugar en el Kempes. Eso es bueno.
—Y el hincha, ¿cómo juega en todo esto?, ¿o cómo debería jugar?
—El hincha es impaciente por naturaleza, no sólo el de Unión, todos son así. Yo sabía de los jugadores que podía traer, nuestra moneda quedó devaluada en Sudamérica, se abrieron otros mercados, es difícil traer jugadores y yo sabía lo que podía traer en base al presupuesto y a la situación de Unión. No pido nada para mí, todo lo pido para Unión. A veces me ven venir los muchachos que trabajan en el club y dicen: “Uy, ¿con qué saldrá ahora este ‘pesado’?”, porque siempre me estoy fijando en cosas y buscando que el club crezca.
—¿Ves una dirigencia, la de Unión, proclive a mantener un proyecto a largo plazo en un fútbol que espera poco?
—Con Luis Spahn hablamos mucho de tener coherencia. Hay mucha tentación con los jugadores que te ofrecen, pero a veces me pregunto para qué, si estamos preparando a los chicos para que lleguen. los dirigentes me acompañan en esto.
—¿Viste la jugada del penal de Messi?
—Sí... Si es acá, asesinato en masa... lo mínimo que podés escuchar es “de la cancha no salís” o “te voy a ir a buscar en la semana”... Exagero un poco y lo digo en broma, pero es difícil acá. A veces salgo a cenar con mi familia, a tomar un vino y no me puedo reír, porque hay gente que me ve y si el equipo perdió se cree que me estoy burlando o que no me importa haber perdido. Estamos llenos de prejuicios en este país... Volviendo al tema, los que inventaron el fútbol dijeron que gana el que convierte más goles en el arco de enfrente que los que sufre en el propio. Ésa es la verdad del fútbol. Después está el cómo. para los “cómo”, está bueno que haya lujos o cosas lindas.
—¿Y si un día viene Malcorra y te dice: “Leo, voy a hacer la de Messi en un penal”?
—¡Y lo hace en un clásico...! Si tenés “huevos”, el lujo lo hacés cuando va 0 a 0. Si tirás una rabona o un taquito en el 4 a 0, se genera violencia. Y a mí no me gustan esas cosas, porque desnaturaliza.
—A pesar de todo, se ven propuestas interesantes en el fútbol argentino, ¿no te parece?
—El fútbol argentino es muy bueno... River le jugó muy bien a Barcelona durante 35 minutos, el problema es que hubo imprecisiones con la pelota, funcionó la trampa táctica para molestar al rival, pero no tuvieron a Messi o a Neymar para que lastimaran enfrente. Una vez, Pellegrini me dijo que el que juega o dirige en la Argentina lo puede hacer en cualquier parte del mundo. Hay un espíritu muy alto de los que jugamos o dirigimos acá. El problema es que armás un jugador como Triverio y se te va enseguida, como lo que le pasó a Colón con Alario. como técnico, tenés que acomodarte permanentemente. Hay más de 2.000 jugadores argentinos en todo el mundo, imagináte si estarían todos acá.
“Unión los va a ayudar a que ganen dinero”
Muchas veces se habló de las diferencias que hay entre el fútbol de Santa Fe y el de Rosario. Y nos preguntamos por qué ellos, en Rosario, tienen más de diez títulos y nosotros, en Santa Fe, ninguno. Alguna vez, Nery Pumpido dijo que el principal problema del jugador de Santa Fe y del que llega a Santa Fe, es “la comodidad”.
—¿Coincidís en esto Leo?
—Nery es de acá y puede hablar con mayor conocimiento que yo. Si él lo dice, tiene razón. Yo hablo mucho con los chicos y les pongo algunos ejemplos, como el de Humoller o el de Altamirano. Siempre les digo que Unión los va a ayudar a ganar dinero, que tienen que triunfar en el club porque es buena vidriera y la plataforma de lanzamiento. A los jugadores de acá les digo que si Banfield, Argentinos o Lanús fueron campeones, ¿por qué no pensar en que Unión alguna vez lo podrá ser?
“Colón juega bien, pero no me hagan hablar del rival antes de tiempo. Me preocupa Unión, no quiero herir susceptibilidades y ya hablaré cuando nos toque jugar contra ellos”.
Leonardo Madelón
Entrenador de Unión
Los casos Fleita y Pittón
El marcador central fue titular en los dos partidos y Bruno Pittón lo fue ante Temperley. Ambos rindieron y Madelón habla de ellos:
“Necesitábamos penetrar a Temperley y por eso elegí poner a Bruno Pittón. A Zurbriggen le falta en esos últimos 16 ó 18 metros de la cancha. No es una cuestión meramente de perfil, porque puede jugar un derecho ahí. Está el caso de Villanueva, un pibe de Olimpo al que tuve, que juega mejor ahí que del otro lado; también te puedo nombrar a Milton Casco o a Blanc. lo cierto es que le quiero dar confianza a los chicos, que jueguen y tengan continuidad. Hace un año, Bruno Pittón estaba en el Argentino B en Las Parejas y hoy juega en Primera. Al pibe Fleita lo fui a ver en la Liga hace dos años y me gustó. ¡para colmo le dicen Samurai...! Tiene condiciones y me ha respondido siempre.