La situación es delicada. A favor, el tiempo que todavía resta para el final de la temporada. En contra, la situación en la tabla de promedios, la sequía de triunfos y de goles de los delanteros y un nivel de juego que dista bastante de ser medianamente aceptable o rescatable. Bajo estas circunstancias, el tiempo de trabajo para el entrenador se va logrando a medida que se suceden los partidos. Nunca tan certera y necesaria esa frase futbolera: “... que los resultados acompañen”. Porque una victoria es, para Unión, tan vital en este momento como suficiente para que el equipo pueda encontrar un respiro y confianza.
Pumpido se encontró con un panorama que lo obligó a ponerse “manos a la obra”. No sólo pretende rescatar a los jugadores de un estado de ánimo difícil, sino que también trabaja para mejorarlos en lo físico y en lo futbolístico. De eso habló en la previa a este partido con Argentinos Juniors, sin tiros por elevación para el anterior cuerpo técnico pero dejando bastante en claro que no se encontró con un plantel en regulares condiciones generales.
El nuevo técnico eligió claramente la táctica desde que asumió. Su estilo es el 4-4-2. A partir de allí, lo mejor que se le vio a Unión fue la intensidad, el fragor con el cual salió a jugar los dos partidos, sobre todo el último ante los rafaelinos en los que hubo un arbitraje perjudicial por dos penales no cobrados en el primer tiempo y una posibilidad muy clara de expulsión a Bovaglio que Rapallini ignoró.
Sin que se empiecen a ver fantasmas, el tema arbitral no puede soslayarse. Así como Rapallini dirigirá ahora el partido entre Sarmiento y Nueva Chicago (o sea que baja a la B Nacional y para arbitrar un encuentro intrascendente) también habrá que decir que le toca en turno a Echenique, que no es un abonado permanente ni mucho menos a los partidos de la máxima categoría.
Volviendo a Unión, las ausencias de Avendaño y Galván serán sustituidas por Barisone y Sarmiento. En el caso del capitán, la variante se caía de madura. Con respecto al volante, las alternativas abrían un abanico posible en el que se encontraban, entre otros, Alexis Fernández y Nicolás Bruna si lo que se buscaba era mayor contención en el medio. Sin embargo y atendiendo a que es una cancha chica y que se necesita experiencia para salir del paso en este momento, el técnico apuesta a Sarmiento para acompañar a Míguez, volcándose Matías Donnet al sector derecho de un mediocampo que se completa con el uruguayo Alemán.
La otra novedad está en el ataque. No porque haya alguna modificación sino porque Pumpido ratifica a los dos que venían jugando. Aparece otra vez la dupla Jara-Nuñez para este partido, quedando Franzoia y Magnín integrando la delegación que viaja desde el mediodía a Capital Federal y disponibles para integrar el banco de suplentes.
Argentinos es un equipo que se hace difícil en su propia cancha. La conoce a la perfección y saca provecho. Es un equipo que prácticamente ataca con tres puntas. Y Astrada deja en el banco a Anangonó, el ecuatoriano que le dio la victoria ante All Boys. Es un equipo de irregular actuación, que ahora intenta encontrar un rumbo. Será, como todos para Unión, un rival difícil.






