El Litoral
Se reduce un 20 % la captación
Assa contrató buzos para limpiar la toma de agua
La gran presencia de camalotes en el Riacho generó complicaciones en el servicio.
Tres buzos tácticos de una empresa rosarina, con el apoyo de técnicos y una embarcación de Aguas Santafesinas, trabajaban este lunes a la mañana para despejar de camalotes la toma de agua en el Riacho Santa Fe.
Guillermo Lanfranco, gerente de Relaciones Institucionales de la empresa, explicó que hay cinco bombas instaladas y que se interviene de a una para evitar un mayor impacto en la captación del líquido.
“Van bomba por bomba para ver el estado en que está cada una . Tienen un canasto con una reja que evita en ingrese cualquier elemento a la bomba directamente”, explicó.
De todos modos, al apagar una bomba la reducción de captación de agua es de un 20 %, con lo cual impacta, luego, en la distribución. “Es el mismo impacto que veníamos teniendo la semana pasada con las tareas de retrobombeo”, aseguró.
Las tareas continuarán durante toda la jornada y se interrumpirán por la noche: “Si bien tenemos luces, es muy difícil trabajar de noche”, aclaró Lanfranco.
Poca presión
Consultado respecto a los reiterados reclamos de vecinos -especialmente de la zona norte- por la baja presión de agua, el gerente explicó que se produce porque “no llegamos a recuperarnos para tener el nivel que necesitamos de servicio. Al haber entre un 15 y un 20 % menos de captación, obviamente repercute en la distribución, aunque estamos con el sistema de potabilización al máximo de trabajo”.
Lanfranco confió en los resultados de la intervención que se inició esta mañana sobre la toma de agua: “Veremos si podemos mantener la captación, pero el escenario es complejo” porque el río se va a mantener alto durante varias semanas.
“Vamos a repetir esta tarea las veces que sea necesario para tener toda la capacidad de captación, producción y distribución en servicio”, se comprometió.
Los buzos que llegaron hoy a la ciudad se mostraron impresionados por la cantidad de camalotes: “En un momento tuvieron que interrumpir el trabajo porque veían llegar un banco gigantesco de camalotes”, contó Lanfranco.
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