
Las 84 casas que constituyen el complejo continúan ocupadas por las familias que ingresaron en 2012. La provincia asegura que este año relevará la situación social y habitacional.

De la Redacción de El Litoral
Cuatro años, un mes y cuatro días pasaron desde que un grupo de desconocidos usurpó las 84 viviendas del plan provincial Las Delicias, ubicado sobre la avenida Aristóbulo del Valle al 9600, entre Callejón Roca y Callejón El Sable.
Hoy es un barrio afianzado, que mantiene el “ritmo” cotidiano de cualquier otro aunque en la absoluta precariedad ya que los vecinos estiraron las redes de los servicios como pudieron. De hecho, nadie sabe (o nadie lo dice) dónde comienza el tendido de energía eléctrica, cuyos cables se ramifican apoyados en palos y columnas. Algunos hacen panza hasta casi tocar los cercos, también precarios. Algo similar ocurre con el agua, que llega a las viviendas a través de interminables mangueras.
Un jueves cerca del mediodía, hay vecinos que vuelven de trabajar en bicicleta sorteando los pozos del ingreso. Los niños juegan, una verdulería que hace ofertas, Mirta barre la vereda y varios hombres cavan zanjas y pican pisos para reemplazarlos. Es que en estos cuatro años, quienes obtuvieron una vivienda del complejo -que en 2012 cuando fue ocupado estaba a medio terminar- hicieron mejoras, ampliaron habitaciones, completaron las aberturas y sanitarios faltantes. También nacieron niños, pusieron flores y adoptaron perros. Hay muchos perros.
Mientras tanto, el intenso movimiento actual del barrio contrasta con los intentos por recuperarlo. Es que hasta aquí no fue una tarea sencilla.
Desde lo judicial continúa vigente la orden de desalojo dictada por la jueza Sandra Valenti, del Juzgado Correccional Nº 6. Esto fue durante la última semana de abril de 2012, a tres semanas de la ocupación, previa denuncia de la Dirección Provincial de Vivienda y Urbanismo.
La medida debía -y aún debe- efectuarse según los estándares internacionales para desalojos forzados, y previamente deberán agotarse todas las medidas que fuesen necesarias para realizarlo en forma pacífica. Una de esas condiciones implica que la Secretaría de Hábitat de la provincia realice un relevamiento para determinar la situación social y habitacional de cada familia ocupante.
Los planes a futuro
En el 2014 fue la última vez que desde la Secretaría de Hábitat intentaron realizar el relevamiento ordenado por la Justicia, pero los vecinos se opusieron. El director provincial de Vivienda y Urbanismo, Lucas Crivelli, consultado por El Litoral explicó que “se intentó dos veces pero hubo una gran resistencia. Después por una dilación nuestra, ya que para poder hacerlo tenemos que ir con la policía, se tomó la decisión de ver si más adelante podíamos avanzar”.
La nueva gestión al frente de la Dirección de Vivienda, hasta el momento, no determinó fecha para comenzar con el trabajo en el barrio. “Con el cambio de gobierno nos vimos obligados a ajustar algunas cuestiones internas, pero para cumplir con la sentencia vamos a tener que hacer el relevamiento, no puedo dar plazos, vamos a intentar hacerlo este año”, arriesgó Crivelli.
En la recorrida que realizó El Litoral por el barrio los ocupantes manifestaron que no están dispuestos a dejar las casas, aunque reconocen que la manera en que accedieron no es legal. Incluso hay algunos que pagaron importantes sumas -hasta 70.000 pesos- a quienes usurparon la casa. Pero para el director de Vivienda y Urbanismo no existe posibilidad alguna de que permanezcan allí. “La gente que compró esas viviendas sabía que eran usurpadas. Es un acto de mala fe de ambas partes, más allá de que entendemos la necesidad de tener una vivienda, la recuperación se va a hacer de manera integral. De lo contrarío estaríamos generando derechos sobre personas que no lo tenían y eso perjudica el derecho de otro santafesino que respeta el procedimiento legal, el tiempo de un sorteo”, indicó Crivelli. La gran mayoría de las familias que hoy ocupan Las Delicias no son las que efectivamente lo usurparon. Proceden de distintos barrios de la ciudad en donde vivían en el hacinamiento, con otros familiares o en sectores vulnerables. Es así que la usurpación del plan de viviendas muestra un trasfondo claro y problemático: el déficit habitacional en la ciudad capital. “En Santa Fe, como en el resto de la provincia el déficit es bastante importante. La capital y Rosario tienen el mayor déficit cuantitativo y cualitativo. Venimos cumpliendo con una política habitacional que está financiada sólo con fondos provinciales, ya que en los últimos 10 años el Estado nacional discriminó a la provincia en ese sentido”, explicó Crivelli, aunque destacó que el restablecimiento del diálogo entre ambas gestiones favorecería a la provincia con la llegada de fondos. “Hay acuerdos para trabajar en nuevos planes de viviendas, sobre todo para personas que se inundaron, con la intervención de la Municipalidad. Ahora estamos haciendo loteos e infraestructura en distintos barrios. Uno de ésos es la zona de Esmeralda Este, el gobierno nacional se comprometió a financiar las viviendas en ese loteo”, concluyó el director de Vivienda y Urbanismo.
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