Luciano Andreychuk
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@landreychuk

Desde 2012,es obligatorio tener un recipiente vertical para depositar residuos domiciliarios. Las multas por no tenerlo pueden ir de 530 hasta 2.100 pesos.

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Situación 1: un vecino sale de noche de su casa, antes de que pase el camión recolector de residuos. Cruza toda la calle y deja sus dos bolsas con residuos domiciliarios en el cesto en altura de otro vecino que vive en la vereda de enfrente. Es un barrio del macrocentro. Ese vecino no tiene el cesto en altura y aun más: no sabe que por no tenerlo está en infracción, ya que es obligatorio colocarlo; además demuestra su nulo sentido de convivencia, ya que está usando lo que es propiedad de otro.
Situación 2: dos vecinos discuten en una dependencia de la Municipalidad. Están en una instancia de mediación, ya que uno le deja sus bolsas de residuos en el cesto en altura al otro. “Que no tengo lugar, que hay un árbol justo ahí, que ‘afea’ la fachada de su casa”: cualquier excusa sirve. El volumen de la discusión se eleva, se escuchan agresiones verbales.
Esto ha pasado y pasa hoy en la ciudad, donde desde 2012 rige la obligatoriedad de colocar en cada vivienda particular —sea de un titular o de un inquilino—, comercios y en los edificios, es decir en todas las casas de Santa Fe, un cesto en altura para depósito de los residuos domiciliarios diferenciados. ¿Para qué colocar un cesto en altura? Sencillo: para que las bolsas estén a transitoriamente en un lugar donde no puedan terminar tapando los desagües y bocas de tormenta. Si se sigue dejando sobre el piso hasta que el camión recolector pase, esa bolsa puede caer en la calle y tapar una salida pluvial, por ejemplo. También para evitar que los perros las rompan, y que esos residuos desperdigados terminen donde no deben terminar.
Normativa y multas
La obligatoriedad fue aprobada en mayo 2012 con la sanción de la ordenanza Ordenanza Nº 11.865 (que modificó otra norma, la Nº 10.762, extendiendo esa obligación a todas las viviendas de la ciudad) y por el Reglamento de Edificaciones. La colocación de cestos en altura “será obligatoria para todos los frentes de las edificaciones, nuevas o ya existentes, destinadas a vivienda o a cualquier otro uso que genere residuos de tipo domiciliario”, dice la normativa.
No sólo eso: según otra ordenanza modificatoria de 2013, en el artículo Art. 27 bis del Régimen de Infracciones y Penalidades de la ciudad se tipifica una sanción dineraria (multa) a quien no tenga cesto en altura. “La no instalación de recintos o depósitos para alojar transitoriamente bolsas de residuos en el frente de todo edificio destinado a vivienda, o cualquier otro uso que genere residuos de tipo domiciliario (casas particulares, comercios, etc.) será sancionado con multa de 30 a 120 UF”, dice ese artículo.
Estos valores en UF (Unidad Fija, cuyo valor hoy es de 17,67 pesos) representan un mínimo de unos 530 pesos (mínima) hasta unos 2.100 pesos (máxima). Al monto final lo determina el juez Municipal de Faltas. Y un cesto en altura incluida su colocación cuesta entre 400 y 500 pesos. Se pueden adquirir más baratos, ya que —por ejemplo— el municipio tiene un listado de herreros (capacitados por el propio gobierno local) y los precios son más accesibles. En términos de conveniencia, para un contribuyente, es preferible tener el cesto que pagar una multa por no tenerlo.
Algunos números
Es imposible determinar cuántos cestos “de pie” para alojar transitoriamente residuos hay actualmente en la ciudad, donde la población, según el informe Santa Fe Cómo Vamos 2015 es de 403.097 habitantes según la proyección de ese año (y tomando como base el Censo 2010).
En 2016, la Municipalidad local otorgó 454 finales de obra: eso se traduce en 454 cestos en alturas colocados por vecinos (ya que para obtener el certificado de final de obra se exige colocar el cesto, entre otros requerimientos, como tener la cinta verde y, en algunos casos como edificaciones nuevas, los retardadores pluviales).
Este número, naturalmente, no incluye a todos los cestos en altura que colocaron los vecinos informados de la obligatoriedad de tenerlos: hay muchísimos más en todo el ejido urbano. “También están los que el municipio coloca en instituciones y espacios de uso común de algunos barrios (generalmente donde se detectan problemas de microbasurales)”, agregaron fuentes municipales a El Litoral.
Una opinión
“Es fundamental en una ciudad como Santa Fe, con los riesgos hídricos a los que se expone, que todas las viviendas tengan un cesto en altura. Es clave que la gente sea consciente de su importancia, ya que al tener un recipiente vertical se reduce significativamente la posibilidad de que las bolsas tapen bocas de tormenta en épocas de lluvias intensas”, opinó en diálogo con El Litoral Marcelo Ponce, director de Derechos Ciudadanos del municipio.
En funcionario admitió que “han habido situaciones de conflicto interpersonales o interfamiliares, aunque fueron pocos”, aclaró. “En algunas situaciones, se tuvo que abrir una instancia de mediación para resolver conflictos subidos de tono. Tratamos de lograr acuerdo entre las partes desde el diálogo para que algo menor (el vecino que deja sus bolsas de residuos en el cesto de otro) no llegue, por ejemplo, a una instancia judicial o a una situación más violenta”, aseguró.
Para Ponce, aún “hay un muy alto desconocimiento” sobre la obligatoriedad de colocar cestos frente a sus viviendas. “Desde el municipio se trabaja en esa difusión”, afirmó. “Hay además, una cuestión cultural, básica de la convivencia ciudadana: respetar al vecino. Y en eso tenemos que trabajar todos”, cerró.
Una experiencia
Ponce relató una experiencia en territorio, cuando era jefe del Distrito Este: “Fue hace unos años. Tomamos el barrio Guadalupe Este. Hicimos un relevamiento de todas las viviendas a las que les faltaba el cesto en altura. Detectamos que sólo un 15 % de éstas lo tenían. Era un número muy bajo para un barrio grande”, detalló Ponce.
Lo que se hizo luego fue notificar casa por casa sobre la reglamentación vigente, la obligatoriedad de contar con un recipiente vertical de alojo transitorio de residuos domiciliarios, por qué eran importantes y cuál era la infracción. También se explicó que era posible que entre dos frentistas pusieran un solo cesto grande para ambos.
“Al tiempo volvimos a hacer el mismo relevamiento, a los 60 días aproximadamente. Y tras esa notificación puerta a puerta, y que demandó el trabajo de mucha gente del centro de distrito, logramos que subir de 15 % haya a casi un 70 % las viviendas que tenían los cestos en altura colocados”, aseguró el director. “Fue una excelente experiencia, pero debió haber una notificación previa puerta a puerta”.
Concientización
Desde el área de Ambiente del Municipio aseguraron que el marco de las disposiciones sobre cestos en altura, “se ha venido trabajando desde la puesta en vigencia de dicha norma en materia de concientización y difusión”.
“La normativa en cuestión prevé a partir de las reglamentaciones correspondientes, la obligatoriedad de colocar cestos en altura en la vía pública de forma gradual por barrios. A la fecha, dicha reglamentación se encuentra vigente para los barrios Villa Setúbal y 7 Jefes”, recordaron. Este medio dio oportunamente a conocer esa notificación a los vecinos de los dos barrios, en marzo de 2014.
“También se colocaron cestos comunitarios en distintos espacios e instituciones de Alto Verde, Barranquitas, Las Flores, Coronel Dorrego, Nueva Esperanza y Villa del Parque. En total, se instalaron 80 en distintos espacios de uso común, como escuelas, jardines de infantes, centros de salud e instituciones intermedias”, afirmaron.
Se trabajó en la concientización de los vecinos y en la difusión de las disposiciones de la norma en vigencia “a partir de charlas dictadas en vecinales y en visitas puerta a puerta, distribuyendo folletería y conversando con cada vecino al respecto”.
El espíritu de la norma busca “ordenar el espacio público en materia ambiental”. Pero, fundamentalmente, “de prevención del impacto hídrico, ya que al colocarse las bolsas en estos recipientes, se evita el riesgo de que éstas pudieran ser arrastradas por la escorrentía superficial durante eventos climáticos de precipitaciones abundantes, hasta bocas de tormenta o sumideros, afectando de este modo la eficiencia del sistema de conducción de excedentes hídricos de la ciudad”, dijeron las mismas fuentes.