Los actos de vandalismo y la falta de mantenimiento no son exclusivos de la Costanera. El Litoral realizó una recorrida por los principales espacios verdes de la ciudad y detectó que los parques del Sur, Garay, de la Locomotora y J. B. Justo también presentan una imagen deslucida.
En el primer paseo, las dos zonas más descuidadas son las que rodean a la escuela especial Monteagudo y el circuito aeróbico, que bordea la avenida Mar Argentino.
En el sector comprendido entre 9 de Julio y 1º de Mayo, las barandas -que separan la parte superior de la inferior- están despintadas o escritas con grafitis; lo mismo sucede con algunas columnas de iluminación.
Una pérdida de agua forma un barrial y chorrea hasta la parte inferior. El sector de asadores parece completamente abandonado: hay basura acumulada, tachos oxidados y desfondados, y un penetrante olor a orina. En ese lugar los viejos y rotos asadores conviven con las nuevas construcciones que se están llevando a cabo. También hay mesas y bancos de cemento destruidos.
En el extremo este del Parque del Sur comienza el circuito aeróbico, que bordea la avenida Mar Argentino. Allí es evidente el destrozo que sufrieron unos pequeños postes de cemento, que contenían una luminaria en su interior. Absolutamente todos -cerca de una veintena- tienen su tapa transparente destruida y no contienen los focos. Además, algunas columnas de iluminación no tienen las tapas correspondientes y los cables quedan al descubierto.
Finalmente, a lo largo de todo el circuito faltan cestos de basura. Y los existentes en otros sectores del parque están rotos, oxidados o desfondados.
Las dos caras del Parque Garay
El Parque Garay es uno de los pulmones verdes más grandes de la ciudad. En 2009, la Municipalidad invirtió dos millones de pesos para recuperar este espacio que, durante años, había estado abandonado.
A tres años de aquella puesta en valor, el paseo evidencia dos realidades: un sector cuidado y arreglado (entre Suipacha y Santiago del Estero y pegado a la avenida Presidente Perón, donde se encuentra el bulevar central que desemboca en el mástil, el anfiteatro y el centro donde se tramita el registro de conducir), y otro que deja bastante que desear. Se trata del sector noroeste -entre Obispo Gelabert y la Mosconi, donde están la escuela Técnica 651, el poliderportivo y los piletones- que está más deteriorado: la pérgola y los canteros están rotos; faltan baldosas; los bancos están escritos, despintados y desgastados; los cestos de basura de metal están abollados, rotos y sin tapa; y hay mugre acumulada en el canal.
El norte, olvidado
El parque J. B. Justo de Blas Parera y Gorriti es uno de los pocos espacios verdes con que cuenta el norte de la ciudad. Y, de la recorrida realizada por El Litoral, es el que se encuentra en peores condiciones y completamente abandonado. Lo que antes era una cancha de básquet, siempre llena de chicos y jóvenes, hoy está cubierta por los yuyos, le falta un aro a uno de los arcos y el piso está destruido.
Si bien los juegos para niños muestran una paleta de colores, la mitad están rotos: de los caños donde solían pender las hamacas, sólo quedan cadenas sueltas. Los bancos destrozados se suman a este paisaje desolador, que se asemeja a un parque fantasma.
El Litoral relevó al menos tres columnas de luminarias sin la tapa y con los cables al alcance de la mano. Esta situación se repitió en todos los paseos recorridos. Uno de los vendedores de la zona aseguró que, además, varias farolas no funcionan por la noche. Una locomotora sucia, despintada y llena de grafitis es el ícono que le da nombre al paseo sobre la Costanera Oeste. Aquí también se reiteró la imagen de la basura por todas partes, columnas de iluminación sin tapas y algunos bancos escritos o a los que les faltan partes.




