Filosofía en clave infantil: qué pasa cuando los niños hacen circular la palabra y la reflexión
En Santa Fe existe una propuesta de convergencia entre filosofía e infancia: una treintena de chicos de 6 a 10 años realizan encuentros semanales. Allí tratan ejes filosóficos como la vida y la muerte, el amor y la libertad. "El adultocentrismo nos hizo olvidar lo importante que son las infancias", dice el "profe" que impulsa la iniciativa.
Qué es el tiempo, interrogante filosófico si las hay. Los niños trabajan sobre este tipo de tópicos.
¿De qué manera reflexionaría un niño sobre la vida y la muerte? ¿Sobre la libertad, sobre lo que es el bien y el mal, o incluso sobre Dios, tópicos del pensamiento universal? Sorprenderían las reflexiones infantiles sobre estos ejes filosóficos. Quizás el "adultocentrismo", esa suerte de hegemonía de la personas mayores -según la cual sólo ellas pueden detentar el poder del pensamiento- ha eclipsado a las infancias.
La relación entre pregunta, palabra, reflexión es fundamental para abordar aspectos filosóficos en clave infantil. Y en la ciudad de Santa Fe hay una experiencia lúdico-filosófico integral, que se llama "Filosofía para las Infancias" y que reúne a una treintena de pibes de entre 6 y 10 años, en dos encuentros semanales. Allí, ellos son los verdaderos protagonistas.
La iniciativa empezó a tomar forma en una casa de familia en Las Flores II, con rondas de reflexión. Estaban el "profe" de Filosofía que impulsa la experiencia, su esposa e hijo y los amigos de éste, todos del barrio: eran apenas ocho. Hoy, "Filosofía para las Infancias" cuenta con dos encuentros semanales en El Alero de ese barrio.
Ahora, estas reuniones semanales terminaron y se retomarán el año próximo. En los próximos días, los chicos estaban invitados para asistir al Concejo Municipal, donde "tomarán" las bancas por unos minutos para hablar de sus ideas respecto de "una ciudad de los niños".
El profesor Mariano Mariani (46) fue quien decidió trabajar la filosofía en clave infantil, pues advirtió que había una gran ausencia en ese campo. Con él trabajan su esposa, María Eugenia Zorzi (40) y Milagros Jiménez (27), ambas profesoras de Educación Física. "Pero las infancias son las verdaderas protagonistas de todo esto", subraya varias veces durante la entrevista.
En los encuentros la palabra transita libremente. Esto lleva a que se generen preguntas y reflexiones.
Cómo surgió todo
"La filosofía para los niños se ha trabajado muy poco en nuestra ciudad. A pesar de existir experiencias en varios países del mundo, es un campo escasamente explorado. Entonces, nos enfocamos en el nivel inicial y primario, tratando de hacer coincidir o conciliar la educación en esos dos niveles y mi formación en filosofía. Empezamos aquí en casa, que se volvió una especie de aula abierta donde transitaban la palabra y el juego", cuenta Mariani en diálogo con El Litoral.
Hasta que se abrió el Alero de las Flores II. Allí fue el "profe" con su hijo a consultar si se podía desarrollar un taller sobre filosofía para las infancias. Esto ocurrió en el 2020, cuando la cuarentena dio una tregua y se habilitó la realización de talleres dentro de la educación no formal, con todos los protocolos sanitarios vigentes en ese momento. Se hizo una convocatoria abierta y la recepción social fue buena.
Las artes plásticas también son parte del proceso de construcción de pensamiento en clave infantil.
El método
La metodología de los encuentros se basa en hacer circular la palabra entre los chicos, a partir de una mayéutica peculiar. Esto devino en la posibilidad de que el disparador filosófico atravesara toda la propuesta, los niños pudieron salir al patio y expresarse mediante el juego, las artes plásticas o las escénicas. Este año, además, se incorporó en los talleres el trabajo con lenguajes múltiples y el enfoque de las inteligencias múltiples.
Puertas adentro, ¿qué pasa en el taller? ¿Cómo se trabaja la filosofía con niños? Siempre se arranca con núcleos temáticos: por ejemplo, la vida y la muerte, la libertad, la belleza, el bien y el mal, el amor, el odio, el tiempo, la amistad… "Estos son los disparadores filosóficos, y a veces aparecen otros que van surgiendo espontáneamente, porque el esquema es flexible. Los chicos hablan sobre cada disparador, escriben, se expresan", explica.
Algunos ejemplos de preguntas filosóficas que se formulan los chicos y sobre los que se habilita libremente la ronda de palabra: qué pasa después de la muerte, cómo saber si algo está bien o está mal, qué es la justicia. "Para hablar de la vida y la muerte llevé un día un pato embalsamado. Y así, el disparador fue cómo distinguimos lo que está vivo de lo que no", relata el profesor de Filosofía.
Otro disparador: Dios. "Hay chicos que tienen catecismo, entonces la reflexión va por el lado de la enseñanza cristiana que reciben. Pero otros no: algunos creen que se volverá a la vida reencarnado en otro ser, por ejemplo, y otros lo cuestionan. Yo sólo gestiono la circulación de la palabra, apelo a la expresión auténtica. No se descalifica jamás determinados posicionamientos, y luego se ejercita la reflexión de sus fundamentos", asevera.
No se habla de Platón, ni de Aristóteles, ni de Hegel ni de Heiddeger. Pero, sin embargo, muchas de las teorías de estos grandes autores (y de otros) se ponen en práctica. "Las reflexiones sobre el concepto de tiempo que se puede extraer de un niño de 8 años son las mismas que se pueden escuchar en un ámbito académico, en un congreso de filosofía, lo puedo asegurar", enfatiza el docente.
El marco teórico que dio andamiaje al proyecto tuvo sustento en los desarrollos de Matthew Lipman (el principal teórico en el desarrollo de la filosofía para niños) y del pedagogo italiano Francesco Tonucci, particularmente en su conceptualización del Consejo de los Niños y Ciudad de los Niños.
En el Alero de Las Flores II, los jueves durante dos horas se hace el Consejo de los Niños, donde se piensa, se escribe, se pone a circular la palabra y la reflexión. Pero los lenguajes no quedan restringidos a la oralidad y la escritura; puede haber expresión plástica y hasta audiovisual. Todos los lenguajes son habilitados. Los martes esta experiencia también tuvo su oportunidad en el CAF 24. Allí se hicieron varios encuentros durante 2022.
Y los miércoles el encuentro se llama "Ubuntu". En una hora y media, la actividad le da predominancia al juego, pero es el juego no competitivo, inclusivo y colaborativo. Los chicos pueden manifestar algo con la expresividad del cuerpo en movimiento (juegos de estrategia con metas colectivas, por ejemplo).
Esta iniciativa tiene estrecha relación con correrse del adultocentrismo imperante. "En los niños se ven reflexiones filosóficas, estéticas, poéticas. Y la dejadez de las infancias no son, a mi modo de ver, una cuestión de omisión o de despiste. La mirada adultocéntrica menoscaba la palabra infantil: a los niños se los ve como personas llevadas a menos, y con menor autoridad para decir", cuestiona Mariani.
La opción por las infancias "es eminentemente política. Y revertir esto nos ayudaría a pensar al ser humano en su integralidad", subraya. El profesor brega para que la filosofía para los niños se instale en las escuelas como una práctica preestablecida, no como talleres esporádicos.
"Los niños están plenos de asombro y preguntas; la pregunta justa inquieta, pero a la vez devela, logra descubrir una realidad que antes estaba vedada a nuestros ojos, y de allí el estupor que ciertas preguntas logran ocasionar en quien las acoge pertinentemente. Tanto el que pregunta como el que recibe dicha pregunta deben compartir o estar en el mismo estado de asombro, que es el principio del filosofar", concluye Mariani.