Salomé Crespo - [email protected]
En el baptisterio del templo de Santo Domingo, sobre el costado izquierdo del ingreso principal, descansan los restos del brigadier general Juan Bautista Bustos, encontrados y extraídos a la superficie ayer por la tarde. Sobre el elegante ataúd depositado en la sala discreta, una imagen de Juan el Bautista echando agua en la frente de Jesús vigila el reposo del caudillo federal. A pocos metros, detrás de una puerta de hierro, una oficial de policía también vigila.
El cuerpo del primer gobernador cordobés estuvo alojado en una bóveda, bajo el altar principal de la iglesia ubicada en el barrio Sur.
“Estaba a dos metros de profundidad aproximadamente sobre la tierra”, precisó esta mañana el director de Cultos del gobierno de Córdoba, Javier Romero. El funcionario permaneció en la ciudad desde que el grupo de arqueólogos inició la búsqueda a principio de esta semana.
Según explicó Romero, las heridas que recibió en el combate de La Tablada (1829) en el que enfrentó al ejército del general unitario José María Paz, fueron clave para identificar ayer el cuerpo.
“El reconocimiento se hizo por los datos de la estructura ósea, sabíamos que tenía varias costillas quebradas y mal cicatrizadas, por eso no fue necesario utilizar métodos de identificación”, precisó Romero.
La historia cuenta que acorralado por los hombres de Paz, Juan Bautista Bustos llegó hasta la orilla del río Suquía y para salvarse se arrojó de su montado por la barranca. “Perseguido por los unitarios huyó escondiéndose en los ranchos que encontraba en el camino y así llegó a Santa Fe gravemente herido. Aquí lo recibe Estanislao López, pero nunca se recuperó”, relató Romero con una tonada que delata su origen.
Luego de su muerte, en septiembre de 1830, Juan Bautista Bustos es enterrado en el templo de Santo Domingo, orden en la que fue educado de niño en su Córdoba natal.
A la catedral
Según publica el diario La Voz, en su edición on line, el próximo miércoles el gobernador Juan Schiaretti encabezará el acto en el que depositarán los restos de Bustos en la Catedral de Córdoba, muy cerca de la tumba del general José María Paz. Una ironía de la historia o de los vivos, que el descanso eterno los vuelva a juntar.
Sobre los requisitos legales que deben cumplir en el traslado de los restos, Romero explicó que el gobierno santafesino autorizó en 1975, mediante una ley, devolver el cadáver “en caso de que se lo encuentre”.
Los trabajos de los especialistas para ubicar el cuerpo, entre los que se destacan investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba, comenzaron en 1973. En el proceso de búsqueda participó el ex ministro de Educación de Santa Fe Leo Hillar Puxxedú, a quien Romero señaló como uno de los propulsores de la investigación.






