Humedad en edificios: fijan distancias entre piscinas, tanques y medianeras

Luciano Andreychuk

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En una casa particular —o en la terraza de un edificio— se instala una piscina. Pero el sistema de desagote está pegado al inmueble contiguo, hay una filtración y la humedad —esa eterna “maldición” santafesina— llega a las paredes de la otra casa. Lo mismo con los tanques para agua que están pegados a casas aledañas. Ejemplos como éstos sobran. El conflicto vecinal aparece, inevitablemente: hay casos que terminan en mediaciones y hasta juicios.

Por eso, el Concejo sancionó una ordenanza que a primera vista parece algo pequeño, pero es la punta de un iceberg: abre el debate sobre una necesaria actualización del plexo normativo que regula y establece criterios sobre la construcción en una ciudad donde crecen como hongos los edificios en altura y nuevos inmuebles. En rigor, el Reglamento de Edificaciones tiene cuatro décadas de antigüedad: es la Ordenanza N° 7279 de 1976.

En concreto, lo que aprobó el Deliberativo local fue la incorporación de un apartado en ese reglamento, y que versa sobre las instalaciones que produzcan humedad. Así, no se podrán construir o instalar piscinas, tanques para almacenamiento de agua y reguladores de excedentes pluviales a menos de 0,60 metros de los muros separativos de unidades locativas (medianeras) independientes o de predios, aunque sean del mismo dueño.

Tampoco se podrán construir canteros o jardineras arrimados a un muro sin la colocación de un aislamiento hidrófugo vertical, rebasando en 0,20 mts. los bordes de esos canteros o jardineras. Ni canaletas para desagües de techos y otras estructura de zinguería a menos de 0,60 m. del eje divisorio entre predios, desde ese eje hasta el borde más próximo del canalón.

“En todos los casos, se adoptarán dispositivos que impidan la filtración de agua”, dice el despacho definitivo que fue sancionado. Y finalmente, no se podrán colocar enredaderas a menos de 0,20 m. de los muros separativos entre predios.

Discusión de fondo

“Hablamos de un tema puntual, que son los dispositivos que generan humedad sobre terrenos o paredes sobre construcciones linderas. Pero si bien esto podría parecer un tema menor, el por qué de esto va a una discusión más profunda que nos debemos dar. Porque este retoque normativo muestra normas que están vigentes, pero que tienen 40 años”, dijo en el recinto Leonardo Simoniello (FPCyS), autor de la iniciativa.

El edil citó “parches” que no pueden solucionar el problema en su conjunto. “El Reglamento de Edificaciones, el Cuadro de Usos, el Reglamento de Ordenamiento Urbano (ROU), que tiene una comisión permanente pero no sabemos si va prosperando”, dijo. “En los últimos 20 se construyó más del 70 % de la ciudad, sobre todo en altura (edificios), con una legislación que tiene cuatro décadas”.

Los barrios del norte, del oeste o Colastiné “se urbanizaron con normas que ni siquiera habían contemplado obligaciones elementales para los urbanizadores”, agregó Simoniello, y volvió a la zona céntrica y de bulevares. “Hace 40 años no nos imaginábamos edificios de 20 ó 30 pisos”.

El Cuadro de Usos (que establece criterios para el establecimiento para las industrias), quedó en la década del ‘80. “Hoy hay emprendimientos industriales o comercios que tienen inconvenientes de habilitación por la normativa propia, o que tienen que pagar tasas especiales, porque funcionan con excepciones o permisos precarios”.

“Esta es la ciudad que tenemos que modificar, o nos va a pasar por encima”, advirtió el edil frentista. Y sobre el ROU (de 2010),” no tenemos contestaciones de la comisión permanente que tiene que estar monitoreando los cambios urbanísticos que se producen permanentemente en la ciudad”, criticó Simoniello.

Además del tema de la humedad, aún no están previstas (en el Reglamento de Edificaciones) “las rampas para personas discapacitadas; tampoco las escaleras, las salidas alternativas en los edificios y la regulación de los ascensores”.