Luna se convirtió en una herramienta indispensable para hallar cuerpos tras la tragedia de Rosario. La perra de raza Labradora dorada trabaja desde el martes en la búsqueda de víctimas fatales, atrapadas entre los escombros de los edificios destruidos por la explosión. Una tarea que lleva adelante a la par de los rescatistas, durante extensas jornadas.
Cuando llegó al cuartel de Bomberos Voluntarios de la ciudad de Paraná, Luna tenía Un año y pésimos antecedentes. “El dueño la llevó al cuartel porque tenía Un bebé y los labradores son bruscos jugando, podía lastimar al nene. Además, le rompía las plantas”, recordó Tomás Vallejo, el bombero propietario y entrenador de la perra, en diálogo con El Litoral.
El animal se vale de su finísimo olfato para rastrear los cuerpos aún en condiciones muy adversas. Según los especialistas en este tipo de rescates, no existe Un elemento tecnológico que se equipare con la capacidad de búsqueda de los perros.
Respecto de las intervenciones de Luna en el lugar de la tragedia, Vallejo explicó que en Un primer momento los rescatistas ingresan al lugar, lo marcan para comenzar la búsqueda y avanzan en ese sector delimitado. Por su parte, si la perra detecta Un rastro comienza a ladrar como señal del hallazgo. Prácticamente en el desempeño del animal no hay margen de error.
El entrenamiento
Tomás Vallejo adiestró a Luna en la búsqueda de personas vivas y de cadáveres. “La llevaba conmigo cada vez que desde el cuartel teníamos que intervenir en Un accidente de tránsito con víctimas fatales”, indicó el bombero sobre las primeras instrucciones. También se valió de restos de animales muertos para que la perra tome contacto con los cuerpos y aprenda a identificar el olor de Un cadáver. El tiempo que los perros rastreadores pueden pasar realizando la tarea depende del animal, según Vallejo. En algunos casos, pasan hasta ocho años sirviendo en tareas de rescate.
Y en su casa de la ciudad de Paraná, en el día a día, su instinto de centinela nunca se apaga. “Duerme en el mismo cuarto que nosotros -contó Vallejo- y cada una hora se despierta, mira para ver si estamos bien y vuelve a dormir”. Con admiración por el noble animal el bombero dijo “que es Un amor, una gran compañera”.






