La generación de “minibasurales” se produce cuando la gente empieza a arrojar residuos en forma irregular en predios no habilitados para tal fin y está vinculada a la acción de recolectores informales o “cirujas”. Si bien es una problemática estructural, tiene más incidencia en Santa Fe que en el resto de las localidades de la zona, sobre todo por la escala y la cantidad de gente que “cirujea”.
El subsecretario de Ambiente de Santa Fe, Roberto Celano, admitió que donde tienen identificados mayores problemas es en el cordón oeste de la ciudad (que concentra la mayor parte de los recolectores informales), con los barrios Los Troncos y Las Lomas como puntos más críticos. Pero señaló que están identificados a todos y atendidos en forma permanente. Entre las acciones desarrolladas para mejorar la situación figuran la concientización y la colocación de cestos de grandes dimensiones para que los vecinos deriven sus residuos.
En el resto del área metropolitana está problemática está más controlada. En Santo Tomé, existe un espacio consolidado en Lisandro de la Torre y la Defensa Costera donde los vecinos tiran con frecuencia sus residuos, aunque no está habilitado para eso. El lugar resulta propicio para “cirujas” y el municipio debe intervenir con frecuencia. En Monte Vera, detectaron problemas con gente que habita en los límites de la ciudad de Santa Fe y arroja desperdicios en los desagües de la localidad.
En Sauce Viejo, de acuerdo con el relevamiento de la comuna, no hay microbasurales pero sí recolectores informales. Aunque no existe un registro formal, se localizaron 15, que se trasladan desde el norte de la localidad a los dos basurales “oficiales”. En Recreo, controlan la aparición de microbasurales a través de inspectores municipales. De todas formas, desde el municipio llegaron a relevar un minibasural en el límite del distrito con Santa Fe, donde particulares volcaban residuos. Como el terreno era propiedad del municipio santafesino, se acordó el cese del volcado de basura para sanearlo.




