Plaza Alberdi: se robaron las rejillas del desagüe pluvial y caminar es un peligro

Desde hace un tiempo, en la Plaza Alberdi se registran hechos de inseguridad y se advierten importantes deterioros. Hace días, desaparecieron las rejillas de las veredas porque aparentemente por las noches, las roban dejando descubiertos los desagües pluviales. Al respecto, vecinos de la zona manifestaron preocupación por este hecho, ya que van a la plaza con niños o mascotas.

“La falta de rejillas es un peligro. Hay muchos nenes acá y la gente viene con sus mascotas también. De noche si no ves, podes pisar y lastimarte”, contó una mujer y agregó que también, “es molesto por la higiene, porque cuando llueve los desagües se llenan, las veredas se inundan y se acumula basura. Si no lo limpiamos los vecinos o conserjes de los edificios -hay una línea de edificaciones enfrente, por calle Rivadavia-, puede llegar a estar sucio toda la semana”.

También destacaron el abandono de la zona de la pasarela, donde funcionaba un ascensor para cruzar la avenida Alem, para el lado del puerto. “Está lleno de basura y siempre hay olor a orina”, apuntaron.

Por otro lado, se puede ver que los juegos de la plaza están arruinados e incluso rotos, siendo peligroso para los chicos que van a jugar allí: “Nosotros estamos siempre controlando lo que hacen las nenas, pero hay otros chicos que están solos dando vueltas y se pueden lastimar, hay hamacas que están flojas y con la falta de la rejillas se pueden caer dentro, meter la mano, es un peligro”, expresó preocupada una mamá que estaba pasando la tarde con sus hijas.

A su vez, comparó que hay otras plazas más cuidadas: “Solemos ir a la Pueyrredón de barrio Candioti, y está en mejores condiciones, pero también porque está en una zona de mucha circulación, con los colegios, las ferias que hay ahí mismo, están los bares. Entonces no tienen un horario para ir a romper los espacios”.

Con respecto a la iluminación, comerciantes de la zona expresaron que “pasar por la plaza de noche es inseguro porque está muy oscuro y generalmente hay trapitos que siempre están alerta a tus movimientos y son groseros”. A su vez, una vendedora que está siempre con su carrito ahí, como también en El Palomar, coincidía en lo molestos que son los trapitos y agregó: “acá me robaron muchas veces en los últimos meses, están las cámaras enfrente y nadie vio nada. Hace 6 meses que estoy acá y veo que está todo igual de mal. No podes confiar en los niños, hasta ellos te roban”.