Santa Fe tiene 12 basurales y 700 carros

De la redacción de El Litoral
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La ciudad de Santa Fe tiene 12 basurales. La cifra fue brindada por la Municipalidad, que destacó que se ubican en los cordones oeste y norte de Santa Fe y a la vera de la Circunvalación Oeste. Sin embargo, podrían ser más: las vecinales detectan periódicamente nuevos espacios de concentración de residuos.

El municipio se negó a brindar la localización de estos basurales para evitar que más gente tire basura en esos lugares. Sin embargo, sostuvo que organizó un mantenimiento periódico según la zona. “Algunos son atendidos por las empresas Cliba y Urbafe y otros por equipos municipales que recogen la basura tres veces por semana porque se vuelven a formar”, dijo el subsecretario de Ambiente, Roberto Celano.

A la hora de analizar las causas de estas grandes concentraciones de basura se destacan dos factores. Por un lado, los recolectores informales acopian todo tipo de materiales y eligen un espacio cercano a su vivienda para clasificarlos y dejar allí su descarte. “Detrás de ellos hay una realidad social muy fuerte que estamos trabajando para solucionar”, destacó el funcionario. Si bien no hay números oficiales, el municipio estima que en las calles de Santa Fe persisten unos 700 carros.

Por otro, el relato de quienes presiden las vecinales coincide con un aspecto señalado por el funcionario:

“En muchos casos es falta de conciencia ambiental, hay lugares donde los vecinos tiran basura y hasta llegan camionetas y autos particulares para tirar lo que ya no usan o lo que no quieren sacar a su vereda a la espera del camión recolector”, señaló Alfredo Pennisi, presidente de la vecinal Pro-Adelanto del Barrio Barranquitas.

El vecinalista detectó tres sitios de su barrio donde vecinos depositan todo tipo de desechos: desde bolsas de residuos y ramas hasta muebles en desuso y otros objetos.

El espacio indicado para el descarte es el Complejo Ambiental, el predio de 11 hectáreas donde la Asociación Civil Dignidad y Vida Sana clasifica, administra y comercializa el material reciclables. Está ubicado al oeste de la Circunvalación, a 5 kilómetros de la ciudad, y es de acceso gratuito. “Los vecinos pueden descargar sus desechos ahí, en forma gratuita, si el peso no supera una tonelada”, destacó Celano.

Sin embargo, las voces coinciden en que los basurales son naturalizados como puntos de descarte por quienes podrían acceder con su propio vehículo.

Acciones
Un relevamiento de El Litoral realizado en distintas vecinales indica que los basurales de la ciudad serían todavía más de una docena. En algunos barrios, los vecinos concentran los residuos en espacios específicos.

“Al detectar un basural hacemos la recolección y analizamos las causas, hablamos con los vecinos”, agregó Celano. En algunos casos, el municipio acordó la instalación de cestos comunitarios para que los vecinos arrojen sus desechos. En otros, como en Barranquitas Oeste, gestionó a través de un programa de trabajo y empleo que 16 personas que realizaban cirujeo y abandonaron la actividad hoy se encargue de la limpieza del barrio.

“Este grupo de trabajo nos permitió mejorar la higiene de Avda. Perón e Iturraspe, un ingreso que años atrás se caracterizaba por basurales y que hoy, con el trabajo de estos vecinos, logramos mejorar en higiene”, comentó el funcionario, quien detalló diferentes acciones que apuntan a reducir la concentración de basura en espacios urbanos.
Las iniciativas se enmarcan en el Sistema de higiene en la ciudad de Santa Fe implementado a partir de la Ordenanza Nº 11917 de Gestión de Residuos de Manejo Especial, sancionada en septiembre de 2012.

Esto incluye la creación de dos registros: uno de generadores de residuos y otro de transportistas que contempla un plan de inclusión de carreros que abandonen la actividad. Entre ellos, la incorporación del grupo de Barranquitas, la Cooperativa de Cartoneros que recoge los desechos del comercios del centro y de la avenida Artistóbulo del Valle y los 50 ex carreros que fueron reconvertidos como Transportistas B en diferentes actividades económicas.

“De a poco estamos logrando disminuir la dispersión de residuos que sin embargo se sigue produciendo en diferentes lugares de la ciudad”, concluyó el funcionario.

En los barrios

Guadalupe Este
“El desinterés es moneda corriente”, dijo Rubén Mattioli. Vive en Guadalupe Este y le preocupan las ratas y el hedor de la quema de basura que los carros descargan en la cara este de la vía de calle Dorrego. En marzo, cuando hizo el primer reclamo a la Municipalidad y a los medios, era una concentración de ramas, bolsas de residuos y desechos en Dorrego esquina Azcuénaga. Hoy los desechos se dispersan desde calle Larrea por Dorrego, hacia el norte y por más de cuatro cuadras. “Y crece día a día por los carreros que hacen la clasificación sobre la vía y descartan lo que no les sirven hacia el este”, agregó Mattioli.

Barrio Alfonso

En el suroeste de la ciudad, Barrio Alfonso celebra que logró erradicar el basural de Corrientes esquina Solís. Sin embargo Walter Verón, presidente de la vecinal Roque Sáenz Peña, señala que en las 33 manzanas de su jurisdicción todavía quedan tres concentraciones de basura: en Moreno esquina Mosconi, en Roque Sáenz Peña y Moreno y en Juan de Garay intersección Lamadrid.
A lo que llama “malos hábitos” de sus vecinos, sumó un reclamo para la empresa Urbafe: “No tiene un horario definido, pasa cuando quiere y muchas veces no pasa, lo que no ayuda a generar un buen hábito”.

Pro Adelanto Barranquitas
“En este barrio, la basura es un problema”, destacó Alfredo Pennisi. El vecinalista detalló los microbasurales de Pro Adelanto Barranquitas: los más pequeños está en 4 de Enero y Pje. Irala; y en la plazoleta de Juan del Campillo y Saavedra. El basural más extenso del barrio es el que bordea la vía, en Pasaje Fray Luis Beltrán, desde calle Córdoba hasta Pedro Ferré. “Su crecimiento es constante porque hay recolectores informales que clasifican allí la basura”, observó el presidente de la vecinal. “Vienen hasta camionetas a tirar muebles o escombros, ya es un abuso”, se quejó Pennisi.

Barrio Scarafía
“Juntando ramas... Ahora tratemos de mantener la limpieza, colaborando entre todos se logra”. Con ese mensaje Laura Bravo, quien preside la vecinal Barrio Scarafía, pidió ayuda a los vecinos para evitar la formación de microbasurales. Al histórico basural de grandes dimensiones ubicado en Camino Viejo a Esperanza y Javier de la Rosa, en la esquina noroeste del barrio, Scarafía suma la acumulación de bolsas, escombros y ramas en diferentes esquinas, como en Cafferatta al 7800. “No es un sólo basural sino varios, puntuales, que están todos dispersos”, agregó Liliana Velázquez, tesorera de la vecinal.

300 toneladas

diarias es la basura que generamos los santafesinos según estimaciones oficiales, más de medio kilo de basura por día y unos 9.000 mensuales. Además, desechamos un promedio de 200.000 botellas de gaseosas (PET).

De recolectores a cooperativistas
Unos ochenta recolectores informales, conocidos como “ex carreros”, componen hoy la Cooperativa de Cartoneros de Santa Fe. Sus integrantes están inscriptos como transportistas categoría B en el Registro de Operadores de Residuos de Manejo Especial de la Municipalidad que se formó en 2012.

El año pasado, la entidad firmó un convenio de reciclaje de residuos secos con el municipio que estableció un pago mensual de $ 2.000 para cada recolector por la recolección de residuos en los comercios del centro —en el corredor de calle San Martín, entre 25 de Mayo y San Jerónimo—, y en la zona comercial de avenida Aristóbulo del Valle —entre avenida Galicia y el Puente Negro—.

Los comerciantes les entregan el material desde el interior de cada uno de los locales y los recuperadores los trasladan al predio donde lo clasifican.

Transportistas
En septiembre de 2012 el Concejo Municipal sancionó la Ordenanza N° 11907 de Gestión de Residuos de Manejo Especial. El año siguiente, la Municipalidad creó un Registro de Operadores de Residuos de Manejo Especial que hoy nuclea a 1.200 generadores de residuos provenientes de una actividad económica que superan el medio metro cúbico de basura. La norma establece que deben contratar un servicio de recolección especial.

El municipio contó 50 carreros recuperados inscriptos como transportistas categoría B. Su registro implicó ayuda económica para la adquisición del vehículo, capacitación, registro de conducir y gestión del Monotributo social. Del medio centenar, 33 de estos transportistas realizan la recolección de residuos en los comercios del centro que tienen como destino final el relleno sanitario. La misma ordenanza establece que no paguen la tarifa en el relleno sanitario y establece la prohibición de llevar el material a sus domicilios.

El ingreso proviene de la contratación de los comercios: “La tarifa es establecida en base a la cantidad de residuos en un acuerdo privado entre el carrero y el comerciante”, explicó el subsecretario de Ambiente municipal Roberto Celano. La tarifa ronda los $ 800 por comercio al que se le retira la basura.