Vecinos de Santa Rita II denuncian que conviven con la oscuridad y la inseguridad

Desde hace años, los residentes del barrio Santa Rita II conviven con la falta de iluminación y de alumbrado público. Esta problemática impactó notablemente en la seguridad y calidad de vida de la zona, dado que durante la noche las calles se transforman en una auténtica "boca de lobo".

El barrio, compuesto por viviendas construidas bajo planes de Gobierno o sindicales, se encuentra ubicado entre Liceo Norte y Cabaña Leiva, en el extremo noreste de la ciudad. Limita al norte con la calle José Doldán, al sur con Chaco, al este con Luciano Leiva y al oeste con Ignacio Crespo.

La grave situación se evidencia a través de las fotos y videos compartidos por los vecinos, mostrando que no se trata de una sola área afectada, sino que abarca todo el barrio.

Ante esta situación, El Litoral recopiló una serie de testimonios que ilustran la crítica realidad que enfrentan a diario los residentes. A pesar de haber tomado medidas y presentado reclamos ante las autoridades municipales, incluso diariamente, no recibieron respuestas.

Sin luz, sin seguridad

La falta de iluminación incrementó el número de hechos de inseguridad y muchos de los habitantes de la zona se sienten vulnerables, incluso al caminar por sus propias veredas.

Según una de las residentes “el barrio no tiene luz porque cada vez que los focos se queman o se los roban nadie vuelve a reponerlos”. La situación genera tal nivel de desesperación que incluso se propusieron como alternativa comprar los focos. “La única respuesta que recibimos de la Municipalidad fue que no tenían disponibles para reemplazarlos. Intentamos comprarlos, pero eran caros y tampoco logramos adquirirlos”, sentenció la entrevistada.

Todos los relatos coinciden en que “no se puede vivir así, no es vida, tenés que salir sabiendo que te van a robar”, y hacen hincapié sobre todo en que "lo que nos dicen desde la Municipalidad es que ‘el reclamo está pasado’, no hay otra respuesta”.

Además de la falta de iluminación, el barrio enfrenta otros problemas de infraestructura, como calles deterioradas y falta de mantenimiento en espacios públicos como los pastizales y los cañaverales.

Calles en mal estado y peligrosas

La oscuridad en las calles lleva a que los conductores se desvíen del camino, lo cual representa un gran peligro. Muchos vehículos han caído en zanjas al no poder verlas claramente.

"Las calles están llenas de cráteres y llevamos años sin ver una máquina niveladora para arreglarlas. Si necesitas salir rápido en auto o en moto porque te están queriendo robar o hay una emergencia, desarmas el vehículo”. manifestó con indignación.

Escasez en el suministro de agua

La falta de un servicio esencial como el agua también constituye un problema en Santa Rita II. Los residentes argumentan que la mayoría de los días, después de las seis o siete de la tarde, se quedan sin suministro de agua, una situación que vienen experimentando desde hace algunos años pero que se ha agravado este verano.

Aseguran que anteriormente había problemas de baja presión o agua sucia, pero ahora hay momentos en los que no sale ni una gota, lo cual representa un grave inconveniente, especialmente para las familias con niños pequeños o personas mayores. "El problema afecta a todos, pero ellos son quienes más lo sufren", concluyó el vecino.

Demandas por el ingreso del colectivo

En relación a las demandas por mejoras en el transporte público, los vecinos solicitan que la línea 18 extienda su recorrido, ya que actualmente deben caminar varias cuadras para acceder al servicio. Además, los casos de inseguridad ocurren a diario, tanto durante el día como especialmente por la noche, exponiendo a los usuarios a diversos tipos de robos.

Los ataques se producen tanto en la parada del colectivo como al descender de la unidad. La falta de iluminación facilita estos actos delictivos y deja a quienes viven en la zona en una situación vulnerable.