Santa Fe: polémica por las escrituras que aún "no fueron entregadas" a dueños de boliches

El 3 de diciembre de 2009, el Concejo Municipal sancionó la Ordenanza N° 11.653, que dio lugar formalmente al proceso de relocalización de boliches o "confiterías bailables" de la zona de la Recoleta santafesina a la vera de la ruta 168, frente a la Fuente de la Cordialidad. El contexto era la emergencia nocturna decretada el 22 de octubre del mismo año.

Más aquí en el tiempo, en 2013 y 2014, se firmaron los respectivos boletos de compraventa con los titulares de las habilitaciones de los locales que se "mudaron" y relocalizaron. En uno de los lotes se procedió a su venta por el proceso de licitación pública que también fue autorizado por ordenanza.

En esos boletos de compraventa firmados por el municipio se incluyó una cláusula que establecía la obligación de otorgar la escritura traslativa de dominio a los titulares dominiales (los bolicheros) antes del 31 de diciembre de 2022. Este plazo legal venció.

Una escritura traslativa de dominio es el documento por el cual el vendedor transmite al comprador los derechos reales de dominio sobre el inmueble o parcela en cuestión. En otras palabras, este acto administrativo transfiere formalmente el título de la propiedad del vendedor al comprador. Esto da al titular pleno derecho para el usufructo de su bien.

La línea cronológica es clave para seguir los acontecimientos. En abril, el concejal Carlos Pereira (UCR) presentó un pedido de informes (que luego fue sancionado por el Concejo), solicitando al Ejecutivo Municipal que dé precisiones de las razones por las cuales "a los propietarios de los terrenos vendidos por el municipio en la zona de relocalización de confiterías bailables aún no se les ha otorgado la respectiva escritura traslativa de dominio". También, "si se encuentran en marcha las tramitaciones para proceder a dicho acto jurídico".

La respuesta oficial

Este pedido de informes fue respondido por el área de Escribanía que depende de Fiscalía Municipal, el pasado 12 de septiembre. Consta en los Asuntos Entrados de la última sesión del Concejo. La respuesta, en términos sencillos: dado que vencieron los plazos legales, las escrituras traslativas de dominio ya se pueden firmar y otorgar.

Esto, "si es solicitado por los interesados (los titulares de los boletos de compraventa), se podrá proceder (a la entrega de las escrituras) de acuerdo a la documentación y a los boletos oportunamente suscriptos y teniendo en cuenta cada situación en particular de cada adquirente", además, "evaluando si se cumplieron las obligaciones contraídas oportunamente con ambas partes", dice la nota de respuesta por parte de Escribanía municipal, a la que accedió este diario.

"Este pedido de informes surgió porque nos llegaron reclamos de los propios titulares dominiales de los boliches a los que no le querían firmar las escrituras. Se había acordado, cuando se hizo el convenio de relocalización y tras la firma de los boletos de compraventa, que las escrituras se iban a otorgar una vez que se terminara un cargo (un impuesto) que impuso Nación al municipio por donar esas tierras. Ese cargo era engorroso por la maraña burocrática que implicaba", explicó Carlos Pereira en diálogo con El Litoral.

Los titulares dominiales (bolicheros) empezaron, según la versión del concejal, a reclamar la escrituración de las parcelas que compraron. "Lo que dice Escribanía en la respuesta al pedido de informes es que corresponde que el municipio entregue las escrituras; pero no las otorgan. El expediente con la solicitud de respuestas estuvo 'rondando' dentro del municipio. De Producción fue a Control, y de ahí a Escribanía, que dijo que hay que otorgar las escrituras. Pero otra vez, nadie se hace cargo. Es una situación medio absurda", fustigó el edil.

Ocurre que con la escritura traslativa de dominio final, los titulares dominiales podrían disponer libremente de sus bienes. Fundamentalmente, según lo acordado en el convenio, los titulares podrían con las escrituras correspondientes disponer libremente de estos terrenos. Se puso como garantía que quienes estaban sujetos a la relocalización no terminaran haciendo sólo un negocio inmobiliario y explotaran los boliches un tiempo. Esto para asegurar que se hagan las inversiones", cerró Pereira.