5 de la mañana del domingo. Quienes asisten a los boliches de la ciudad de Santa Fe, ubicados a la vera de la Ruta Nacional 168 comienzan la desconcentración del lugar. Miles de jóvenes, dejan el lugar a pie, otros en motos y autos.
Ocurrió en la madrugada del domingo. Un lector relató una secuencia preocupante, donde el denominador común era el caos. Se hace un embudo en la calle que conecta la ruta con las discotecas.
5 de la mañana del domingo. Quienes asisten a los boliches de la ciudad de Santa Fe, ubicados a la vera de la Ruta Nacional 168 comienzan la desconcentración del lugar. Miles de jóvenes, dejan el lugar a pie, otros en motos y autos.
Todos convergen por la misma vía de “escape”, una angosta calle de unos 700 metros de extensión que va desde la Fuente de la Cordialidad hasta donde están emplazados las discotecas locales.
Familiares de uno de esos miles de jóvenes se comunicaron con El Litoral para relatar el caos que atravesó para entrar y salir del lugar, mientras se sucedían una serie de hechos desafortunados, donde la palabra que se repite es “descontrol”.
El primero de los puntos que remarcó el entrevistado fue: “No hay presencia policial”. Luego, comentó el vecino, “se empezaron a pelear y corrían con palos, incluso había chicos ensangrentados”.
Entre las escenas de locura, el lector agregó que a otro joven le rompieron el auto. “Un desastre. Llamamos al 911 y la policía llegó media hora más tarde”, relató. Y agregó: “Estuvimos una hora para salir de ahí, viendo un espectáculo sin un solo policía”.
En su testimonio, el vecino reitera la necesidad de controles y mayor seguridad. “Nuestros hijos se amontonan ahí. Se hizo un embudo de autos y no se podía circular. Los chicos salen borrachos y nadie hace alcoholemia. Además, se cruzaban las motos”, contó.
En ese sentido, añadió: “Busque a mi hija 5 de la mañana y llegué a mi casa 7.20; todo ese tiempo estuve tratando de salir de ese lugar”.
Al ser consultado por la presencia de algún puesto de control, el lector mencionó que había un control municipal sólo en el sector del puente. “Se necesitan policías fijos ahí, control de alcoholemia y vigilancia. Municipales para que el tránsito no colapse cómo la madrugada del domingo”, reflexionó.
Otro testimonio concuerda con lo anteriormente expuesto. “El desmadre se da con los autos, a la hora de la salida”, comentó el familiar de otro asistente a los boliches ubicados a la vera de la Ruta 168.
Según el relato de este lector, el problema no es nuevo y se genera porque por la misma calle circulan vehículos (algunos a alta velocidad) y personas a pie.
Los inconvenientes también se extienden para cruzar al otro lado de la Laguna Setúbal, sea por el puente Oroño o por el Colgante, detalla este vecino.