Josefa Díaz y Clucellas nació en 1852, en Santa Fe. Habían pasado pocos meses desde la batalla de Caseros y faltaba apenas un año para que la ciudad se convirtiera en la sede elegida para sancionar la Constitución.

Así la definió Leoncio Gianello en 1975, según una crónica publicada por diario El Litoral. Ese año, se realizó una muestra en su honor por el Año Internacional de la Mujer. ¿Por qué su trabajo es tan valorado?

Josefa Díaz y Clucellas nació en 1852, en Santa Fe. Habían pasado pocos meses desde la batalla de Caseros y faltaba apenas un año para que la ciudad se convirtiera en la sede elegida para sancionar la Constitución.
Sus padres fueron Diego Diaz y Mercedes Clucellas. Vivió su niñez y adolescencia en el entonces llamado Barrio del Puerto, en la esquina de La Rioja y San Luis. A los 19 años, ya había realizado retratos, miniaturas, paisajes, naturalezas muertas, temas religiosos e iconografía de próceres. Algo inusual para una mujer en el siglo XIX.
"Hizo que su nombre, a pesar de su innata modestia, trascendiera de los límites locales y se hiciera conocer en toda la provincia", afirmó El Litoral en su edición del 23 de agosto de 1952, año del centenario de la artista.

En 1871, la Honorable Asamblea de Representantes de Santa Fe le otorgó "una medaIla de oro costeada por el tesoro de la provincia". La misma tenía una pulgada y medio de diámetro.
En el anverso, llevaba grabada una corona de laurel y la inscripción: "La provincia de Santa Fe a las bellas artes, 1871". En el reverso, un caballete, pinceles, una paleta y esta frase: "Al talento, gloria y estímulo. El P. E. al dar cumplimiento a esta ley acompañará a la agraciada copia legalizada de ella. Sala de Sesiones, agosto de 1871".
El 1894, Josefa entró a la orden de las Hermanas Adoratrices y continuó pintando y ejerciendo la docencia. Además se dedicó a las obras de caridad y a fundar instituciones filantrópicas. Diversas fuentes coinciden en que muchas de sus obras se perdieron, debido sobre todo a que sus poseedores desconocían el auténtico valor de las mismas.

Hubiera sido riquísimo para los historiadores contar con esas piezas. Es que, según consta en las crónicas, eran documentos del pasado de la ciudad: figuras, paisajes urbanos y ribereños, escenas familiares y populares. Sor Josefa falleció en Villa del Rosario, Córdoba, el 24 de septiembre de 1917, hace justo 108 años.
En 1952, centenario del nacimiento de Josefa, la Academia Provincial de Pintura realizó actos. En un comunicado reproducido por El Litoral, la entidad señaló que "en el arte de la pintura, Sor Josefa Díaz y Clucellas representa en Santa Fe la más lejana revelación de una personalidad dotada de condiciones artísticas superiores”.
"No solamente descolló aquí, sino en todo el litoral, y su nombre se hizo familiar como profesora y orientadora de vocaciones artísticas en Rosario, Paraná, Corrientes y Córdoba", agregó.

"Su notable dominio en el manejo de los pinceles se reveló en ella desde temprana edad y cultivó este adorno espiritual con el íntimo recato y el temor, casi, con que se acercaban las mujeres de entonces a las artes liberales", remarcó.
"Pero ello no obstó para que fuera superando todas las dificultades que suponían, en aquellos tiempos, las limitadísimas ocasiones para estudios de esta clase y la falta de estímulo en el ambiente local", subrayó luego.
"Aprendió como pudo los rudimentos del arte y logró una sólida formación y una maestría que la convirtió en una original pintora, indudablemente la primera que se expresa con acento propio en esta zona del país", cerró.

En octubre de 1975, en adhesión al Año Internacional de la Mujer, la Comisión Arquidiocesana de Liga de Madres de Familia presentó en el Museo Municipal de Artes Visuales una exposición con obras de sor Josefa. Incluyó 17 trabajos, entre ellos "Autorretrato", "Frutas" y "San Vicente de Paul".
La principal referente de la mencionada comisión, María del Carmen Rodríguez de Antille, señaló que la institución "no podía estar ausente en los actos por el Año Internacional citado". Así lo reflejó El Litoral el 13 de octubre de 1975.
Rodríguez de Antille agregó que, para tal adhesión, "no podía encontrarse figura más adecuada que la de Pepa Díaz, la que en el predio provinciano de antaño practicó el arte con singular encanto y nos legó con el valor estético de sus telas el recuerdo de una exquisita personalidad".

Dijo, además, que la comisión, al auspiciar la muestra de algunas obras de la primera pintora rescatadas de colecciones privadas, claustros y templos, sentía una doble satisfacción: "la de cumplir con un acto al que estaba obligada y la de ofrecer a la emoción del público el mensaje artístico de sor Josefa".
Luego habló Leoncio Gianello, quien dijo que "la protopintora, -“excelsitud de mujer"- ha inspirado páginas de evocación emocionada a Horacio Caillet-Bois, José Pérez Martín, Antonio Colón y Catalina Pistone".
Señaló después respecto a la artista que hacía sus cuadros como una manera de servir a Dios y de orar” y citó obras como "Negra con niño" (verdadero alarde técnico, apuntó) y "Dolorosa".

Destacó que la vida de la religiosa, "estuvo íntimamente vinculada a la iglesia del Carmen, contribuyendo con su fortuna a la construcción del templo, pintando la serie de los reyes de Israel, tejiendo manteles de altar y decorando".
La describió como alguien "jovial, vivaz y fuerte" y por último expresó "el acierto de presentar la obra de una mujer extraordinaria, digna del recuerdo, de la gratitud y de la admiración porque vivió en caridad y en belleza que es como estar dos veces cerca de Dios".
La casa donde Pepa vivió durante su infancia fue restaurada y se convirtió en 2024, gracias al gobierno provincial, en "La Josefa, espacio cultural de las mujeres santafesinas". Desde entonces el espacio está destinado a eventos culturales y muestras de arte, con especial hincapié en las mujeres.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.