Matías Molinas y su vínculo con el paisaje santafesino
La muestra, realizada en el Museo Municipal de Artes Visuales, destacó la dedicación de Molinas a plasmar la atmósfera del litoral, con una fidelidad única a su temática.
Una obra de Matías Molinas que expresa como el pintor plasmó la esencia del litoral. Foto: Archivo El Litoral
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Matías Tomás Molinas, nacido en Santa Fe el 7 de marzo de 1911, fue un destacado artista plástico y cronista gráfico. Trabajó en el Diario El Orden y realizó su primera exposición en el Club República del Oeste. Egresado de la Escuela Provincial de Artes Visuales Juan Mantovani en 1945, recibió el Premio Gobierno de Santa Fe en 1948. Fue miembro fundador del Grupo Setúbal en 1959. Sus obras se encuentran en museos y colecciones privadas de Argentina y el exterior. Profesor y autodidacta, marcó el arte santafesino. Falleció en Santa Fe el 4 de marzo de 1994 a los 82 años.
Archivo El Litoral
En 1969, expuso en el Museo Municipal de Artes Visuales. En ese contexto, el 13 de agosto, el crítico de El Litoral Jorge Taverna Irigoyen publicó una reseña sobre la misma, cuyos párrafos principales se reproducen a continuación.
“La fidelidad temática no es habitual en los creadores de las diversas ramas del arte. Así como los estilos y las formas de visión van haciendo cambiar al artista, así también éste se deja tentar por otras iconografías que, aparentemente, le permitan diversificar mejor sus planteos expresivos. Es de este modo como advertimos a diario que, determinado periodo técnico y formal de un artista, difícilmente estará sustentado por el paisaje o el retrato que éste cultivara ayer. Y es así, también, que muy pocos pintores y escultores de las últimas épocas profundizan las posibilidades de contenido y continente de sus temas, jerarquizados a la categoría de motivos. Pareciera que, a poco de frecuentar determinado abordaje paisajístico, religioso, social, o lo que fuere, el mismo se agotara (o en su defecto, fatigara el vuelo creador de su autor)”.
Archivo El Litoral
“Valgan estas reflexiones, en virtud de la muestra de pinturas que, en el Museo Municipal de Artes Visuales, presenta el artista santafesino Matias Molinas: uno de esos pocos ‘fieles’ a su temática inicial. Porque, de acuerdo al rápido vuelo retrospectivo que ofrece con ocho obras de años anteriores, enfrentadas a los trabajos realizados este año, Matías Molina se revela como un paciente intensificador de sus viejas pasiones creadoras”.
“Casi veinte años han transcurrido desde óleos de tan vivida penetración de la atmósfera isleña, como "La red". Molinas refleja en esa obra un pesado silencio, una gran vastedad, habitada de presagiosos elementos que -sumados compositivamente y dentro del armónico ensamble de ocres y de verdes- estilizan una imagen de río y de isla. Hombre y contorno interesan por igual, en esa época, a este serio y estudioso artista del litoral. Y es entonces cuando elabora figuras de tan humilde y emotiva significación como ‘El remiendo’ (1948), ‘Amasando’ (1953), ‘Pescador’ (1956), todas dentro de un idéntico amor por lo nuestro, por el característico color de su atmósfera, por las formas sumarias y vigorosas a la vez, que animan su horizonte”.
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“Sin duda que los años han ido cambiando la visión de ese paisaje ribereño, para Matías Molinas. Épocas de mayor serenidad plástica se han alternado con otras de críticos cambios. Sin embargo y esto es lo fundamental, siempre el artista se mantuvo exigidamente fiel tras la captación de las luces de su zona litoral. En oportunidades, colores más frescos y de pronunciación contrastante, diversificaron la valorización de sus planos. En otros momentos, formas desdibujadas, con ciertas calificaciones de "chorreados" y velos en primeros planos, dieron a este paisaje de todos su desvelos una sonoridad surrealista”.
“En la pintura que exhibe realizada este año, se advierten ciertas constantes técnicas y formales que concurren a componer un nuevo matiz en su obra. Ante todo, la materia se revela más directa y responde esencialmente a los ‘accidentes’ del plano. Es decir, que las texturas y las superficies espatuladas están más al servicio de los elementos de su paisaje que otrora. Y sólo el cuerpo de determinada figura, un cajón o un rancho, disponen cuando lo necesitan para sobresalir más del plano, de una materia pictórica gruesa, de relieve arenoso”.
Archivo El Litoral
“En lo que respecta al color, también aquí Molinas refleja un mayor gradiente de luz en sus gamas; estableciéndose en forma paralela una mayor amplitud cromática: azules, violáceas, blancos, rojos bermellón, que otrora sólo servían para dar un ‘acento’ en la composición rica en ocres, tierras y verdes y en lo que respecta a las formas y al diseño para disponerlas, estas pinturas de Matías Molinas si bien no reflejan un cambio sustantivo, ofrecen una síntesis más efectiva, frente a una mayor identificación de la figura humana: ‘La costa’, ‘La pareja’ entre los paisajes, y ‘La Piragüa’ dentro de las figuras, son sus trabajos de mayor relieve y representatividad”.
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