El Litoral


El Litoral
El prestigioso docente, escritor, investigador y periodista argentino Walter Romero Gauna, al elogiar a Amilcar Oreste Brusa, precisó que el adiestrador quería lo mejor para su pupilo; su experiencia le decía que allí había un gran campeón.
Monzón tenía valentía que sorprendía: “Cuando salgo a un combate sólo pienso que el rival que está enfrente quiere sacarle el pan a mis hijos y no quiero que ello ocurra. Yo subo al ring a eso”, repetía el incomparable monarca de los medianos a la prensa.
Su mirada era la de un león enfurecido que pretendía defender a su cría; su actitud también. A todo esto, Brusa le sumó el toque maestro; analizar cual era la mejor manera de enfrentar la pelea; eso lo llevó a ser imbatible.
Tras 87 combates como aficionado, debutó como profesional el viernes 6 de febrero de 1963 en el cuadrilátero del Club Sportivo Ben Hur de Rafaela; como rentado sólo experimentó tres derrotas en 100 peleas, tomándose desquite con esos oponentes.
“El Macho”, seudónimo que le impuso su amigo francés, el actor, director y empresario cinematográfico Alain Delon, “no fue un gran noqueador, pero siempre resultó muy efectivo con sus precisos golpes; cada trompada dolía y causaba efecto en su contrincante; pegaba en todo momento, hasta cuando retrocedía. Sus largos brazos le permitían mantener distancia y complicaba cualquier estrategia porque era muy difícil pegarle...”.
Desde que comenzó su trayectoria como rentado, fue trepando rápidamente los escalones hasta que llegó al escenario internacional; sorteando obstáculos bien guiado por el empresario Juan Carlos Lectoure. El momento esperado llegó: el sábado 7 de noviembre de 1970 cuando peleó por la corona mundial de los Medianos en el ‘Palazzo de los Deportes‘ de Roma. El contrincante era el local Giovanni Benvenuti, otrora un púgil elegante y lleno de talento que estaba incursionando en la cinematografía.