El Litoral


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Mercedes Beatriz García, 26 años, casada con Carlos Monzón, observó los detalles de la pelea que se emitió por la pantalla chica donde su esposo obtuvo la corona mundial de Peso Medio, en el despacho del director de Canal 13 “Santa Fe de la Vera Cruz”, don Marcos Vicente Bobbio.
El presidente del directorio de la citada firma televisiva era hijo de Francisco Bobbio, quien fuera intendente de la ciudad de Santa Fe, durante el periodo comprendido entre 1937-1941.
El titular del primer multimedio de esta capital (integrado por dicha empresa televisiva y el desaparecido matutino “Nuevo Diario”, anteriormente responsable de LT 9 Radio Santa Fe) invitó a “Pelusa”, quien lo hizo acompañada de su hijo Abel Ricardo, de cuatro años y la hermana política del retador, Renée Cristina Nicolau.
También se encontraban presentes, el intendente municipal, doctor Conrado José Puccio y el director de “Nuevo Diario”, Dr. Alfredo Sahd, hombre vinculado estrechamente al básquetbol local, siendo presidente de la entidad rectora de dicho deporte, que fuera dirigente del Club de Regatas Santa Fe, candidato a presidente del Club Unión en 1965 y en esa época un reconocido docente en la facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales dependiente de la Universidad Nacional del Litoral.
Cuando promediaba la pelea, la leyenda, el mito Benvenuti comenzaba a desmoronarse lentamente, el aliento de los italianos fue disminuyendo, parecía que desaparecía el coraje del local y Monzón firme, seguro, contundente, dominando el centro del ring y aplicando en jab la izquierda.
Entonces se escuchaban los gritos y las voces de aliento de “Pelusa” y del Dr. Sahd, mientras el Dr. Puccio continuaba consumiendo cigarrillos, uno tras otro. Abel Ricardo, en la falda de su madre, se comía las uñas, hasta que llegó el momento sublime en el inolvidable duodécimo asalto.
Apareció el derechazo implacable que entró en la historia del boxeo mundial hace 45 años, el golpe que estuvo esperando Monzón toda la noche en Roma para liquidar el pleito, mientras Italia enmudecía al ver caer para ellos- en forma sorpresiva e increíble “Il Campeonísimo” Benvenuti.
Los brazos en alto del Dr. Sahd y el estallido de todo el personal de la radiodifusora televisiva, además de los gritos, abrazos, besos, lágrimas, celebrando la proeza del pupilo de Amílcar Brusa; mientras Santa Fe se aprestaba a vivir una jornada inolvidable, convirtiendo a la ciudad en un verdadero carnaval y de festejos, como muy pocas veces se observara, todo el pueblo, sin banderías políticas, deportivas religiosas, sociales, de todos los barrios salió a las calles a festejar la hazaña de un chico humilde que le ganó a la vida.