Tomás Rodríguez
(Especial para El Litoral)
Carlos Monzón considerado el más notable campeón mundial de peso medio, cumpliría hoy 72 años de vida. Había nacido en una humilde vivienda del barrio La Flecha, en San Javier, siendo el octavo de los 13 hijos del matrimonio conformado por Roque Monzón y Amalia Ledesma.
Hugo Asch, en una de sus innumerables notas sobre la vida de Monzón escribió que era descendiente de “mocovíes”, una tribu indígena que seguramente le proporcionó a su sangre un arrojo y determinación que forjarían al que iba a ser campeón del mundo de peso medio. Un auténtico e inolvidable campeón, una verdadera leyenda del boxeo internacional, aseveró.
Los siete hermanos mayores de quien con el correr del tiempo se consagraría como campeón santafesino, argentino, sudamericano y mundial, del matrimonio conformado por Roque Monzón y Amalia Ledesma, ambos oriundos de Colonia Mascías, fueron Zacarías, Nicéforo, Rosa, Rosendo Albino, Inocencio, Marta Elsa y Alcides René, éste el más apegado durante la existencia del hombre que se constituiría en un mito para el deporte de los puños.
Representando al Club Cochabamba de Barranquitas Oeste, Monzón subió por primera vez al ensogado, en el llamado Pabellón Deportivo (perteneciente a la Sociedad Rural de Santa Fe, en el mismo lugar donde se llevaba a cabo anualmente en esa época, la muestra Industrial), el viernes 2 de octubre de 1959, cuando contaba 17 años, un mes y 27 días, empatando en tres capítulos con Raúl Cardozo, recibiendo ambos púgiles al conocerse el fallo la desaprobación de los aficionados, noqueando a su contendiente ocasional, poco tiempo más adelante en el mismo escenario.
Mujeres e hijos
Cuando tenía solamente 16 años formó pareja con Zulema Encarnación Torres, naciendo el mayor de sus descendientes, Carlos Alberto.
Tiempo después conoció a Mercedes Beatriz García, a quien llamaba cariñosamente “Pelusa”, con quien se casó el 11 de mayo de 1962. De su matrimonio nacieron Silvia Beatriz, Abel Ricardo y el adoptado Carlos Raúl.
Dos años después de abandonar profesionalmente el boxeo, a fines de 1979, conoció en la Avda. Costanera de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a la modelo uruguaya Alba Alicia Muñiz Calatayud, formó pareja con ella y tuvo su último hijo, Maximiliano Roque Monzón.
En el profesionalismo
El debut en el campo rentado de Monzón se produjo el 6 de febrero de 1963 en el viejo estadio de Sportivo Ben Hur de Rafaela, con 20 años, ante Ramón Montenegro, a quien noqueó en el segundo asalto.
Sus traspiés fueron ante el platense Antonio Oscar Aguilar; el español nacionalizado brasileño Felipe Cambeiro y el puntano Alberto del Carmen “Pirincho” Massi, vengándose categóricamente ante los tres pugilistas.
El incomparable monarca de peso medio tuvo un palmarés invicto de 12 años, 10 meses y 20 días. El llamado “Gaucho de Hierro” en el mundo boxístico europeo en el profesionalismo consiguió 87 victorias, 59 antes del límite, 26 por nocaut, 19 por abandono, 14 nocaut técnico y 28 por decisión; registró nueve empates y tuvo una pelea sin decisión ante Albino Verón, el 13 de marzo de 1963, en la localidad de Vila (Santa Fe).
Tras arrebatarle a Jorge Fernández la corona nacional y sudamericana, el sábado 7 de noviembre de 1970, con pocos periodistas presentes en Roma, se consagró campeón mundial de la categoría Mediano ante Giovanni ‘Nino‘ Benvenutti, en el 12 round, a quien noqueó con un golpe de derecha impresionante.
Después llegaron las 14 exitosas defensas ante los mejores del universo hasta que el 30 de julio de 1977, luego de derrotar a Rodrigo Valdez le dijo adios a los guantes, oficializando su retiro en Buenos Aires el 30 de agosto de ese año.
Cuando fue el mejor del mundo conoció la fama, filmó películas, alternó con famosas mujeres, con grandes personajes ecuménicos y terminó en la cárcel. En la madrugada del 14 de febrero de 1988, en Pedro Zanni 1567 del barrio Las Flores, en Mar del Plata, se produjo la muerte de su pareja, la modelo oriental Alba Alicia Muñiz Calatayud.
La Cámara de Crimen de esa ciudad atlántica, el 3 de julio de 1989 lo condenó a 11 años de prisión que cumplió en las unidades penales de Batán, Junín y de Las Flores y cuando gozaba de libertad condicional, el 8 de enero de 1995 Monzón se transformó en mito, a los 52 años, cuando falleció trágicamente en la RP N° 1 “Teófilo Madrejón”, en el paraje Los Cerrillos.
El Maestro Brusa
Cuando Monzón peleaba con Amílcar Brusa en el rincón, el inigualable campeón se movía como un robot; la izquierda larga, la derecha junto al mentón esperando salir en directo, pasos lentos, cintura para eludir golpes debido al metro 82 centímetros, ritmo lento pero implacable.
El Maestro Brusa sabía como controlarlo, lo dirigía como un piloto a su auto, si lo citaba a las seis de la mañana para empezar a correr el sanjavierino allí estaba, con paso vacilante, ojeras como bolsas o marcas en el cuello, pero nunca faltaba ni llegaba tarde. Su pupilo cumplía cada orden como un soldado, nunca quedaron dudas:
Ese grandote, de nariz chata y mirada gélida, un ex peso pesado, de carrera corta y mediocre, Brusa, que enseñaba como nadie el arte del boxeo lo inventó boxísticamente, hizo del descontrolado joven pugilista, una máquina fría e implacable en el tapiz, le sacó todo lo que podía y mucho más.
“Monzón era difícil en su vida particular, pero en lo profesional nunca más tuve un boxeador tan aplicado, sensible y obediente”, revelaba siempre el famoso adiestrador argentino que consagró a 15 campeones mundiales.
Para sintetizar la importancia y trascendencia de Brusa para Monzón, debe señalarse que para la gente que conozca de música y algo de la obra de Los Beatles, es similar a lo que George Martín significó para los chicos de Liverpool. Sin él, otra cosa...