Messi, de 23 años, elegido como Balón de Oro en las últimas dos temporadas, y Ronaldo, ganador de ese premio en 2008 cuando jugaba en el Manchester United de Inglaterra, son en la actualidad los “dueños” del fútbol español, los principales goleadores del torneo y dos de las figuras más seguidas por la prensa deportiva mundial.
Ronaldo, quien hace unos días cumplió 26 años, es el actual goleador de la liga española con 25 tantos para el Real Madrid, uno más que Messi, emblema del puntero y actual campeón Barcelona, que disfruta de la punta a siete puntos de su clásico rival y de la goleada que le propinó en la primera ronda por un humillante 5 a 0, en el estadio Camp Nou.
Messi anotó los tres tantos en la goleada por 3 a 0 ante el Atlético Madrid del último sábado, mientras que Ronaldo acaba de retomar la primera ubicación entre los goleadores, con dos conquistas en el triunfo frente a la Real Sociedad por 4 a 1.
No sólo se parecen en la cantidad de goles y la importancia que tienen para sus equipos, sino que, obviamente, son dos de los futbolistas con mejores contratos en el planeta. Ronaldo lidera con 12 millones de euros en su ficha anual con el Madrid, mientras que Messi es el tercero en esa lista con once millones, quinientos mil menos que el inglés Wayne Rooney, del Manchester United. Sin embargo, según publicaciones económicas, las ganancias de Messi, en todo concepto, habrían llegado en 2010 a 45 millones de dólares, mientras que el “lusitano” habría cobrado 43 millones.
Además, ambos padecen un mal común: no concretan en sus seleccionados todo el potencial que muestran a lo largo de las temporadas en sus clubes y ante la falta de títulos (Argentina a nivel mayor no gana nada desde 1993 y Portugal nunca fue campeón de un título importante), la opinión pública les vuelca todo el peso sobre sus hombros.
Estilos diferentes
Como contrapartida, fuera y dentro de la cancha, el look de Messi y Ronaldo es totalmente opuesto: mientras el argentino tiene rostro y cuerpo casi de niño, Ronaldo explota su cara bonita y sus músculos trabajados para hacer dinero en ámbitos publicitarios y despertar suspiros.
Messi no se cree crack. No juega a ser un “sex symbol” y no se cansa de aclarar que los títulos personales se deben a la “ingeniería casi perfecta” que representa el Barcelona actual dirigido por Josep Guardiola.
Ronaldo es una máquina de facturar y de poner cara de malo cuando un compañero no le pasa la pelota para anotar un gol. Hasta se lo vio fastidiado durante algún tanto del Madrid que no había sido convertido por él.
Real Madrid cubrió con creces la mayor compra en la historia del fútbol mundial, cuando adquirió al portugués al Manchester United de Inglaterra por 96 millones de euros, el 26 de junio de 2009.
Criticado por no llevar a Portugal a los primeros planos mundiales, tildado de egocéntrico y poco interesado en los logros de sus equipos, Ronaldo responde con goles y una variedad de negocios de todo tipo para su nuevo club en España. Real Madrid vendió más de un millón y medio de camisetas con el número 7 y el nombre de Ronaldo y las estimaciones de las ganancias por el merchandising alusivo al portugués se estiman a la fecha en unos 120 millones de euros.
Messi es un hombre de pocas palabras y menos polémicas. No se crea enemigos en el mundo del fútbol, mientras que Ronaldo le puso algo de pimienta a la fría relación entre los dos ídolos, cuando el pasado 10 de enero el argentino se llevó por segunda vez consecutiva el Balón de Oro. “No tengo la obsesión de una rivalidad directa con él. Es la misma que siento hacia el resto de jugadores. Una cosa, sin embargo, es cierta: el mejor de todos quiero ser yo”, comentó Ronaldo.
Dentro de tres días se terminarán las palabras, y aunque sea en un amistoso, Messi y Ronaldo volverán a verse las caras, dejarán de lado lo que hacen durante todo el año en sus clubes e intentarán consolidarse como ídolos por lo que hagan en sus seleccionados.






